CAPITULO IV: "REGALOS"

AQUI ESTA EL CUARTO CAPITULO COMPLETO ESPERO QUE LES GUSTE

REGALOS

Salimos de la casa de mi padre pasada la media noche y aunque a nosotros no nos preocupaba la hora, todos los demás estaban cansados y necesitaban dormir.

Edward conducía a ciento sesenta por la carretera que llevaba a nuestra casa-ahora ya ni siquiera sentia si ibamos demasiado rápido y tampoco me asustaba como cuando era humana, todo lo contrario empezaba a disfrutar la velocidad y siempre quería ir un poco más rápido-y Nessie iba en la parte trasera del coche profundamente dormida, había sido un día realmente largo y lleno de emociones para mi hija, lo menos que se merecía era descansar.

Durante todo el camino estuve recordando todo lo que hicimos y platicamos durante la fiesta, como que Emily tenía cinco meses de embarazo-aquí sí se aplicaban los nueve meses convencionales- y que cuando naciera su bebé-sabían que era iño gracias a los ultrasonidos-le iban a poner Harry en honor al esposo de Sue.

También me dio mucho gusto saber que Sam y Jacob cada vez se llevaban mejor; ya no habían discuciones entre ellos por todo ese rollo del "alfa" y ya no era la manada de Sam y la manada de Jacob si no que era una sola manada en la que comandaban dos líderes estupendos.

Y luego estaba lo que pasó entre Leah y Renesmee, tenía que hayar la forma para que ninguna de las dos estropeara la boda y para que pudieran tratarse como personas civilizadas, aunque eso lo veía un poco difícil puesto que Leah tenía demaciados prejuicios con los vampiros y más con nosotros.

Ella nos odiaba.

Tenía que haber algo que pudiera hacer para que se trataran mejor.

¿Pero qué?

Edward me hizo perder el hilo de mis pensamientos cuando me tomó una de las manos que yacían sobre mi regazo.

-Bella has estado muy callada desde que salimos de la casa de Charlie- dijo acariciandome la mano -por favor dime en que estás pensando antes de que me vuelva loco-guño mirandome fijamente. Nessie se inquietó.

-Shh.. la vas a despertar-murmuré haciendo un ademán con la cabeza para señalar a Nessie.

-Entonces dime en que estabas pensando- insistió

-En todo lo que pasó en la fiesta- le contesté con toda honradez, tratando de omitir algunos detalles. Desvié la mirada

-Pero¿exactamente en qué?-añadió tomandome de la barbilla para verlo a los ojos; siempre he pensado que cuando nos vemos a los ojos de esa manera es como si nos sumergieramos en el alma del otro y no pudieramos guardarnos ningún secreto. Además siemre había quedado bien claro en mi rostro cuando mentía y Edward me conocía perfectamente bien para saberlo.

-En Emily y su embarazo- dije al fin

-Sí, me di cuenta como la mirabas, pero no pude descifrar tu expresión- masculló frunciendo el ceño, volviendo a poner su mano en el volante

-Estaba triste- admití mirando mis manos

-¿Por qué?. no puedes estar triste porque una amiga tuya este embarazada- preguntó extrañado -todo lo contrario deberías estar muy contenta

-Y lo estoy- reconocí

-Bella, no puedes tener dos sentimientos completamente diferentes al mismo tiempo- se burló, nos miramos por un minuto y se dió cuenta de que no estaba bromeando.

Volvió a tomarme la mano y la llevó hasta sus labios para besarmela una y otra vez

-Explicate Bella, por qué te sentías así por Emily- me pidió de manera tan persuasiva que no pde resistirme a decirle la verdad

-Estaba feliz, porque me dio mucho gusto saber que Sam y Emily van a tener un hijo pero me entristecí porque......- vacilé, él me miró con más interés -espera, antes de decirtelo prometeme que no te vas a enojar- mi voz se tornó suplicante.

