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Este blog esta creado para todas aquellas que como nosotras aman la saga de crepusculo.
Aqui encontraran info acerca de los actores, los libros , las pelis bueno de todo lo relacionado con el mundo de crepusculo.
Ademas les tengo una gran sorpresa a las que 4 libros y dos peliculas (por lo pronto) no son suficientes, ya que estoy escribiendo mi propia continuacion de amanecer y no es porque yo la escriba pero de verdad esta muy interesante así que ...¿que es lo que están esperando? corran a leerla y dejen su comentario que es lo que me motiva a seguir ñ_ñ

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domingo, 15 de noviembre de 2009

CAPI CON POV ANGELA "AL DESCUBIERTO" (DESPUES DE "DE VUELTA A CASA")

AY CHICAS YO SE QUE QUIEREN MATARME POR NO HABERLES PUESTO NI UN PEDACITO DEL CAPITULO PERO LES JURO QUE TENGO UN BUEN DE RAZONES PARA NO HABERLO HECHO Y AUNQUE LO UNICO QUE QUIEREN EN ESTE MOMENTO ES LEER AUN ASI LES VOY A PONER MIS RAZONES.

1.-NO SE SI USTEDES SABEN PERO ESTOY EN MI ULTIMO AÑO DE LA PREPARATORIA Y TENGO QUE EMPEZAR A BUSCAR UNIVERSIDAD Y ESTAS SEMANAS ME LA HE PASADO VIENDO LA UNI QUE MAS ME CONVENGA Y PUES NO ES FACIL.

2.-CREO QUE SOLO DOS DE USTEDES SABEN QUE ESCRIBO OTRO FIC CON UNA AMIGA EN UN FORO Y UNA SEMANA LE TOCA A ELLA Y UNA A MÍ POR LO QUE ME CUESTA UN POCO DE TRABAJO MEZCLAR LOS DOS FICS, CAPAZ QUE ME REVUELVO CON LOS PERSONAJES Y TERMINO PONIENDO COSAS QUE NO VAN, ENTONCES NO SÉ SI SE HABRAN DADO CUENTA QUE NORMALMENTE PUBLICO UNA SEMANA SÍ Y OTRA NO, AH BUENO PUES PRACTICAMENTE ES POR ESO. PERO NO SE PREOCUPEN QUE YA ESTOY BUSCAND LA MANERA DE QUE LAS ACTUALIZACIONES SEAN MÁS RÁPIDAS ñ_ñ

BUENO BASICAMENTE ESS SON MIS RAZONES Y PUEDE QUE SEAN UN POCO TONTAS PERO DE VERDAD NO HABÍA PODIDO ESCRIBIR NADA, NI SIQUIERA ESTABA INSPIRADA PARA HACERLO JEJE

PERO BUENO DEJANDO LAS EXCUSAS A UN LADO DEBO DECIRLES QUE ESTE CAPITULO LO HICE ESPECIALMENTE PARA UNA AMIGA QUE HOY CUMPLE AÑOS (la verdad no recuerdo cuantos jeje) Y ME PIDIÓ QUE LE DIERA UN CAPI DE REGALO TAL VEZ ALGUNA DE USTEDES LA CONOZCA PORQUE TAMBIEN TIENE UN BLOG DEDICADO A TWILIGHT www.familiacullenbf4e.blogspot.com ASÍ QUE BUENO MONTSE AQUI ESTA TU REGALO ESPERO QUE TE GUSTE PORQUE DE VERDAD QUE ME ESFORCÉ PARA HACERLO, EN REALIDAD ESPERO QUE A TODAS LES GUSTE Y ME DEJEN MUCHOS MUCHOS COMENTARIOS.

BUENO DESPUES DE TODO ESE CHORO MAREADOR LES DEJO EL CAPI COMPLETITO Y DEJENME DECIRLES QUE ESTE CAPI ES DE APROXIMADAMENTE 40 HOJAS DE WORD!!!! ASI QUE PONGANSE COMODAS Y DISFRUTEN.........



CAPITULO CON POV ANGELA “AL DESCUBIERTO”

Nunca creí que al regresar a Forks mi vida cambiaría tan drásticamente y si alguien me lo hubiera dicho antes de que pasara, jamás le habría creído.
Mi vida había sido normal y podría decirse que perfecta hasta cierto punto. Terminé la universidad, graduándome con honores, tenía un buen puesto en el periódico de Seattle y vivía con el hombre más maravilloso que podía existir en el universo entero.

Ben y yo éramos novios desde más de seis años y ahora vivíamos juntos en un pequeño departamento en Seattle, queríamos casarnos pero acordamos hacerlo cuando yo me hubiera realizado como profesionista, pero aún así el tema de la boda era algo que tocábamos con mucha frecuencia. Yo estaba muy feliz de tener a mi lado alguien como Ben.

No extrañaba mi vida en Forks, excepto a mi familia y amigos, en especial a Bella.

En mis años de preparatoria tuve varios amigos, la mayoría de ellos los conocía desde pequeña, Jessica y Mike entre ellos.
Jessica era bastante extraña, la quería y éramos buenas amigas pero había actitudes de ella que no me agradaban en absoluto. En ocasiones podía ser muy hipócrita, como cuando Bella llegó a Forks. Yo sabía que Jessica solo le hablaba porque quería ser popular y sobre todo por Mike. Pero así como podía ser muy falsa, también podía llegar a ser una muy buena amiga. Claro que no se comparaba con Bella.

Desde que conocí a Bella, me identifiqué con ella, era tímida al igual que yo, sencilla, cariñosa, sincera, estudiosa y sobre todo original, ella tenía un estilo propio y no hablo de la ropa porque si alguien esta peleada con la moda era ella, en fin Bella tenía más cualidades que defectos y desde el primer momento supe que ese era el motivo por el que Jessica y Lauren no la querían.
Y esa apatía se hizo mayor cuando logró conquistar a Edward Cullen, cosa que nunca nadie había logrado. Entendí perfecto por qué Edward se enamoró de mi amiga, ella no era una tonta rogona como las demás, Bella era simplemente ella y lo que más les gusta a los chicos es que seas quien realmente eres y no finjas nada más.
Extrañaba mucho a mi amiga, porque la última vez que la vi fue hace casi seis años en su boda con Edward.

Cuando supe que se iban a casar, por alguna extraña razón no me sorprendió, como a todos los demás. Desde el primer momento que los vi juntos supe que estaban destinados a estar juntos para siempre, aunque claro está que nunca pensé que fuera tan pronto, pero su amor era tan grande que rompía con todos los “esquemas”.

Desafortunadamente perdí el contacto con ella, algo que me dolía mucho pues era mi mejor amiga. Lo único que sabía y eso gracias a su padre es que Bella vivía en una casa en New Hampshire pues estudiaba en Dartmouth y que era inmensamente feliz con Edward. Al igual que Ben y yo lo éramos, o al menos eso es lo que yo creía……….
Ben y yo trabajábamos en el mismo lugar, solo que él no tenía tan buen puesto como el mío, yo era como su jefa, cosa que en pocas ocasiones provocó algunas discusiones entre nosotros pero nada relevante.

Cierto día después del trabajo me dijo que tenía que ir a Forks por unas semanas porque su madre estaba muy enferma y debía cuidar de ella. A mí me habría gustado ir pero no podía abandonar mi trabajo, así que se fue solo. La primera semana pasó muy lenta, extrañaba tanto a Ben que estaba a punto de salir corriendo a Forks. Hablaba todos los días con él para saber cómo estaban él y su mamá, que después de todo ya era como mi suegra. Ben siempre decía que su madre estaba mejorando e incluso en ocasiones hablé con ella y su voz se escuchaba perfectamente bien y eso me tranquilizaba mucho, pero había algo que me decía que quien no estaba bien era Ben.
Las veces que hablaba con él lo escuchaba frío y distante como si no le diera gusto que le llamara, cuando le decía que lo amaba, él solo se limitaba a decir “Yo también” pero no lo escuchaba del todo sincero y eso me dolía demasiado. Ya quería que volviera para saber qué era lo que estaba pasando, pero después de una semana y media Ben me dijo que se quedaría un tiempo en Forks porque tenía mucho que no estaba con su familia y quería pasar un tiempo con ellos. Al parecer ya había hablado con el jefe y éste le dio sus vacaciones por adelantado, yo no objeté absolutamente nada pues él estaba en todo su derecho de querer pasar unos días con su familia ya que solo los veíamos en Navidad y alguna que otra vez durante el año, lo único que no me gustó fue que le hubiera dicho primero al jefe que a mí, aún cuando no fuera su esposa vivíamos juntos como una pareja casada y lo mínimo que podía haber hecho era decirme, algo me decía que ahí había gato encerrado y yo no me iba a quedar con la curiosidad.

Tenía pensado pedir unos días para ir a Forks y ver qué pasaba con Ben y de paso visitar a mi familia, ese era mi plan. Pero no hubo necesidad de hacerlo ya que el día que iba hablar con mi jefe él me llamó porque necesitaba que me fuera inmediatamente a Forks porque unas horas antes habían encontrado muerto a un cazador en el bosque y quería que fuera a cubrir la nota junto con Ben.
No protesté ni un segundo y en una hora ya estaba camino a Forks, tuve que llamar a Ben en el camino. Manejé lo más rápido posible, sin romper las leyes de tránsito claro, llegué a Forks en poco menos de dos horas.

Al ver el letrero que daba la bienvenida al pequeño Forks, una agradable sensación recorrió mi cuerpo entero, había vuelto a casa aunque fuera solo por unos días.
Cuando llegué a mi casa vi un Volkswagen estacionado afuera de mi casa y a uno de mis hermanos en la puerta con un chico y una chica. Al momento que se percató de mi presencia vino corriendo hacia mí y se lanzó a mis brazos. Los chicos que estaban con él se dieron la vuelta me di cuenta que el chico era Jacob, el amigo de Bella. Iba con una hermosa chica, que tenía un gran parecido a Edward y juro que cuando me miró fue como si estuviera viendo los ojos de Bella.
Sacudí la cabeza para alejar esos extraños pensamientos de mi cabeza.
Jacob me entregó una invitación para la boda de Charlie, el papá de Bella y después se despidió llevando a la chica de la mano.

Entré a mi casa y solo pude saludar a mi familia y avisarles que estaría en Forks por unos días antes de salir corriendo hacia el lugar donde mi jefe me había dicho que fuera.

En el sendero me estaba esperando Ben para ir juntos hasta donde estaba el cuerpo del cazador, al verme solo me dio un pequeño beso y empezamos a caminar. Esto cada vez era más extraño y sentía una pequeña presión en mi pecho que me decía que nada bueno estaba pasando. Intenté concentrarme en mi trabajo pues a eso había venido, técnicamente.

Tuvimos que caminar varios kilómetros-suerte que llevaba ropa cómoda-cuando llegamos al lugar de los hechos, el lugar estaba cerrado, había policías por todas partes y en el centro estaban los paramédicos alrededor del cadáver.

Ben y yo nos acercamos y mientras él preguntaba qué era lo que había pasado, yo me dediqué a tomar fotos del cadáver y el lugar. El pobre hombre estaba mordido en varias partes del cuerpo y en unas se le podía ver el hueso, su cuerpo estaba destrozado. Escuchaba pequeños fragmentos de lo que le decían a Ben y al parecer un puma lo había matado, pues encontraron una manada de estos animales muy cerca de ahí. Me arrodille cerca de la cabeza del hombre para tomarle unas fotografías más de cerca cuando algo me llamó la atención, del lado derecho del cuello tenía una extraña herida, era en forma de mida luna y parecía que estaba cicatrizando, lo cual era muy extraño ya que él había muerto unas horas atrás y era casi imposible que una herida cicatrizara tan rápido, pero en realidad eso no fue lo que me llamó la atención sino que la forma de la herida se me hacía conocida y no era precisamente de un animal, le tomé varias fotografías a esa herida porque estaba completamente segura que yo se la había visto a alguien más….¿pero a quien?
Tardamos solo unas cuantas horas en recaudar toda la información y tomar las fotografías correspondientes.

Ben me acompaño de regreso a mi auto y solo me dio un frío beso de despedida antes de subirse al suyo e irse.

Cada minuto entendía menos, lo que estaba pasando con él. Regresé a mi casa con la cabeza llena de extraños y horribles pensamientos. Toda la familia ya estaba esperándome, mi madre hizo la pasta que más me gustaba así como la tarta de chocolate que solía hacerme cuando vivía con ellos. La cena la pasamos platicando de todo lo que había hecho en el tiempo que no los había visto, afortunadamente no tocamos el tema de Ben, de hecho pocas veces lo hacíamos ya que mi padre no lo quería, siempre decía que yo me merecía algo mejor.

Y en estos momentos yo empezaba a pensar lo mismo……

Mi madre me llevó hasta la que había sido mi habitación cuando vivía ahí y me emocioné mucho al ver que todo estaba tal y como lo había dejado antes de irme. Con todas las fotografías que había tomado en el colegio pegadas en una pared, con los peluches que Ben me había regalado encima de la cama, con la primera cámara que mis padres me regalaron sobre el escritorio junto a mi vieja computadora. Mi mamá me dejó sola con mis recuerdos. Recorrí toda mi habitación viendo todo lo que había dejado antes de irme, así pasé varias horas antes de caer rendida en mi cama.
A la mañana siguiente empecé a pasar de la cámara a mi computadora unas fotografías que tomé al cazador para hacer el reporte de la muerte, pero recordé que Ben se había quedado con la información, así que tenía que llamarlo para que me lo trajera a mi casa o fuera yo por él.

Cuando tomé el auricular me entró un poco de temor. Últimamente Ben estaba un poco extraño y aún cuando sabía que me quería me daba miedo enfrentarlo y que me dijera que en realidad no me amaba. Todavía no estaba lista para eso, mi mente, mi corazón no querían aceptarlo.

Decidí mandarle un mensaje de texto, el cual tardó un poco en contestar diciéndome que ya había hecho el reporte desde ayer y durante la noche me lo había enviado a mi correo. Me extrañe mucho más de lo que ya lo estaba porque Ben nunca hacía un reporte tan rápido, es más nunca lo hacía solo, siempre lo hacíamos juntos, definitivamente algo le estaba pasando.

Pasé todo ese día en la que había sido mi habitación terminando el reporte, aunque no había mucho que hacer pues por primera vez Ben lo había hecho perfectamente bien.
No sabía qué hacer con Ben, algo le pasaba y por mucho que me doliera debía admitir que él ya no me quería como antes, pero me daba mucho miedo hablar con él, tal vez si le daba tiempo para que pensara las cosas todo saldría mucho mejor. Sí eso era exactamente lo que iba a hacer.

Hable con mi jefe para pedirle permiso de quedarme unos días para la boda de Charlie, en la que estaba cien por ciento segura estaría Bella. Tardé en convencerlo pero al final terminó aceptando a regañadientes pues decía que le preocupaba lo que pasara si Ben y yo no estábamos ahí.

Desperté a la mañana siguiente con un poco más de ánimo pues durante la noche había decidido ir a buscar a mis amigos, salí muy temprano hacia la dirección de la casa de Mike y Jessica. Aún recordaba cómo se habían casado durante un viaje que hicimos para celebrar que habíamos terminado la universidad, todos estábamos un poco tomados y Jessica aprovechó la situación para casarse con Mike, a otro día el pobre no sabía lo que había pasado hasta que lo felicitamos por su matrimonio. Yo pagaría para volver a ver la expresión de Mike cuando se enteró de la verdad.

Llegue en poco tiempo y afortunadamente ambos estaban ahí, me sentí muy feliz de volver a verlos y les propuse que llamaran a los demás para que saliéramos por un café. En veinte minutos ya estábamos en una cafetería de Port Angeles con Eric, Tyler, Lauren y Ben. Sí Ben, no sé cómo pero alguien no había convencido de ir.
La pasamos muy bien, recordando viejas anécdotas de cuando estábamos en el colegio. Me sentía muy contenta de estar con todos mis amigos. Durante la plática salió a colación el tema de la boda del papá de Bella y me di cuenta que todos estábamos invitados lo cual me hizo más feliz aún. Lauren, Jessica y yo aprovechamos que estábamos cerca del centro comercial para comprar nuestros vestidos para la fiesta, así que pasamos todo el día de tienda en tienda probándonos miles de vestidos hasta que encontramos los indicados.

Durante todo el recorrido por el centro comercial me di cuenta que Lauren me veía de manera sumamente extraña pero intenté no darle importancia, ya que así era ella.

Los chicos nos esperaron en un pequeño bar que estaba cerca del centro comercial y cuando nosotras llegamos nos ofrecieron unos tragos a los que no pudimos negarnos, después de todo tenía años que no estábamos juntos.
Estaba bromeando con Tyler cuando Ben me tomó de la mano y me dijo que quería hablar un minuto conmigo antes de irse. Sentí un poco de miedo pero al ver la calidez de su mirada supe que nada malo pasaría.

-Ang, quiero disculparme contigo porque estos días he estado muy distante pero eso tiene una explicación- dijo con una pequeña sonrisa.

-No tienes que explicarme nada Ben, ya pasó- aseguré aún cuando por dentro quería que me explicara las cosas.

-No Ang, lo que sucede es que mi está bastante enferma y me da mucho miedo que vaya a….- explicó con la voz estrangulada.

En ese momento me sentí horrible por haber pensado cosas malas de Ben. Él solo estaba preocupado por su madre y es lógico que no me preste tanta atención.

-No Ben ya verás que no va a pasar nada malo y tu mamá se va a recuperar- dije dándole un abrazo y un pequeño beso en los labios.

-Eso espero- suspiró y se separó de mi abrazo para tomarme las manos –Y por el mal rato que te he hecho pasar quiero invitarte mañana al cine a modo de recompensa.

-Ben no es necesario….- puso su mano sobre mis labios para que guardara silencio.

-Ang por favor acepta, sirve que yo también me distraigo un poco ¿Qué dices vamos?- insistió con una pequeña sonrisa de niño emocionado.

-Está bien- acepté con una pequeña sonrisa, pues había vuelto el Ben que yo conocía.

Quedamos de vernos a otro día en la noche para ir al cine, dijo que pasaba por mí a las seis y media de la noche.
Me sentía mucho mejor, pues las cosas por fin se habían arreglado y eso hacía que me quitara un peso de encima.

El siguiente día fue muy tranquilo en mi casa, ayudé a mi mamá a preparar el desayuno para mis hermanos y mi padre, la ayudé a limpiar la casa y regar el jardín. Terminando de hacer la comida subí a mi habitación para darme un baño y prepararme para mi cita con Ben. Ya estaba casi lista cuando mi celular empezó a sonar.
Miré el identificador y vi que era Ben, una sonrisa se dibujó en mis labios.

-Hola amor- dije al contestar.

-Hola Ang, oye vas a tener que perdonarme pero mi mamá empeoró y no voy a poder ir al cine ¿Podemos dejarlo para la próxima semana?- dijo con tono de disculpa. Al principio me sentí mal pero después comprendí a Ben y no me moleste en absoluto.

-Claro que sí, lo dejamos para la próxima semana tú no te preocupes- aseguré con comprensión.

-Está bien nos vemos luego Ang, te quiero- masculló con cariño.

-También yo- murmuré antes de colgar.

Di un par de suspiros mientras me quitaba los tacones que había escogido para mi vestido. Terminé de quitarme la ropa y me puse unos pants azules para estar más cómoda. Unos minutos después tocaron mi puerta

-Adelante- dije poniéndome una camiseta blanca. Era Daniel, uno de mis hermanos.

-¿Angela por qué aún no éstas lista? Ben viene por ti en unos minutos.- preguntó Daniel con confusión.

-Ya no vamos a salir Dany- contesté con un poco de tristeza

-¿Por qué?- inquirió acercándose hasta mi cama y sentándose en ella.

-Porque su mamá está muy enferma y debe cuidarla- le expliqué sentándome a su lado.

-Ah, ¿Entonces no tienes nada que hacer?- preguntó enarcando las cejas.

-No, no tengo nada que hacer ¿Qué tienes planeado?- contesté con suspicacia.

-Bueno, es que Alan y yo íbamos a ir al cine con unos amigos porque es el estreno de una película que hemos esperado por meses, pero hoy en la escuela se metieron en problemas y como todos están castigados vamos a tener que ir solos- contestó haciendo una falsa expresión de tristeza.

-¿Cómo que van a ir solos? ¿Es que yo estoy pintada?- dije con falsa molestia.

-¿De verdad irías con nosotros?- preguntó emocionado.

-Claro que sí, ¿Por qué no habría de hacerlo?- inquirí extrañada.

-Porque digamos que el tipo de la película que vamos a ver no es de tus favoritos- respondió con sinceridad.

-¿De acción?- él asintió –Bueno como bien dices no son mis favoritas pero con tal de pasar un buen rato con ustedes no me importa- aseguré con una gran sonrisa –Así que ve y dile a Alan que nos vamos en diez minutos.- Daniel salió corriendo de mi habitación muy animado.

Al final no haber salido con Ben logró que estuviera un rato sola con mis hermanos, cosa que me encantaba. Alan y Daniel eran los mejores hermanos que me pudieron tocar, eran muy respetuosos con cualquier persona en especial con las chicas, no por nada muchas chicas querían salir con ellos, además eran muy guapos. Ambos eran muy unidos y se ayudaban entre ellos para salir de sus problemas, incluso en el colegio había quienes les temía pues sabían que si se metían con Daniel también lo hacían con Alan. Aunque normalmente era Daniel quien se peleaba para defender a Alan, pues a pesar de ser gemelos Alan era más tímido que Daniel. O si alguno de ellos hacía alguna travesura en el colegio nunca les hacían nada porque jamás se enteraban quien lo había hecho. Era muy gracioso escucharlos contar sus aventuras en la escuela, aunque al final mis padres terminaban castigándolos a los dos justo cuando sus amigos los habían invitado a algún cumpleaños o a comer un helado, pero yo terminaba salvándolos del castigo, pues les decía a mis papás que me los iba a llevar a casa de Jessica para que nos ayudaran a estudiar o algo parecido aunque la realidad era que los iba a llevar a casa se sus amigos. Adoraba a mi par de traviesos hermanos y a pesar de nuestra diferencia de edades, yo lograba convertirme en una adolescente cuando estaba con ellos.