-Te lo prometo- me aseguró un poco confundido por mi actitud.

Dudé un momento antes de continuar

-Porque desearía volver a embarazarme a pesar de que eso no es posible- mascullé entre dientes.

Despúes de un momento de silencio, me atreví a mirar a Edward.

Él estaba muy serio, con las manos crispadas al volante y la mirada fija en la carretera, una vez mas parecía una estatua; en ese momento me arrepentí de haberle dicho la verdad.

-Edward, prometiste que no te ibas a enojar- recordé con voz casi inaudible.

-Como me puedes pedir eso cuando por mi culpa ahora eres infeliz- dijo entre dientes con la mandibula tensa

-No vuevas a decir eso- dije en cuchicheos para no despertar a Nessie.

Eso era lo más estúpido que me había dicho Edward en todo este tiempo; yo era extremadamente feliz y no me arrepentía de haberme enamorado del ser tan maravilloso que era él.

-Bella, esta es una de las razónes por las que debí haberme alejado de tí en cuanto te conocí- agregó con repentina tristeza.

Lo miré aterrorizada, no podía creer que me estuviera diciendo eso, yo no imaginaba una vida sin Edward, él era mi sol despues de una gran tormenta, toda mi existencia-aun siendo vampiro-no tenía ningún sentido si no estaba Edward conmigo

-En estos momentos podrías estar con Mike o con cualquiera de esos insignificantes humanos y tener todos los hijos que quisieras- rugió frustrado -¿acaso esto es lo que tú querías Bella?- me preguntó de forma exigente.

-Sí, esto no puede ser mejor para mí, tengo una hija hermosa, una gran familia y lo más importante es que te tengo a tí- le conteste sin dejar pasar ni un segundo -y no vuelvas a pensar que hubiera sido mejor que me dejaras, ya lo hiciste una vez y no funcionó porque ninguno de los dos puede vivir si no estamos juntos- Edward puso cara de dolor.

Eso había sido un g0lpe bajo, y aunque ni a él ni a mí nos gustaba recordar esos meses que estuvo lejos, a veces era necesario hacerlo, sobre todo cuando Edward se ponía así de pesado.

Ambos nos mantuvimos en silencio mientras atravezabamos el silencioso bosque.

Sentía un nudo en la garganta y una picazón en los ojos como si quisiera llorar.

Edward puso un dedo bajo mi barbilla y se inclinó para besarme tiernamente.

-Perdoname Bella- se disculpó entre dientes

-No, perdoname tú a mí, nunca debí decirte eso- resollé con voz estrangulada, tomé su mano y la puse en mi mejilla.

-No, este bien, me gusta saber lo que piensas, aunque no me guste ser el culpable de tu sufrimiento- dijo frunciendo el ceño, en su mirada pude ver el inmenso dolor que sentía -aveces pienso que hubiera sido mejor que no te enamorarás de mí porque así tendrías una vida perfecta como cualquier otra persona normal- agregó con voz repentinamente distante.

Me tomó un segundo estender lo que dijo.

¡COMO PODIA DECIRME ESO!

Puse mala cara.

-Edward, ya te lo había dicho antes, esta es la vida que siempre había soñado- excepto por la parte de los vampiros -nunca voy a poder dejar de amarte, al contrario cada día que pasa crece más el amor que siento por tí, entiende que eres lo mejor que me ha pasado en toda mi existencia y nunca me voy a arrepentir de haberme enamorado de tí y mucho menos de haberme casado contigo- expliqué frustrada.

¿Acaso era tan dificil de enterder?

-Y como tú una vez dijiste, me quede congelada a los dieciocho años; el sueño de cualquier mujer- apunté haciendo un intento por calmar la situación; y al parecer funciono porque Edward se relajó y sonrió.