No tardamos mucho en ponernos en marcha rumbo al cine de Port Angeles, los tres estábamos muy felices de volver a estar juntos como los hermanos que somos. Al llegar al cine había mucha gente que iba a ver la misma película que nosotros, por lo que les dije que fueran a comprar las palomitas, refrescos y dulces que quisieran mientras yo me formaba para comprar los boletos.

Faltaban cinco personas para que fuera mi turno cuando escuché unas risas demasiado conocidas.
Me di la vuelta para confirmarlo y lo que vi me hizo sentir la chica más estúpida del universo entero. A unos cuantos metros de mí estaban Ben y Lauren sentados en una banca besándose apasionadamente.

No podía creer lo que venía, no quería creerlo. Mis ojos se llenaron de lágrimas y mi corazón se hizo polvo. Me sentía engañada, usada, estúpida, idiota y todos los calificativos posibles para esta situación. Había dejado mi vida para estar con Ben, estudié en la misma universidad que él para estar a su lado, aún cuando esa no era la que yo quería, dejé de ver a mi familia para pasar todo el tiempo con él, había sido el primer y único hombre en mi vida, empezábamos a planear nuestra boda porque ya no podíamos esperar más y ¿así era como me pagaba?, besándose con una de mis amiga. Había planeado una vida alado de él, con nuestros hijos, una gran casa para que nuestros padres y amigos fueran a visitarnos, incluso soñaba con tener una mascota, no era posible que todos esos planes, todos esos sueños pudieran romperse en un segundo.

Quería salir corriendo de ahí pero mis piernas no me respondían, me había quedado quieta en ese lugar mirando cómo mi novio y mi amiga se besaban enfrente de mí.
Sentía como si alguien estuviera apretando mi pecho con gran fuerza, provocando que empezara a sentirme mareada.

-Ang, Ang ¿estás bien?- escuché la voz de Alan llamándome.

-Yo….sí…estoy bien- respondí con la voz entrecortada sin poder apartar la vista de Ben y Lauren, que al parecer no se habían dado cuenta de mi presencia pues seguían besándose y abrazándose.

-¿Entonces por qué llo…?- de reojo vi como Daniel seguía mi mirada para encontrarse con la peor imagen del mundo.

-¿Qué hacen Ben y Lauren aquí, que él no estaba cuidando a su mamá?- dijo Alan con un todo de molestia y confusión, al verlos sentados en la banca sin besarse.

-Pero si será maldito- murmuró Daniel cuando un segundo después Ben volvió a besar a Lauren con pasión, tiró al piso las palomitas y refresco que llevaba en las manos y se dirigió hacia donde estaban ellos.

Alan y yo nos miramos con temor, pues sabíamos que Daniel era muy temperamental y podía matar a golpes a Ben si se lo proponía, así que corrimos para detenerlo pero fue demasiado tarde, ya que antes de que pudiéramos alcanzarlo el ya estaba frente a Ben.

-¡Eres un maldito desgraciado!- exclamó propinándole un golpe tan fuerte en el rostro que provocó que Ben cayera hacia atrás.

-¿Quién demonios crees que eres para venir a golpear a mi novio?- dijo Lauren furiosa, al parecer no había visto que se trataba de mi hermano o de lo contrario no habría dicho eso.

¿Su novio? ¿Ben era novio de Lauren? Pero….eso…..eso no era posible, Ben era mi novio o incluso algo más que eso. La presión en mi pecho se hizo mayor, pero tuve que ignorarlo porque en ese momento era más importante sacar a Daniel de aquí antes de que algo malo pasara.

Lauren ayudó a Ben a levantarse, aunque con un poco de dificultad pues a éste le sangraba el labio y estaba completamente perplejo.
Intenté tomar a Daniel del brazo pero se zarandeo para que lo soltara al ver que Ben ya se había levantado del suelo.

-¡¿Cómo te atreves a engañar a mi hermana?!- gritó Daniel volviendo a golpear a Ben en el rostro con gran fuerza.
Hasta ese momento Ben se dio cuenta de lo que estaba pasando y por un segundo su mirada se cruzó con la mía antes de que mi hermano se le fuera encima.

-¡Te advertí que no le hicieras nada o yo mismo iba a matarte! Y créeme que no amenazo en vano- le recordó mi hermano tirándolo al piso y volviendo a golpearlo. Antes de que Ben y yo nos fuéramos a la universidad, Daniel le dijo que si me hacía sufrir él mismo lo mataría, claro que en ese momento a todos nos causo gracia pero ahora si creía capaz a mi hermano de hacerlo.

-Hey espera Daniel, todo tiene una explicación- decía Ben entre gemidos de dolor que daba ante cada golpe de mi hermano.

-Daniel hermano tranquilízate, vas a matarlo- dijo Alan quitando a Daniel del cuerpo de Ben.

-¡Eso es precisamente lo que quiero!- exclamó forcejeando con Alan. Me puse delante de mi hermano y tomé su rostro entre mis manos.

-Dany hazlo por mí, no vale la pena que lo mates, no quiero que tengas problemas- aseguré al ver que a lo lejos venían un par de policías.

-¡Pero Ang como me pides eso si este idiota te engaño!- masculló con rabia

-Lo sé pero no vale la pena que te lleven a la cárcel por él- dije con tranquilidad –Alan llévatelo al auto y espérenme ahí- le ordené entregándole las llaves de mi auto.

-No, no voy a dejarte sola con él- contestó Daniel mirando a Ben con furia.

-Alan por favor- insistí sin hacerle caso a Daniel. Alan jaló a Daniel y se perdieron entre la gente que solo nos miraba con miedo.

En ese momento llegaron los policías.

-¿Pasa algo malo?- preguntó uno de ellos mirando el golpeado rostro de Ben.

-Nada que no se haya solucionado ya, oficial- respondí con tranquilidad.

-Les vamos a pedir que se retiren o los llevaremos a la comisaría- amenazó el otro policía.

-No se preocupe oficial ya nos íbamos- contesté dando media vuelta y caminado hacia la salida, al tiempo que contenía las lágrimas que estaban a punto de salir de mis ojos.

Cuando llegue al estacionamiento escuché pasos detrás de mí, sabía exactamente que eran Lauren y Ben siguiéndome, y a pesar de que no quería hablar con ellos, me di la vuelta para enfrentarlos, ya estaba harta de sus mentiras y lo menos que me merecía era una explicación.

-¿Qué es lo que quieren? ¿Seguir burlándose de lo estúpida que fui al confiar en ustedes, seguir engañándome como lo han hecho hasta ahora, seguir haciéndome daño? ¡Díganme qué demonios quieren de mí!- exclamé al darme la vuelta, el dolor de mi pecho era cada vez mayor

-Angela lo siento mucho pero lo nuestro ya no servía, yo ya no me sentía bien contigo- admitió Ben tomando la mano de Lauren. Al menos era sincero pero eso no significaba que no me dolieran sus palabras, al contrario me dolía mucho más.

-¡¿Y por qué demonios no fuiste sincero?! Maldita sea Ben me hubieras lastimado menos si me hubieras dicho la verdad a ver cómo te besabas con ella- exclamé señalando a Lauren, ya ni siquiera podía llamarla mi amiga.

-Angela tranquila, nunca fue nuestra intención lastimarte- dijo Lauren acercándose a mí con una falsa sonrisa de arrepentimiento.
No pude controlarme y sin pensarlo le di una bofetada tan fuerte que mi mano quedó marcada en el rostro.

-No vuelvas a dirigirme la palabra, se supone que eras mi amiga y ¿qué es lo que haces? Besar a mi novio

- Yo lo único que quería era disculparme y tú me golpeas ¿acaso estás loca?- dijo Lauren frotando su mejilla.

-Es lo menos que te mereces-escupí con odio.

-Ang, por favor déjame explicarte- dijo Ben haciéndole señas a Lauren para que nos dejara solos. Lauren se fue y a lo lejos vi como se metía en el auto de Ben a esperarlo.

-No vuelvas a llamarme así, para ti soy Angela- señalé fulminándolo con la mirada.

-Está bien, Angela- rectificó –Deja que te explique todo por favor, es lo único que te pido.

-Y yo lo único que te pido es que te alejes de mí y me dejes tranquila porque no quiero escuchar ninguna de tus explicaciones, no me interesan- mascullé dándome la vuelta camino a mi auto.

-Angela por favor- insistió Ben tomándome del brazo para detenerme. Esa acción provocó que la sangre me hirviera y le diera una bofetada a Ben mucho más fuerte que la que le había dado a Lauren.

-¡DEJAME TRANQUILA BEN! ¡NO QUIERO VOLER A VERTE!- le grité antes de salir corriendo hasta llegar a mi auto.

Entre al auto ante la atenta mirada de mis hermanos, pero no dije nada y ellos entendieron la indirecta y tampoco preguntaron nada durante todo el camino a casa. Me obligue a no llorar en todo el camino, aún cuando era lo que más quería hacer en ese momento. Al llegar a la casa no pude contener más las lágrimas y corrí hasta mi habitación antes de que mis hermanos pudieran salir del auto. Escuché a mis padres preguntar qué era lo que tenía el ver que las primeras lágrimas corrían por mis mejillas cuando pasé a su lado al dirigirme a mi habitación.
Cuando entré a mi recamara no pude más y me dejé caer a la cama mientras lloraba como nunca lo había hecho. Me sentía sumamente mal, el corazón me dolía por la traición de Ben.

Sentía como la tierra se abría de bajo de mí y me arrastraba a una horrible oscuridad, una en donde reinaba el dolor y la desesperación, el desamor y la traición. Una oscuridad en la que Ben no estaba a mi lado para sacarme de ahí, para amarme y protegerme. Su corazón ya no me pertenecía, incluso en este momento pensaba que jamás lo había hecho, que siempre había estado conmigo por lástima o simplemente porque estaba esperando el momento para dejarme, sola y rota como lo estaba ahora.
Le había dado mis mejores años de mi vida, lo había amado más de lo que me amaba a mi misma y esas eran cosas que él no veía, que no le habían importado desde el momento que me había engañado.

¿Desde cuándo lo había hecho? ¿Desde cuándo había sido la estúpida novia cornuda? ¿Desde cuándo había dejado de amarme?

Tenía muchas preguntas pero ya no me importaba la respuesta, ya no me importaba nada, ni siquiera mi vida, quería morirme, no quería seguir viviendo, no quería estar sin el amor de mi vida. Me sentía furiosa conmigo misma. ¿Cómo había sido tan estúpida? ¿Cómo no me había dado cuenta del engaño?

En un arranque de furia lancé la foto de Ben y yo, que tenía en la mesita de noche. Me levanté de mi cama y empecé a arrancar las fotos que tenía con él pegadas en la pared, las rompía con las lagrimas desbordando de mis ojos. No quería nada que me lo recordara, quería romper todos sus regalos. Destrocé todo los regalos que tenía de Ben, los peluches, las fotografías, las cartas, absolutamente todo. No quería tener nada que me lo recordara, que me recordara los días que fui feliz con él, que me recordara lo idiota que fui al creer en sus palabras.

En poco tiempo mi habitación quedó repleta de pedazos de lo que fue una bella historia y ahora era una horrible pesadilla de la que no podía despertar por más que lo intentaba. Había hecho pedazos todo lo que me recordaba a aquél hombre que me había destrozado el alma pero aún así no me servía de nada haber terminado con esas cosas porque en mi mente seguían todos los momentos que habíamos pasado juntos.
¿Cómo podía romper esos recuerdos? ¿Cómo lograría sacarlos de mi mente? ¿Cómo hacía para convertirlos en cenizas que se llevara el viento y nunca volvieran? ¿Cómo podía hacerlo si habían sido los mejores momentos de mi vida?
Me pasé toda la noche llorando hasta que finalmente me quede dormida.

Los siguientes días fueron iguales, no salía de mi habitación ni siquiera para comer, pasaba todo el tiempo recordando, buscando el motivo por el que Ben dejó de amarme, pero no encontraba ninguno. A mi parecer había sido una buena novia, siempre había estado al pendiente de él.

Mi madre trataba de animarme, al igual que mis hermanos pero nadie lo lograba. Era como si estuviera en otro mundo, en uno donde el dolor no existía.

Llegó el día de la boda ya pesar de no tener ánimos de hacer nada, me arregle para ir solo con mis padres, pues los gemelos iban a ir a casa de un amigo. Lo único que me emocionaba de la boda era que por fin después de tanto tiempo vería a Bella, solo por eso asistiría. Y no me arrepentía de haber ido pues ese día cambio mi vida por completo.

Muchos conocidos estaban en la fiesta, pero al ver al resto de los Cullen fue como si nunca en mi vida los hubiera visto. A pesar de saber lo bellos que eran no pude evitar sorprenderme cuando los vi a todos reunidos en el jardín, pero la que más me sorprendió fue Bella. Ella siempre había sido hermosa pero ahora lo era mucho más, incluso podía decir que se parecía un poco a la madre de Edward.

Al ver a Lauren y Ben tomados de la mano durante la ceremonia fue como si me echaran acido en el corazón, tuve que hacer un gran esfuerzo para poner mi mejor sonrisa y no soltarme a llorar en ese momento.

Después de la ceremonia vi a Bella en una mesa y fui corriendo para poder abrazarla. Cuando la saludé nos pusimos a brincar como niñas pequeñas tomadas de las manos y cuando terminamos de hacerlo, me di cuenta que Bella tenía la misma cicatriz que el cazador que habían encontrado en el bosque, con la única diferencia de que mi amiga la tenía en la muñeca. Hice una nota mental para preguntarle después como se la había hecho. Platicamos a sobre nuestras vidas, hacía tanto que no nos veíamos que había muchas cosas que contarnos, me preguntó cómo me había enterado de la boda y al contarle el por qué de mi visita a Forks no té como se tensaba ligeramente pero ella dijo que era de la emoción de volver a verme y yo no quise insistir a pesar de tener el pequeño presentimiento de que había sido por lo del cazador.

Intenté no sacar el tema de Ben, pero cuando Bella me preguntó por él tuve que decirle la verdad y como era de esperarse me solté a llorar. Bella me tenía abrazada cuando un chico la llamó.

Bella me lo presentó como su nuevo hermano. Se llamaba Seth y era un chico que aparentaba no más de diecinueve años, era bastante alto y musculoso para la edad que aparentaba, de piel era morena, sus ojos de un negro bastante acogedor, su cabellos un poco largo pero sin llegar a parecer un vago, tenía una hermosa sonrisa y facciones de niño travieso, en resumen era bastante guapo, pero eso no me extrañó, sino lo que sentí cuando lo vi a los ojos.

Fue algo realmente maravilloso, como si nadie existiera a nuestro alrededor, como si de pronto todo mi dolor se esfumara tan rápido como un suspiro, como si me hubiera enamorado perdidamente de aquel extraño chico, por un momento pensé que estaba loca pero cuando sentí que mis labios se curvaban en una pequeña y tímida sonrisa, algo en mi interior me dijo que era real y que por raro que parezca me había enamorado de Seth.

El resto de la fiesta la pasé admirándolo a escondidas, era un chico muy lindo eso no podía negarlo y había despertado el corazón que había dejado de latirme en los últimos días, había provocado que volviera a soñar con una vida perfecta, pero sobre todo había provocado que me olvidara de Ben y su traición. Ahora podía ver a aquellos que un día rompieron mi corazón sin sentir dolor alguno, al contrario me sentía muy feliz de que lo hubieran hecho porque de lo contrario no hubiera encontrado lo que en unos minutos encontré en Seth, cualquiera me tacharía de loca pero estaba segura que esta vez mi corazón no me mentía y también estaba segura de que esta vez lucharía contra todo y contra todos para alcanzar mi final feliz.