-Además todavía podemos adoptar- señale como quien no quiere la cosa

-Oh si tienes razón, el sueño de todo niño es tener un par de vampiros como padres- repuso con una gran cantidad de sarcasmo impregnado en su voz y lanzandome una gran sonrisa.

El entusiasmo de su voz me hizo sonreir.

Suspiré aliviada, nuestra discusión había terminado.

Edward bajó la velocidad cuando llegamos al porche de la magnifica casa de la familia Cullen-mi familia-entramos en el garage y estaciono el Volvo junto al BMW de Rosalie.

Escuché a Nessie despertarse y estirarse cuando el motor se apagó

-¿Ya llegamos mamá?- preguntó mi hija dando un gran bostezo

-Sí mi vida ya llegamos- afirme saliendo del coche para abrirle la puerta a Nessie.

La ayude a salir haciendo que se apoyara en mí para que no se cayera; estaba demasiado cansada para caminar por si sola.

Edward llegó a nuestro lado y la tomó en sus brazos, mi niña estaba más dormida que despierta.

Entramos a la casa y vi que todos se encontraban ahí. Esme, Alice y Jasper estaban sentados en la mesa con un montón de papeles en ella Carlisle, Rosalie y Emmett estaban en la sala " viendo un partido en el gran televisor de plasma que tenían ahí.

Cuando nos vieron entrar, Rosalie y Emmett se levantaron del sillón grande.

-Acuestala aquí Edward- sugirió Rosalie señalando el sillón antes de salir disparada al piso de arriba y antes de que Edward recostara Nessie en el sillón, Rosalie llegó con una almohada y una manta para cubrirla.

Ayudé a Edward a acomodarla; era realmente hermosa aun cuando estaba dormida, la combinación perfecta de Edward y mía.

Me quedé contemplandola por unos minutos hasta que Emmett me llamó.

-Bella, ya es hora- dijo con mucho entusiasmo pero en voz baja para no despertar a Renesmee.

Me hizo señas para que lo siguiera, se dio la vuelta y salió por la puerta que daba al jardín.

Todos lo seguimos, incluso Carlisle y Esme.

La roca que había destrozado la vez anterior había sido reemplazada por una mucho más grande,una que para cualquier humano parecería irrompible, pero para mí no lo era; tal vez sí era mucho más dura que la otra pero no era imposible de destruir.

Emmett ya tenía el codo apoyado en la superficie de la piedra y me miraba con impaciencia.

-No tienes miedo ¿o si hermanita? -preguntó contrayendo los musculos de su brazo.

-Por supuesto que no -aseguré con petulancia

M e coloqué de frente a el , apoyé mi codo en la fría piedra y le tomé la mano.

-Uno

-Dos

-Tres

Inmediatamente sentí la fuerza con la que Emmett enpujaba mi mano hacia abajo y me hacía perder unos centímetros.

Definitivamente ésta vez no era igual a la anterior, ahora podía sentir con toda claridada la fuerza que empleaba Emmett para vencerme; no me hacía daño alguno por supuesto pero por ahora él me llevaba la ventaja.

Me hizo perder unos centímetros más.

En su rostro se reflejaba la victoria. Miré a Edward, Alice y Rosalie; que estaban atras de Emmett y me di cuenta que Rose estaba preocupada porque despues de todo parecía que se arrepentía de haber apostado por mi.

La mirada de Edward y la mía se cruzaron.

-Tú puedes amor, confío en tí -articuló las palabras sin pronunciarlas en voz alta. Me guiño un ojo, eso hizo que me distrajera y que perdiera otro centímetro.

¡DEMONIOS, BELLA CONCENTRATE!, pensé

Emmett se veía muy confiado y sonreía de manera victoriosa

-Aceptalo Bella, no puedes contra mí -señalo con un tono tan arrogante que hizo que me enfureciera y sacara toda la fuerza que tenía en mi interior, y en menos de un segundo la mano de Emmett quedó enterrada en la piedra.