Los siguientes días fueron mejor de lo que pensaba. Desde el primer día pude notar el interés que Seth tenía en mí, pues cada mañana me llamaba solo para preguntarme qué tal había pasado la noche y para mi sorpresa últimamente pasaba las mejores noches de mi vida y esto gracias a que Seth era el protagonista de mis sueños.
Poco a poco nuestro acercamiento fue mayor. Empezó invitándome un helado, a dar un paseo por el sendero del bosque o al cine, cosas muy inocentes. En una de esas salidas le conté mi historia con Ben y extrañamente Seth se molestó más de lo que yo esperaba.
Al principio, mi familia era un tanto hostil con él, pues no querían que me volvieran a hacer sufrir, pero Seth tenía tanto encanto que en poco tiempo se ganó la confianza y el cariño de mis padres. Con los que tuvo que lidiar un poco más fue con mis hermanos, en especial con Daniel, que desde que lo conoció no paraba de fulminarlo con la mirada y hacerle una que otra sutil amenaza, pero aún así Seth no tardó tanto en ganarse su confianza e incluso llegó el momento que jugaba a los videojuegos con mis hermanos.
Con Seth me sentía protegida y sobre todo muy querida. Me divertía como nunca lo había hecho, Seth era bromista en extremo y siempre tenía una hermosa sonrisa dibujada en su rostro.
Hacía todo tipo de locuras para hacerme reír, lo cual lograba sin mucho esfuerzo.
Un día incluso me llevó a la playa a hacer salto de acantilado, claro que esto yo no lo supe hasta que nos encontramos a Jacob y su novia en la playa y él le preguntó a Seth sobre lo que teníamos planeado hacer. Al principio entré en pánico, pero el hecho de estar con Seth me hacía sentir más segura. Algo en mi interior me decía que lo amaba a pesar de que tenía poco tiempo de conocerlo, muchos me tacharían de loca pero fue una especie de amor a primera vista.
El día que me llevó al acantilado pasó algo inesperado pero muy deseado casi desde la primera vez que lo vi. Al intentar subir por las rocas, después de la primera vez que me lancé al mar, me resbalé gracias al agua que escurría de mi cuerpo; pero antes de que cayera y me golpeara con las piedras Seth consiguió sostenerme, tomando mis manos y jalándome hacia él.
-¿Estás bien?- preguntó con preocupación pegándome a su pecho.
-Sí, gracias- contesté levantando mi mirada con agradecimiento y timidez.
Al encontrarme con su mirada, me di cuenta de lo cerca que estaban nuestros labios, sentía su aliento rozar mi rostro y su corazón bombeando frenético al igual que el mío. Seth miraba mi boca y ojos simultáneamente mientras que con extrema lentitud e inseguridad fue acercando su rostro al mío hasta juntar nuestros labios.
El beso fue un poco torpe como si temiera mi reacción o como si fuera la primera vez que besaba a una chica, sus movimientos eran inseguros y sus labios temblaban sobre los míos. Me sentía en el mismo paraíso, jamás me había sentido tan feliz como en ese momento ni siquiera cuando pensaba que Ben era mi razón de vivir, con Seth era como si nadie más existiera y con ese beso estaba segura que mi amor era correspondido.
Me dejé llevar por lo que sentía desde el momento que lo conocí, no fue un beso intenso y mucho menos apasionado, solo fue un beso que confirmaba lo que sentíamos y no podíamos o no queríamos decir.
-Angela, yo sé que has pasado por un momento muy doloroso con todo lo que pasó con Ben- dijo Seth con nerviosismo cuando dejó de besarme –Y tal vez no sea el momento para esto pero……-vaciló tomando mis manos entre las suyas y mirándome directamente a los ojos. Sentí como mi corazón se hinchaba de emoción –Me gustaría saber si quieres salir conmigo…….ya sabes como….como novios – concluyó con un adorable titubeo.
No tenía que pensarlo ni un segundo, pues nunca había deseado más que este momento llegara como ahora.
-Sí Seth, sí quiero ser tu novia- acepté con una gran sonrisa. No me importaba la diferencia de edad, no me importaba que me criticaran por salir con un chico menor que yo no me importaba nada excepto que Seth me amaba como yo a él.
Él no pudo hacer otra cosa más que abrazarme mientras volvía a unir nuestros labios en un tierno beso.
A partir de entonces fuimos completamente inseparables, cosa que a mi familia no le sorprendió, sino todo lo contrario, se alegraron mucho de que por fin había encontrado a alguien que me iba a hacer feliz.
Al principio Seth iba a mi casa y podíamos pasar horas platicando o simplemente abrazados sin decir palabra alguna, dejando que nuestros corazones hablaran por nosotros. Otros días me llevaba a La Push a pasar un rato con los chicos. Me presentó a su hermana Leah y a todos sus amigos o la familia como él le decía. Todos los chicos eran muy amables conmigo me trataban como si ya perteneciera a la gran familia que formaban. Cada que nos reuníamos las chicas pasábamos horas platicando, todas nos llevábamos muy bien; todas menos Leah. Ella era………difícil, pero Seth me contó que era así porque ella había sido novia de Sam y que éste la dejó por su prima Emily, y por ese motivo Leah se había vuelto una chica un tanto amargada.
-Lo malo es que ahora ella esta encaprichada con Jacob, pero él nunca va a poder corresponderle- dijo con un tono de tristeza un día que estábamos en el jardín de la casa de Sam y Emily.
-¿Por qué no ha de hacerlo? Leah es hermosa- pregunté con confusión.
-Porque Jacob está perdidamente enamorado de Nessie y jamás va a dejar de amarla- me explicó –Y lo peor es que ella lo sabe y no le interesa, aún cuando está consciente de que al final va a salir muy lastimada- agregó con tristeza.
-Pero tal vez Jacob podría corresponderle a tu hermana. Uno nunca sabe que es lo que va a pasar- mascullé dándole un poco se esperanza. A pesar de que no había hablado mucho con ella, sabía que era una buena chica y después de lo que había pasado con Sam ella se merecía ser feliz. Además en cierto modo yo la entendía, pues al igual que Sam, Ben me dejó por otra chica sin importarle mis sentimientos y sobre todo mis sueños.
-No, eso no va a pasar nunca- aseguró Seth con mucha seguridad –El amor de Jake y Nessie va más allá de lo que te puedes imaginar, es como el que Sam le tiene a Emily, Paul a Rachel o Jared a Kim, nada ni nadie puede terminar con ese amor- agregó con una tierna sonrisa. Había visto a todas esas parejas y desde el primer momento me impresioné del grado de adoración con el que ellos las miraban. Sam adoraba a Emily y al pequeño que venía en camino, cada que los veía Sam acariciaba el abultado vientre de su esposa todas las veces que podía, a Paul y Rachel los conocí cuando ella ya había dado a luz a su pequeña Elisa y siempre que Paul estaba con ellas, en su mirada se podía ver cuánto las amaba, cuando cargaba a su hija lo hacía como si fuera una muñequita de porcelana, Jared y Kim eran muy tiernos pues según sabía tenían muy poco tiempo de haberse casado, pero no por eso su amor era menor al del resto.
Seth tenía razón, un amor como el de ellos era imposible de romper y aunque Leah y yo no éramos las mejores amigas, realmente esperaba que ella también encontrara el amor.
Conforme pasaron los días, mi felicidad aumentaba, nada de lo que pasaba a mi alrededor me importaba, ni siquiera cuando mi jefe me llamó para decirme que estaba despedida por haber faltado tantos días pues ya llevaba tres semanas en Forks, pero nada de eso era importante solo el hecho de estar feliz con Seth. Busqué un trabajo en Port Angeles y para mi fortuna encontré uno en una cafetería, no ganaba mucho pero si lo suficiente para mantenerme. Pero como siempre mi felicidad se vio opacada cuando el comportamiento de Seth empezó a cambiar.
Había días en los que estábamos en mi casa y repentinamente se iba argumentando que había olvidado algo que tenía que hacer, a veces iba a recogerme a la cafetería y se iba con el mismo argumento. Dejó de frecuentar mi casa y cuando lo hacía se veía muy cansado, como si no hubiera dormido en días. Empezaba a preocuparme y no precisamente porque pensara que Seth había dejado de interesarse en mí sino porque tenía el presentimiento que tenía problemas muy graves y me preocupaba que se enfermara al ver el cansancio que se cargaba.
-Seth, estoy preocupada por ti, dime que es lo que tienes- dije un domingo que estábamos en mi casa al ver como Seth caía rendido en mi sofá –Tal vez yo pueda ayudarte.
-Lo siento Angie, pero tengo unos cuantos problemas en casa- contestó Seth acariciando mi rostro.
-¿Y esos problemas son lo que te quitan el sueño y te dejan tan cansado? Discúlpame Seth pero esto es muy extraño, además que problemas puedes tener si tu madre está de luna de miel con Charlie y por lo pronto estás viviendo solo- dije alejando mi rostro de su mano. Sabía que no me estaba diciendo la verdad y eso me dolía mucho.
-Cariño, sé que no he pasado mucho tiempo contigo los últimos días pero eso no quiere decir que haya dejado de amarte- murmuró Seth tomando mis manos entre las suyas y mirándome con ternura.
-Yo no hablo de eso, lo que yo quiero decir es que me preocupa que estés tan cansado y no me digas por qué, sabes que no me gusta que me mientan y es precisamente lo que estás haciendo- contesté en modo de reproche.
-Tienes razón, no he sido del todo sincero contigo pero te prometo que muy pronto te contaré toda la verdad solo dame un poco de tiempo- dijo con un toque de miedo y nerviosismo.
-¿Qué no confías en mí?
-No es eso cariño es solo que digamos que es algo difícil de explicar y necesito tiempo para buscar la manera de hacerlo bien- aseguró con un suspiro.
-Está bien Seth, ya no insistiré solo te pido que te cuides y que recuerdes que pase lo que pase yo nunca dejaré de amarte- dije dándole un dulce beso en los labios.
-¿Bueno que te parece si te llevo al cine para compensar el tiempo perdido? Aún es temprano- dijo consultando su reloj.
-Preferiría que descansaras- admití acariciando las ojeras que se le habían formado en estos días.
-Y yo prefiero ir al cine contigo así que toma una chaqueta y vámonos- replicó poniéndose de pie.
-De acuerdo- contesté dirigiéndome a mi habitación.
Al salir de la casa me di cuenta que Seth estaba montado en una motocicleta negra.
-¿Es tuya?- le pregunté con perspicacia.
-Ojalá, pero no, no es mía es de Jake- contestó con una sonrisa.
-¿Y es segura?- inquirí mirando la moto con desconfianza.
-Vamos Angela ¿no me digas que después de haberte lanzado de un acantilado le temes a una indefensa motocicleta?- se burló riéndose a carcajadas.
Bien, Seth tenía razón. Tomé el casco que me ofreció y me subí a la motocicleta. El viaje a Port Angeles fue increíble, jamás me había subido a una motocicleta y definitivamente era una experiencia que volvería a repetir. Seth escogió una película romántica y para ser sincera no puse atención a la película, prácticamente me pasé esas dos horas disfrutando de los besos y sutiles caricias que Seth me regalaba cuando estaba en sus brazos.
Al salir, Seth me hacía bromas sobre que lo había hecho pagar las entradas para que yo no viera la película, pero de pronto nos dimos cuenta de lo tarde que era y empecé a preocuparme pues no había avisado a mis padres que iba a salir y a pesar de que ya era mayor de edad ellos aún me regañaban.
El regreso fue mucho más rápido que la ida. En el camino escuché el aullido de un lobo y se me erizó la piel, últimamente escuchaba con frecuencia el aullido de los lobos y me daba un poco de miedo porque mi casa estaba cerca del bosque y temía que le hicieran algo a mi familia. Aún recordaba las muertes que hubo hacía algunos años y no podía evitar que se me pusieran los pelos de punta, a pesar de que los causantes de esas muertes habían sido osos y no lobos o al menos eso era lo que se decía.
Sentí como Seth se tensaba cuando escuchó el aullido.
En cuanto llegamos a mi casa rápidamente me despedí de Seth y entré antes de que salieran mis padres, pero al entrar vi una nota en una mesita que había en el recibidor en donde me avisaban que habían ido a cenar y probablemente llegarían muy tarde. Suspiré de alivio.
Me asomé por la ventana para ver a Seth antes de que se fuera y así poder volver a soñar con él, pero lo que hizo me pareció de lo más extraño, en lugar de subirse a la motocicleta empezó a arrastrarla hacia la parte trasera de mi casa intentando no hacer el menor ruido. No pude quedarme con la curiosidad y me fui a la puerta de la cocina, que era por la única que podíamos salir a atrás de la casa y al bosque.
Vi a Seth internarse unos pocos metros en el bosque y mirando hacia todas partes como si fuera un delincuente. Escondió la motocicleta entre los arbustos y se empezó a quitarse su ropa.
¿Pero qué diablos estaba haciendo? Abrí la puerta de la cocina y estaba a punto de salir de para preguntarle qué era lo que estaba haciendo cuando pasó algo que me dejó completamente impactada y un tanto aterrada.
Seth dio un pequeño salto y antes de caer al suelo un enorme lobo color arena ocupó su lugar.
Me quedé petrificada en la puerta de la cocina sin saber qué hacer y sin creer lo que acababa de ver.
¡Dios esto no era posible! ¡Seth se había convertido en un lobo frente a mis ojos! ¿Pero cómo era posible? Sentí que mis piernas se convertían en gelatina, tuve que sostenerme del marco de la puerta para no caer de rodillas, mi respiración se aceleró y mi corazón bombeaba frenético.
El terror se apoderó de mi cuerpo, Seth era uno de esos aterradores lobos que durante algunas noches me quitaban el sueño por temor a que algo nos pasara a mí y a mi familia, pero lo peor es que yo estaba enamorada de ese lobo y aún cuando sabía que no eran tiernos cachorros algo me impedía dejar de amarlo.
¿Pero como amarlo si era………..un monstruo?
Estaba casi segura de que eso era lo que me ocultaba y en todo caso entendía el motivo, no sería fácil decirle a tu novia que eres un hombre lobo, nadie lo entendería. Pero la pregunta era ¿Yo lo entendería? ¿Estaba dispuesta a guardar un secreto de esa magnitud?
De pronto el recuerdo del gran animal color negro que había visto años atrás se apoderó de mi mente. Era del un poco más grande que el lobo color arena en el que se había convertido Seth, el mismo lobo que según la policía había terminado con la vida de varias personas.
¿Y si Seth había sido parte de eso? ¿Y si mato a alguno de los humanos encontrados? ¿Estaba enamorada de un asesino? Sí, si lo estaba.
Sabía que por Seth era capaz de hacer todo, no me importaba si alguna vez había matado a alguien, no me importaba que fuera un lobo, no me importaba nada más que ser feliz con él. ¿Era egoísta? Tal vez ¿Pero qué humano no es egoísta cuando se trataba de buscar su felicidad?
Me sentía confundida, sabía que mi amor por Seth no iba a cambiar por nada extraño que pasara pero necesitaba más información, necesitaba saber más sobre………………hombres lobo.
Pero antes debía confirmar que lo que vi no había sido una ilusión, fui hasta donde vi que Seth había dejado la motocicleta y al verla supe que todo había sido verdad. La moto de Jacob estaba escondida entre los arbustos al igual que la playera y el pantalón de mi novio. Ahora que lo pienso……Jacob era el mejor amigo de Seth por lo tanto él también debe saber la verdad o……. ¿Acaso él también será un hombre lobo? ¿Bella sabrá algo de esta historia? Digo ellos eran buenos amigos de ella, y Jacob salía con la sobrina de Edward……
Mi cabeza era una maraña de extraños pensamientos.
Tomé la playera de Seth antes de irme corriendo de regreso a mi casa. Necesitaba información y no me importaba pasar horas frente a la computadora, con tal de saber más de los hombres lobo. Pero debía hallar algo que no fuera la versión Hollywoodense, sino algo mas………….real, si es que eso era posible.
Al entrar a mi habitación puse el seguro a la puerta pues no quería que nadie me interrumpiera en mi investigación.
Pasé horas revisando cada una de las direcciones que el buscador me había proporcionado. Llevaba leídas cientos de páginas pero ninguna me decía nada “real” o “coherente” si es que se le puede llamar así. Todas decían lo que el mundo entero conoce, que los hombres lobo se transforman en luna llena, que la plata era lo único con lo que podían matarlos, etc. En pocas palabras todo lo que Hollywood y los libros de fantasía nos hacían creer, aunque también era ilógico querer encontrar algo más real si nadie sabía la existencia de estos seres.
¡Dios, estaba totalmente confundida!
¿Y qué tal y todo fue una ilusión? ¿Qué tal y todo fue producto de mi retorcida mente? No eso no era posible. ¡Yo vi a Seth cuando se convirtió en lobo! Tenía su playera en mis piernas y no estaba loca para haberlo imaginado.
Estaba a punto de amanecer y yo seguía buscando información que al final no servía de nada. Decidí descansar un poco después de mi inútil tarea cuando escuché unas voces viniendo de afuera de mi casa. Era apenas un susurro pero a pesar de eso una conocida voz hizo que me levantara del escritorio y corriera hasta mi ventana, que daba exactamente en donde Seth había dejado la motocicleta.
Me asomé por la ventana y entre los arboles logré ver la silueta de Seth y Leah mientras hablaban.
Era ahora o nunca, tal vez no me había servido de nada pasar horas buscando información en internet pero tenía muchas preguntas y Seth era el indicado para contestar cada una de ellas.
Tomé la playera de Seth y sin hacer el menor ruido para no despertar a mi familia, bajé hasta la cocina y salí al patio que daba al bosque. Caminé sigilosamente entre los árboles.
-¿Qué harás con ella?- le preguntó Leah con preocupación.
-Lo único que puedo hacer es decirle la verdad- contestó Seth pasando una mano por su cabello –Estoy casi seguro que me vio cuando entré en fase y no puedo seguir mintiéndole.
¿Estaban hablando de mí?
-Es por eso que odio todo esto, toda nuestra maldita vida son secretos, secretos y más secretos, afortunadamente no estoy en tus zapatos…..-dijo Leah con un tono compungido.
-Ya lo estarás Leah y vas a entenderme- aseguró Seth con una media sonrisa para su hermana.
-Seth ya hablamos de eso…..-ella lo cortó con un poco de brusquedad.
-Está bien lo siento- masculló Seth mirando a su hermana con ternura –Creo que es mejor que nos vayamos.
-Sí, toma tus cosas y vamos de aquí antes de que alguien despierte- anuncio Leah
Vi a Seth inclinarse junto al árbol, justo en donde había dejado su playera.
-Oh demonios mi playera no está- dijo Seth un poco preocupado.
-Seguro tu novia la tomó, date cuenta todo el ambiente tiene su aroma- señaló Leah inhalando el aire.
Seth hizo lo mismo.
-Tienes razón, pero el aroma es reciente- aspiró un poco más –En realidad es como si estuviera aquí….
En ese instante supe que el momento de las verdades había llegado.
-Es porque estoy aquí- murmuré saliendo de entre los árboles.
Seth y Leah me vieron con una expresión de pánico y preocupación. Leah veía a su hermano y a mí simultáneamente. Se hizo un largo minuto de silencio que me ponía más nerviosa de lo que ya lo estaba.
-Creo que esto es tuyo- mascullé entregándole la playera cuando decidí que ya no podía más con la incertidumbre.
-Yo…..gracias - contestó Seth tomando la playera. Nos quedamos mirándonos un largo tiempo.
Su mirada reflejaba miedo y preocupación, mientras que yo estaba segura que la mía tenía un gran signo de interrogación marcado en ella.
-Yo….los dejo solos para que hablen…..-anunció Leah un tanto avergonzada. Había olvidado que ella estaba ahí.
Le dio una palmadita en la espalda a su hermano y se internó en el bosque.
Seth y yo nos quedamos solos y el silenció siguió reinando entre nosotros. Sabía que temía la reacción que yo tendría al escuchar la verdad pero yo ya había tomado mi decisión, estaba dispuesta a seguir con Seth, aún cuando él fuera un hombre lobo, yo lo único que quería era que me contara la verdad completa, que ya no hubiera secretos entre nosotros y que fuéramos una pareja de lo más sincera.
-¿Vas a decir algo o te vas a quedar callado para siempre?- pregunté después de un largo silencio al tiempo que cruzaba los brazos sobre mi pecho.
-Yo…. no sé cómo empezar- admitió mirando el suelo con un poco de vergüenza –Bueno sí……antes de decirte algo dime una cosa ¿Cómo es que me viste?
-Vi cuando rodeabas mi casa y te internabas en el bosque, escondías la moto entre las plantas y te empezabas a quitar la ropa. No sabía que estabas haciendo y cuando abrí la puerta de la cocina para preguntarte vi como te convertías en un lobo color arena- contesté con sinceridad – Ahora tú, podrías empezar diciéndome desde cuando eres……así- sugerí acercándome unos pasos a él.
-Hace aproximadamente seis años que me convertí por primera vez- masculló mirándome de reojo, como si esperara que saliera corriendo y gritando llena de pánico.
Pero eso no iba a pasar, yo ya había tomado mi decisión.
-¿Por qué?- inquirí acercándome más a él, hasta quedar a pocos centímetros de su cuerpo -¿Por qué te pasa esto?- insistí acariciando su brazo con ternura. No me daba miedo nada de lo que fuera a decirme, simplemente quería saber la verdad –Estuve investigando y no creo que lo que te pasa tenga algo que ver con la luna llena o con la mordida de otro lobo, esto debe ser más complejo.
-Se nota que eres reportera Angela- murmuró en tono de broma y con una ligera risita.
-Seth, no estamos para bromas esto es serio- le reproché –Necesito saber que pasa contigo para poder entenderte y poder confiar en ti más de lo que ya lo hago, para saber mentirle a mi familia y amigos. ¡Por dios Seth! Sé que es difícil para ti, pero también lo es para mí, no es fácil saber que el hombre que amo es un…..hombre lobo- agregue tomando su rostro entre mis manos.
Él suspiró.
-Tienes razón y lo siento- admitió quitando mis manos de su rostro y tomándolas entre las suyas. Volvió a suspirar -¿Quieres saber todo acerca de los lobos verdad?- yo asentí –Entonces debes prometerme que tendrán la mente extremadamente abierta, que te olvidarás de esas tonterías que dicen los libros y que no juzgaras antes de que termine de explicarte todo- agregó
-Te lo prometo- aseguré con una pequeña sonrisa para infundirle valor –Pero ahora tú prométeme que vas a ser sincero y decirme toda la verdad, no importa lo difícil o extraña que sea.
-Está bien, te lo prometo- contestó –Vamos a sentarnos ¿de acuerdo?- sugirió.
Nos sentamos en el suelo uno frente al otro con la espalda recargada en el tronco de un árbol.
-Bien…- se aclaró la garganta antes de continuar –Las leyendas quileutes dicen que nuestros ancestros tenían el poder de convertirse en lobos cuando sabían que la tribu estaba en un gran peligro, eran una especie de guardianes- empezó con un tono un tanto nervioso.
“Todos los que ahora podemos convertirnos es porque somos descendientes de los antiguos lobos. Jacob, por ejemplo es tataranieto de Ephraim Black, el último jefe de la tribu, por lo que ahora Jacob es nuestro jefe. Sam también es nuestro jefe pero a diferencia de Jacob, él lo es por haber sido el primero en haberte transformado, es quien más experiencia tiene y quien nos ayuda a sobrellevar todo esto”
Por lo menos había acertado en algo. Seth no era el único lobo, había más, Jacob y Sam eran unos de ellos, así que eso quería decir que Bella debía estar al tanto de todo esto.
Estaba casi segura que los demás lobos al menos eran Quil, Embry, Jared y Paul.
-Se supone que todos o la mayoría los quileutes tienen el gen de la licantropía, pero éste solo explota en algunos de nosotros, exactamente en el momento que nuestros enemigos- hizo comillas con los dedos –Están cerca de nuestras tierras, y cuando esto pasa no hay quien pueda salvarse de convertirse, incluso mi hermana lo hizo- agregó con un poco de tristeza.
-¿De verdad?- podía imaginarme a cualquiera menos a Leah siendo un lobo o loba en este caso.