Después de un momento de silencio-por la impresion-Alice, Edward y Rosalie empezaron a gritar de felicidad.

Edward me abrazó y besó con fiereza.

-Sabía que podías ganar -exclamó con felicidad

-Oye Emmett -lo llamó Alice con su voz cantarina

Emmett ya habia sacado su brazo de la roca y de puro coraje la estaba destrozando por completo.

Cuando Alice le habló, dejó de hacerlo para mirarla de forma aterradora.

-¿Que quieres?- inquirió con brusquedad

-Creo que ya no eres el más fuerte de la familia- agregó con sarcasmo, haciendo comillas con los dedos cuando dijo "más".

-¡Callate Alice!- le ordenó enfuruñado levantando un dedo amenazador.

-Si no lo hago ¿que? -lo retó Alice- ¿vas a pelear conmigo?- él tomó un pedazo de la piedra que había destrozado y la levantó dispuesto a arrojarsela a la diminuta Alice.

-EMMETT, ALICE, BASTA- los reprendio Esme muy molesta; no había dicho nada hasta entonces.

Emmett apretó el puño en el que tenía el pedazo de piedra hasta hacerlo añicos, tiró la grava que le quedó en la mano y desaparecío por la puerta

-No lo entiendo....¿como puedes hacerlo Bella?, nadie a podido venser a Emmett desde hace mucho tiempo- dijo Jasper totalmente confundido.

-Lo que sucede es que Bella tiene la fuerza de un vampiro normal, sí, pero por lo que pude observar es como si tuviera una reserva de fuerza y cuando la hacen enojar demasiado ésta se libera- explicó Carlisle son seriedad y como si estuviera dando un diagnostico de alguno de sus pacientes.

-Vaya, Bella cada vez nos sorprende más- dijo Rosalie sorprendida.

-Sí, es como si hubiera nacido para ser vampiro- afirmó Alice con gran entusiasmo.

Tantas ovaciones hacían que me sintiera apenada, aunque Alice tenía razón, yo había nacido para ser vampiro.

-Oye Alice, yo creo que les estamos quitando el tiempo a Edward y a Bella, tienen que ir a ver los regalos que les dejaste ¿no crees?- dijo Jasper con una risa

Edward puso los ojos en blanco

-Ay si, es verdad- le dio la razón guiñandole un ojo -vamos, vamos, ya tienen que irse- dij empujandonos a Edward y a mí en dirección a nuestra cabaña.

-Espera Alice, quiero hablar contigo....

-Mañana hablamos Bella- me interrumpió de forma tajante. La miré perpleja.

-De acuerdo ya nos vamos pero tengo que ir por Renesmee- intenté dirigirme a la puerta para ir por mi hija pero Edward me detuvo del brazo.

-No Bella, dejala dormir, Alice y Rose la van a cuidar- miró a Alice con complicidad

-Sí, no te preocupes Bella, nosotras la cuidaremos- aseguró Rose dando un paso al frente.

-Ok vamos.

Edward me tomo de la mano y nos echamos a correr; adoraba la sensación del viento golpeandome la cara y alborotarme el cabello.

Alice me daba tantos regalos que ya me había acostumbrado, pero eso no queria decir que ya no sentia aversion por ellos. Lo mismo pasaba con los coches deportivos; Edward había cambiado tantas veces el mío que ya emezaba a desarrollar una pequeña afición por ellos.

Corriamos hacia el norte, el susurro de nuestros pasos sobre las plantas ya era parte de este lugar.

Seguimos corriendo hasta que divisé el pequeño claro en el que encontraba mi cabaña. Me emocione tanto como la primera vez, parecía salida de un cuento.

Nos detuvimos en la entrada, y como la primera vez, Edward me tomó en sus brazos, abrió la puerta y dio un paso hacia adentro.

La chimenes estaba encendida con la madera que flotaba a la deriva del mar-lo supe por los colores verde y azul que despedian las llamas.