-Sí y aunque a ella no le gusta no hay nada que se pueda hacer así nacimos y nos tenemos que aguantar- dijo encogiendo los hombros –Además no es tan malo como parece- aseguró con un ligero brillo en los ojos –Somos muy rápidos y fuertes, cuando estamos en fase podemos escuchar nuestros pensamientos, aunque eso no es tan agradable – rió bajito –Nos curamos con mucha facilidad y no envejecemos hasta que logremos dejar de transformarnos….
-¿Y por qué no has dejado de hacerlo?- interrumpí. Me parecía bastante ilógico que no lo hubiera hecho ya.
-Porque no es tan fácil como parece- lo miré confundida –Hay que tener un gran control para dejar de hacerlo, cuando llegamos a enfurecernos no podemos controlarnos y entramos en fase, es demasiado complicado. Tenemos que aprender a manejar nuestras emociones para no dañar a nadie cercano. Sam por ejemplo, un día perdió el control y lastimó a Emily en el rostro.
-¿La cicatriz que tiene en su rostro es la que Sam le hizo?- pregunté un poco horrorizada, recordando la gran cicatriz que Emily tenía. El día que conocí a Emily me intrigó mucho el motivo por el cual tiene esa cicatriz pero no quise preguntarle por miedo a que se molestara. Ahora ya sabía por qué la tenía y no era una buena razón.
-Sí, esa misma- contestó –Desde ese día Sam se siente culpable por no haber podido controlarse- agregó con un tono melancólico.
Estaba segura que mi rostro era una máscara de horror y temor. No podía creer que Sam le hubiera hecho eso a la mujer que amaba. ¿Pero qué clase de amor era ese? ¿Qué tal y Seth no lograba controlarse un día y me hacía daño? Sabía que no lo haría pero aún así me entró un poco de temor.
-Te pedí que no juzgaras- me recordó con ternura –Además yo jamás te lastimaría- murmuró Seth como si hubiera leído mis pensamientos.
-No puedes estar seguro de eso, tú dijiste que si se molestan demasiado no logran controlar sus emociones, ¿Qué tal y un día te molestas tanto conmigo que nos pasa lo mismo que a Sam y Emily?- repliqué
-No no va a pasarnos porque cuando Sam le hizo eso a Emily él tenía muy poco tiempo de haberse convertido y al principio es extremadamente difícil manejar las emociones, pero ahora que llevamos años haciéndolo es mucho más fácil que antes. Además normalmente solo nos transformamos cuando sentimos el peligro- me explicó con seriedad.
-¿Qué tipo de peligro?- inquirí con curiosidad.
-Digamos que cuando otro tipo de criaturas amenazan al pueblo- dijo como si intentara evitar el tema.
-¿Qué tipo de criaturas?- insistí viendo como desviaba su mirada de la mía.
Seth guardó silencio.
-Prometiste que ibas a ser sincero- le recordé acercándome a él para obligarlo a que me mirara.
-Lo sé Angela pero eso también es más complicado de explicar, además implica otro secreto, un secreto no es mío y no creo que yo sea el indicado para hablarte de él- me explicó con nerviosismo.
-¿Más complicado que decirme que eres un hombre lobo? Seth, créeme que después de eso ya nada puede impresionarme- le aseguré.
Él suspiró y se pasó una mano por el cabello con nerviosismo
-Los causantes de que nos pase esto son……- vaciló –Los vampiros.
-¿Vampiros?
¿Había escuchado bien? ¿Vampiros?
Aunque no sabía de qué me sorprendía, ahora hasta parecía lógico que existieran. Solo que me daban algo de……miedo, mucho más del que me podrían haber causado los lobos.
-Sí vampiros, o chupasangres como solemos decirles. Son seres de belleza sobrehumana, pálidos, de piel dura como la piedra y fría como el hielo, tienen una gran fuerza, son muy rápidos, no duermen, no comen absolutamente nada, no pueden exponerse a los rayos del sol y no precisamente porque se convierten en cenizas sino porque su piel brilla como un diamante cuando el sol toca su piel, por eso ellos prefieren lugares nublados como Forks, no envejecen y aunque a mí no me agrada, tienen un aroma delicioso para cualquier humano y su voz es como música para los oídos humanos. –enumeró cada una de las características con los dedos.
Belleza extrema, pálidos, fríos, no pueden estar en días soleados, no envejecen, voz musical…….
¡Ay por Dios que no sea lo que estoy pensando! Pero eran demasiadas coincidencias. Sin poder evitarlo una imagen de los Cullen pasó por mi mente. Ellos eran los únicos que cubrían esas características. Desde la primera vez que los vi me quedé impactada de lo bellos que eran, las veces que hablé con Edward o Alice su voz era un tanto hipnotizante y su aroma era dulce y delicioso. Otra gran coincidencia era el problema con el sol, ellos nunca iban al colegio cuando el sol estaba en todo su esplendor y siempre decían que era porque aprovechaban para hacer una excursión familiar. En todo el tiempo que llevaba de conocerlos jamás había visto comer. Por otro lado todos los que conocían al Doctor Cullen decían que los años no pasaban por él, otra gran coincidencia.
-¿Y cómo puedo saber quien es un vampiro y quien no?- pregunté en un susurro. Necesitaba saber si mis sospechas eran ciertas o solo estaba alucinando.
-Es muy difícil pues muchos de ellos viven entre nosotros como simples mortales- contestó
-¿Pero cómo? ¿Cómo es que pueden estar mezclados entre los humanos sin matarlos?- era totalmente extraño pues ellos se alimentan de sangre.
-Ay Angela- suspiró –Yo no debería decirte estas cosas- agregó un tanto frustrado.
-Seth por favor necesito saber la verdad- le supliqué. Quería confirmar lo que mi mente estaba empezando a cavilar.
-Voy a meter en problemas a muchas personas- murmuró para sí mismo antes de continuar –Tal vez suene extraño pero hay diferentes clases de vampiros- iba a interrumpirlo pero él me hizo una seña con la mano para que no lo hiciera –Los que se alimentan de sangre humana y la que lo hacen de sangre animal. Podría decirse que éstos últimos todavía conservan una parte de su humanidad, porque son capaces de amar y vivir en armonía con los humanos. Los otros solo se dedican a satisfacer su sed y matar sin piedad.
-¿Entonces podría decirse que hay vampiros buenos y malos?- sabía que mi pregunta era estúpida pero aún así era algo que quería saber.
-Sí, exactamente- respondió con una pequeña risita
-¿Y tú conoces algún vampiro? Ya sea bueno o malo- inquirí con nerviosismo.
-Si- contestó –Conozco de los dos, he peleado con los malos y soy amigo de los buenos- agregó con nerviosismo.
-Y…… ¿Yo los conozco?- mi estomago se redujo de los nervios que sentía. Algo me decía que si los conocía y no solo eso sino que sabía exactamente quienes eran esos vampiros “buenos”.
-No creo que conozcas a los “malos” pero a los buenos sí- aseguró con temor.
Lo sabía, lo sabía.
-¿Y quiénes son?- aún cuando ya lo sabía necesitaba que él me lo dijera.
No dijo nada, solo se limitó a guardar silencio y desviar su mirada de la mía.
-¿Seth?- insistí.
-No puedo decírtelo, ese no es mi secreto - susurró sin mirarme.
-Son los Cullen ¿verdad?- dije cuando me di cuenta que Seth no me diría absolutamente nada.
Si antes tenía alguna duda, al ver que Seth se tensaba y retorcía sus dedos con nerviosismo, supe que todo lo que estaba pensando era verdad.
Los Cullen eran vampiros, vampiros que se mezclaban entre los humanos y se relacionaban ellos.
De pronto otro pensamiento atravesó mi mente y no pude evitar jadear.
-Bella…..-susurré con miedo.
Mi amiga se había enamorado perdidamente de un vampiro y no solo eso sino que estaba casada con él. Pero….ahora que lo pensaba mejor, la última vez que vi a mi amiga estaba muy diferente a como yo la recordaba. Su belleza era deslumbrante y no digo que antes no fuera hermosa pero ahora lo era mucho más, su voz era más musical, su piel más pálida de lo normal y sumamente fría y sus ojos……..eran iguales que los del resto de los Cullen; tal vez eso no tuviera nada que ver pero era otra gran similitud.
-Seth- lo llamé después de unos minutos de completo silencio. Él levantó lentamente la cabeza apara encontrarse con mi mirada -¿Bella……también es………vampiro?- inquirí con voz ahogada.
Seth me miró por varios segundos antes de asentir lentamente.
-¿Pero cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¡Ay por Dios esto no puede ser posible!- dije completamente histérica.
No me di cuenta que me había puesto de pie y caminaba de un lado para el otro hasta que Seth me tomó de la mano y me abrazó.
-Tranquila Angela- murmuró pegándome a su pecho.
-Pero es que ¿por qué no me lo dijo?- susurré con reproche. Ella era mi mejor amiga y sí, tal vez no hubiera sido tan fácil pero somos amigas y así ella fuera una sirena o algún otro ser extraño no dejaría de quererla.
-Porque es un secreto, nadie debe saber de su existencia- me explicó acariciando mi espalda.
-¿Desde cuándo es vampiro?- pregunté en voz baja.
-Angela lo siento pero esas cosas debes hablarlas con ella- contestó negando con la cabeza.
-¿Pero cómo voy a hacerlo si ella no está aquí?- repuse con desesperación
-No te preocupes por eso, ella vuelve en unos días- dijo Seth separándome un poco de su pecho y mirándome con comprensión.
-Espera, ¿Qué Bella no iba a estar en New Hampshire por tres meses?- pregunté con confusión –Tú me lo dijiste.
-Sí, pero hay algunos problemas que obligaron a Edward y Bella a regresar- contestó.
-¿Qué tipo de problemas?- dije separándome un metro de él.
Suspiró.
-Seth- murmuré en tono de reproche.
-Hay vampiros “malos”- hizo comillas con los dedos- en esta zona, al parecer alguien los mandó a vigilar a los Cullen y cuando Edward y Bella se enteraron decidieron regresar para poder ayudarnos a encontrarlos- respondió con sinceridad. –Es por eso que me ves tan cansado, pasamos horas buscándolos y casi siempre de noche, son pocas las horas que logramos dormir- agregó.
-Si te pregunto por qué vigilan a los Cullen no me lo vas a decir ¿cierto?- dije con suspicacia.
-No, no te lo voy a decir, esas son cosas que te deben explicar ellos- repuso con educación.
-De acuerdo, prométeme que en cuanto Bella regrese me vas a llevar con ella
-Te lo prometo
Pasaron varios minutos que utilicé para ordenar mi mente. No podía creer lo que acaba de escuchar. Tenía un licántropo por novio y una vampira por mejor amiga, ¿Qué me faltaba ahora? ¿Un tritón por hermano o una bruja por madre? No cabe duda que uno nunca sabe lo que hay a tu alrededor, quien iba a decir que hasta cierto punto todas esas historias de terror llegarían a ser verdad, que esos seres de verdad existían y vivían entre nosotros como si fueran personas normales, pero sobretodo quien iba a pensar que ahora yo estaba dentro de todas estas historias.
-Angela, hay algo más que debo decirte- dijo Seth rompiendo el hilo de mis pensamientos
-Dime- murmuré tomando una de sus manos.
-¿Recuerdas que siempre me has preguntado por qué Sam dejó de amar a mi hermana tan repentinamente?- me preguntó con cautela.
-Sí, lo recuerdo y no es que sea grosera pero en este momento no quisiera saberlo- contesté con honestidad. Ya había tenido suficiente por un día.
-Pues tal vez debería interesarte porque tiene mucho que ver con nosotros- repuso en voz baja.
-En ese caso habla, ya no quiero más secretos- aseguré mirándolo a los ojos.
-Lo que sucedió cuando Sam conoció a Emily fue que él se imprimó de mi prima- dijo con voz temerosa.
-¿Imprimó?- que rayos era eso.
-Sí, bueno ese es un fenómeno que nos pasa a la mayoría de los lobos. No se sabe por qué y no hay nada que pueda romper con ello, pero lo que sí se sabe es que es lo mejor que nos puede pasar- dijo Seth con un ligero brillo en los ojos.
-¿Pero qué significa?- pregunté aún sin comprender.
-¿Recuerdas lo que sentiste la primera vez que me viste a los ojos?- inquirió con interés y un extraño brillo en sus ojos.
Claro que lo recordaba, ¿Pero él como sabía lo que sentí aquel día?
-¿Cómo lo sabes?
-Tú solo respóndeme por favor- insistió con ternura