-De acuerdo con lo que escuche en la mente de Alice, los regalos estan en el armario de nuesra habitacion.

Agh.Más ropa.

Al ver mi expresión de fastidio, Edward se rió entre dientes. Me llevó por el estrecho pasillo que conducia a nuestra habitacion, abrio la puerta y entramos en silencio. Era la replica exacta de la recamara blanca de isla Esme , incluso teníamos un pequeñisimo oceano para nosotros.

-Todos tus regalos están en el armario- señalo las puestas dobles de madera mientras me ponía en el suelo con suavidad -ve, yo te espero aquí- me miro exultante.

Entrecerre los ojos antes de darme la vuelta y entrar por las puertas de madera.

El armario era mucho más grande que la habitacion y entrar en él era como estar en una gran tienda de ropa.

Al fondo había un gran espejo y a un lado una mesita en la que encima vi un montón de bolsas y abajo varias cajas de zapatos.

Suspire. Realmente odiaba abrir regalos.

Fui hacia ellos arrastrando los pies.

Decidí ver primero los zapatos; así que me senté en el piso con las piernas cruzadas, abrí la primera caja...... eran uas zapatillas doradas con tacón de aguja; los hice a un lado y seguí habriendo las otras cajas.

Todos eran muy parecidos.

Pero me quedé completamente sorprendida al ver varios pares de tenis y botas de las que solía usar y tanto me gustaban.

Alice iba mejorando con sus regalos

Terminé de abrir las cajas y me puse de pie para empezar con las bolsas de ropa, un poco mas entusiasmada por haber visto los tenis y teniando la ligera esperanza de encontrar unos bonitos y comodos pantalones de mezclilla.

La mayoria de las bolsas traían vestidos, faldas, blusones, playeras con diseños extravagantes, chamarras, sueteres, lentes, bolsas de mano, accesorios, en fin de todo un poco.

¡SI! incluso pantalones de mezclilla y camisas de franela.

Alice estaba completamente loca, como podia haberme traido tantas cosas, parece como si hubiera comprado la tienda entera.Pero eso era normal en ella.

Continua viendo lo que habia en las bolsas hasta llegar a la ultima y más grande de todas; tenía una nota que decía "ESPERO QUE LOS DISFRUTES" con la estilizada caligrafia de Alice.

Dejé la nota a un lado de la bolsa y la abrí con repentina curiosidad.

Me quedé boquiabierta cuando empezé a sacar los modelitos de lenceria excesivamente etrevida, de esos que da igual si los traes puestos o no.

Alice cada vez me traía cosas más atrevidas.

Ahora entendía porque Jasper había dicho que nos iban a encantar los regalos y porque Alice practicamente nos corrio de la casa a Edward y a mí.

-Bella,¿sigues ahí?- preguntó Edwad con voz seductora desde el otro lado de la puerta.

-Sí, ya voy- ´contesté muy entusiasmada ppor escuchar su estado de anomo.

Sonreí para mis adentros con todas mis ganas.

Tomé la primera pieza que estaba a mi alcance-un camison en color melon con detallen en plateado- y me apresure a ponermelo.

Aveces me resultaba embarazoso ponerme este tipo de "ropa", pero solo con recordar lo satisfactorio que era ver la expresion que Edward ponía cuando me veía me daba valor para ponermelas.

Me miré un par de veces en el espejo antes de salir.Parecía modelo de una pasarela de Victoria Secrets.

En cuanto salí, sentí el viento alborotarme el cabello y noté que Edward habia abierto las puertas de cristal que daban al pequeño jardín; él estaba regargado en una de ellas de espadas a mí, con la mirada fija en nuestro pequeño oceano, las manos metidas en los bolsillos del pantalon que todavia traía puesto-se habia quitado la camisa y podia ver las suaves lineas de su espalda, sus musculosos brazos y su hermoso cabello broncíneo.

De pronto mi piel comenzó a arder, no había otra cosa que deseara más en el mundo que estar entre los brazos de Edward.Seguí mirandolo por unos segundos más; él era mío y yo era de él, las unicas dos piezas de nuestro pequeño rompecabezas, piezas que se unian por el intenso amos que sentíamos el uno por el otro.

Me acerqué lentamente hasta quedar frente a él, levanté mis brazos y le rodeé el cuello; él me abrazó de la cintura acercandome más su pecho, cuando me miró me di cuenta que en sus ojos había fuego, el mismo fuego que ahora corria por todo mi cuerpo.

-No sabes cuanto le agradesco a Alice los regalos que te da- dijo mirandome de arriba a abajo.

-Sí, lo sé.

Me besó con fiereza, entrelazando los sus dedos en mi cabello; iba a dejar que todo siguiera su curso pero antes tenía que hacer una cosa.

Lleve mis manos desde su cuello hasta su pesho para poder separarme de él, en cuanto sintió lo que yo quería hacer , respondió de la manera que yo esperaba.

-¿Que pasa Bella?- preguntó totelmente incredulo.

-Solo quiero hacer un experimento- exliqué

Su confusión aumentó en gran mediday y el fuego de sus ojos desapareció; curzó los brazos y alzó las cejas esperando a que continuara con mi explicación.

-Mira este es el punto, ya vimos que soy más fuerte que Emmett ¿no?- él asintió sin dejar de mirarme con suspicacia -bueno, ahora quiero ver si puedo ser más rápida que tú- añadi con falsa inocencia; el fuego regresó a los ojos de Edward al entender la doble intención de mi propuesta.

-No creo que puedas- aseguró con una gran sonrisa

-Bueno..... entonces intenta atraparme- lo reté y me eche a correr lo más rápido posible.

De verdad disfrutaba la sensación que recorría mi cuerpo al correr de esa manera; me sentía libre, poderosa, inalcanzable.

Corrí por los alrededores de nuestra casita sin alejarme damasiado por si "alguien" nos veía.

Escuchaba a Edward correr detras de mí pisandome los talones; y aún así no podía alcanzarme.

¿Acaso sí era más rápida que él?

Mi pregunta se vió resuelta en el momento en que sentí como Edward me tomaba de la cintura y caíamos rodando en la fina hierba que cubría en piso del jadín.

Nuestras risas llenaron el silencio que reinaba en el bosque.

-¡OIGAN PODRÍAN CALLARSE, NO ES AGRADABLE ESCUCHARLOS CUANDO ESTAN "JUGANDO"-gritó Jasper desde la casa grande.

Dejamos de rodar y yo me encontraba encima del pecho de Edward ceñida por sus fuetas brazos.

Sofocamos una risita.

-Te dije que no podrías conmigo- señalo bajando la voz y con una mirada traviesa.

-Está bien tú ganas- admití entre risas - ahora...... ¿cual es el precio que tendré que pagar por mi osadía al retarlo de esa manera seño9r Cullen?- agregué con un falso tono de horror en mi voz -haré lo que usted me pida.

-Bueno señora Cullen, de acuerdo con los hechos el único precio que tendra que pagar es éste...-tomó mi rostro con rudeza y me apretó más contra´el.

Rodamos una vez más, de modo que ahora yo quedara abajo; sentí como se desgarraba al pantalón de Edward bajo mis manos y mi atrevido camisón bajo las suyas.

Y allá va otro conjunto, pensé

Uno más que se suma a los tantos que habíamos destrozado.

Pero como Alice siempre decía que la ropa no estaba hecha para usarse más de una vez no nos preocupaba en absoluto seguir rompiendo nuestra ropa.

Además lo unico que importaba en ese momento era el hecho de que Edward y yo estabamos fusionados en uno solo.

ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO.

EL PROXIMO CAPITULO SE LLAMA "PRESIONADA"

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