-Ese día yo estaba destrozada por lo que me había hecho Ben- Seth contrajo el rostro al escuchar su nombre –Incluso había pensado en no ir pero anhelaba ver a Bella, solo por eso decidí asistir, ahora me doy cuenta que fue la mejor decisión que he tomado- aseguré con una sonrisa. Seth me pidió que continuara con un pequeño cabeceo -Hablaba con Bella de ello cuando tú llegaste y ella nos presentó- lo recordaba como si hubiera pasado un día antes y por mi mente pasaban las imágenes como si de un video se tratara –En el momento en que nuestras miradas se cruzaron sentí como todo el dolor que sentía se iba de golpe, extrañamente en ese instante comprendí que no había conocido la verdadera felicidad ni lo que era el amor hasta que te vi- sentí como mis mejillas enrojecían –Algo en el fondo de mi corazón me decía que por fin había encontrado al chico que tanto había esperado, yo sé que suena un tanto incoherente pero me enamoré de ti con solo mirarte. No fue necesario más de una mirada para saberlo- agregue desviando mi mirada con vergüenza.
Seth puso su mano bajo mi barbilla y me obligó a mirarlo. Sus ojos brillaban de emoción e incluso tenían una ligera humedad, como si quisiera llorar.
-Eso que sentiste es la imprimación- admitió con una pequeña sonrisa –En mi caso fue un poco más intenso pues en el momento en que te vi, todo, absolutamente todo dejó de importarme. Lo único que quería era hacerte feliz. No sabía por qué llorabas y me dolía verte hacerlo, pero al ver tu sonrisa por primera vez fue como ver al mismo Dios en persona, jamás había visto algo más hermoso que tu tímida sonrisa. Yo jamás había buscado la imprimación, incluso llegue a pensar que jamás me pasaría, había ocasiones en que los chicos se burlaban de mí y yo lo hacía más de ellos porque siempre hablaban de las chicas como si fuera lo mejor que les había pasado y a pesar de que podía escuchar sus pensamientos y saber lo que sentían por ellas cuando entrabamos en fase, siempre lo había considerado algo demasiado cursi, pero al darme cuenta que me había imprimado de ti comprendí todo lo que ellos sentían, comprendí que sería capaz de dar mi vida por ti y haría todo con tal de que fueras la chica más feliz del mundo.
Las palabras de Seth provocaron que las lágrimas empezaran a salir de mis ojos. En ese momento confirme lo que ya sabía, que no me importaba que él fuera un hombre lobo o que hubiera vampiros al acecho o que tendría que mentirle a mi familia para guardar el secreto de Seth, no me importaba nada. Lo único que quería era estar con él, con el único hombre que supo amarme de verdad y con el único que me haría la chica más feliz del universo entero.
-¿Eso quiere decir que la imprimación es una especie de amor a primera vista cierto?- inquirí con un poco de confusión.
-Sí, solo que mucho más fuerte- contestó con honestidad –Nosotros tenemos un gran lazo con ustedes, somos capaces de saber lo que sienten y lo que necesitan, es algo muy extraño y complicado, es como si sintiéramos al doble, por un lado lo que ustedes sienten y por otro lo que nosotros sentimos. Pero es útil, cuando me viste entrar en fase sentí tu miedo y tu confusión, solo por eso supe que me habías visto- admitió en voz baja.
Guardé silencio, no podía decir absolutamente nada. No estaba enojada, ni triste, ni confundida, solo quería pensar en todo lo que Seth me había dicho. No era posible que mi vida cambiara tan radicalmente, había pasado de tener una vida normal a estar envuelta en leyendas de licántropos y vampiros. Y extrañamente no me importaba, llámenme tonta pero no me daba miedo que mi novio fuera un hombre lobo y mis amigos fueran vampiros. Cualquier otra chica habría salido corriendo al saber que la persona que ama es un licántropo y su mejor amiga sea vampiro, pero a mí no me importaba, yo los quería y no me iba a alejar de ellos y menos de Seth, del único hombre que me había hecho sentir amada, protegida y que me había valorado por lo que soy.
-Angela, necesito que sepas que aunque esté imprimado de ti, tú tienes todo el derecho de escoger si quieres estar conmigo o no, yo nunca voy a obligarte a hacer algo que tu no quieras- dijo Seth rompiendo el silencio que reinaba entre nosotros –Sé que todo lo que te dije es difícil de entender y tal vez no estés dispuesta a lidiar con ello, créeme que si decides alejarte de mí yo voy a entenderlo a la perfección, solo tienes que decirme que ya no quieres estar cerca de mí para que en este momento me vaya de tu vida para siempre, solo tienes que decirme que es lo que quieres que haga- agregó con tristeza.
-Lo único que quiero es que me beses como nunca lo has hecho, que me ames como nunca has amado, que me lleves hasta el fin del mundo y que no me dejes nunca porque lo único que quiero es que estés a mi lado hasta que terminen nuestras vidas- contesté mirándolo directamente a los ojos. –Eso es lo único que necesito para ser feliz. No me interesa que seas un hombre lobo, porque a pesar de eso aquí adentro- puse mi mano en su pecho del lado donde late su corazón –Sigues siendo Seth, MI Seth, el chico del que estoy perdidamente enamorada y del que no me quiero separar nunca.- agregué con un par de lagrimas saliendo de mis ojos.
En el rostro de Seth se formó una gran sonrisa y por sus mejillas empezaron a correr lágrimas de felicidad.
-¿De verdad quieres estar conmigo Angela?- inquirió con la voz entrecortada.
-De verdad Seth, de verdad- murmuré acercando mi rostro al suyo hasta que nuestros labios se juntaron en un beso lleno de amor.
Seth me abrazó fuertemente por la cintura como si quisiera encerrarme en la cárcel de sus brazos y no dejarme ir nunca de ahí. Yo re rodeé el cuello con mis brazos y me pegué lo más que pude a su cuerpo, dándole a entender que yo tampoco lo dejaría ir. Si hubiera sabido lo que tenía que hacer para estar en esta bella cárcel de amor lo habría hecho desde hace años. Ahora era presa de su amor, presa de sus labios, presa de su corazón y de su alma. ¿Qué mejor cárcel que la cárcel de mí amado Seth? ¿Cómo no lograría ser feliz con él a mi lado?
Ahora que sabía toda la verdad me daba cuenta que mi corazón no estaba tan equivocado y que por fin había encontrado al verdadero a su verdadero dueño y así como él daría todo por mí, yo también daría todo por él, daría mi vida si fuera necesario.
Seth empezó a besarme con mucha más pasión y yo no tarde en corresponderle, lo deseaba más que a nada. Sus caricias se hacían más intensas, metió sus manos por dentro de mi camiseta al tiempo que las subía y bajaba por mi espalda y ante cada roce mi cuerpo se estremecía. Llevé mis manos hasta su desnudo pecho, jamás lo había tocado de esta manera y era una increíble sensación. Nos estábamos dejando llevar y a pesar de que yo lo anhelaba, aún estábamos cerca de mi casa y en cualquier momento podrían encontrarnos.
-Seth- lo llamé con mis labios aun junto a los suyos –Este no es el mejor lugar –agregué separándome un poco de él.
-Lo siento Angie- contestó un poco avergonzado y un adorable rubor cubrió sus mejillas.
-Yo también lo deseo, pero alguien puede vernos y no creo que eso sea conveniente- aseguré con una pequeña sonrisa.
-Está bien, será cuando tú digas- respondió mirándome con deseo.
-Creo que lo mejor es que entre a mi casa, no tardan en despertar y sería un poco extraño que me encuentren aquí- dije con un poco de tristeza pues no quería alejarme de Seth.
-Sí, yo también debería ir a mi casa, necesito un buen baño y al menos un par de horas de sueño reparador- coincidió acariciando mi mejilla con ternura.
-Estoy completamente de acuerdo con eso, necesito que duermas para que termines con esos horribles vampiros y puedas estar conmigo- dije con una gran sonrisa.
-Perfecto, entonces paso mañana por ti y vamos a la playa ¿te parece?- inquirió con entusiasmo.
-Claro que sí – contesté.
-¡Uy! Es mejor que entres a tu casa, creo que Daniel está saliendo de su habitación y si se da cuenta de que estas aquí afuera conmigo es probable que vuelva a odiarme- anunció con diversión.
-Él no te odiaba, nadie podría hacerlo- aseguré
-De cualquier manera no quiero arriesgarme a que de verdad lo haga, no tengo ánimos de pelear con un hermano celoso- agregó con una pequeña sonrisa.
-¿Acaso un gran lobo como tú tiene miedo a pelear con mi indefenso hermano?- me burlé.
-Jajaja, aunque parezca extraño debo admitir que si le tengo miedo a tu hermano y más después de haberme amenazado con hacerme lo mismo que al idiota de Ben- contestó con una ligera risita.
-Pues no debería darte miedo, solo le sacó sangre de la nariz y el labio pero eso no es nada relevante- dije con sarcasmo.
-Jajaja muy graciosa, es mejor que entres al parecer Daniel está llamando a tu puerta- me apresuró.
-De acuerdo, me voy pero solo porque no quiero que te pase nada malo- contesté dándole un rápido beso antes de echarme a correr en dirección a mi casa.
Daniel entró a la cocina el mismo tiempo que yo encendía la cafetera para disimular.
-¿Qué haces aquí Angela?- me preguntó con suspicacia.
-Preparo café- contesté fingiendo normalidad.
-¿Y es para ti o para Seth?- inquirió enarcando las cejas.
Bien, Daniel nos había visto.
-¿Veo que no te puedo engañar verdad?- dije con una sonrisa avergonzada mientras metía unas rebanadas de pan en el tostador.
-No, no puedes- aseguró acercándose a mí –Escuché cuando saliste de tu habitación pero no le di importancia, supuse que como es tu costumbre bajabas por una taza de café y volví a dormirme, hasta hace unos diez minutos escuché voces que venían de afuera, pensé que eran ladrones ¿pero con que me encuentro cuando me asomo por la ventana? Que mi hermana está afuera platicando con su novio y no solo eso sino que se está besando apasionadamente- sentí como mis mejillas se encendían de vergüenza –Dime una cosa Angela ¿crees que es apropiado que una chica se besuquee de esa manera con su novio?- Daniel me hablaba como si intentara regañarme pero en lugar de molestarme me hacía gracia.
-¿Y tú crees que es apropiado espiar a tu hermana?- contraataqué.
-Yo no te espío, lo que yo hago es cuidarte- contestó encogiendo los hombros. Lo miré entrecerrando los ojos –De acuerdo, de acuerdo, si te espío- admitió- Pero lo hago porque no quiero que te vuelvan a lastimar- se justificó tomando una de mis manos con las suyas –Ang eres mi hermana y no soporto que ningún imbécil te haga llorar, no sabes lo que sentí cuando te vi llorar por……
-Dan sabes que me gusta que Alan y tú me cuiden, pero te prometo que esta vez no voy a llorar y si lo llego a hacer va a ser ten por seguro que será solo de felicidad- lo interrumpí –Además debería ser yo quien los cuide de las chicas que quieran acercarse a ustedes ¿no crees?- agregué con una sonrisa divertida.
-Deberías, pero no has estado aquí- dijo con melancolía.
-Tienes razón, ¿pero sabes qué? Regrese para quedarme por mucho tiempo- aseguré con una gran sonrisa.
-¿Es por Seth?- al parecer Daniel era más listo de lo que yo creía. –No soy tonto Angela, me doy cuenta de lo mucho que lo quieres y él a ti, así que no es tan difícil saber el motivo de tu permanencia aquí- señaló levantando una ceja.
-En parte tienes razón, pero por otro lado me quedo porque ya no quiero estar lejos de ustedes, me duele no tenerlos cerca- admití acariciando su despeinado cabello –Los quiero demasiado para volver a alejarme de ustedes- agregué.
-Nosotros también te queremos y me alegra que Seth viva aquí o de otro modo te volverías a ir- admitió con un ligero brillo en los ojos –No sabes lo mucho que te extrañe Angela- añadió abrazándome repentinamente por la cintura.
-Yo también te extrañé Dan- murmuré con voz ahogada, provocada por las lágrimas que empezaron a salir de mis ojos sin previo aviso.
Pasamos varios minutos abrazados, hasta que llegó Alan y se unió a nuestro abrazo. Decidimos hacer el desayuno entre los tres para darles una sorpresa a mis padres. Daniel preparó huevos con tocino mientras Alan hacía una ensalada de frutas y yo terminaba de hacer el pan tostado con la mermelada de frambuesa que tanto les gustaba a mis padres.
Pasamos una mañana de lo más agradable, recordando todo lo que mis hermanos y yo solíamos hacer de pequeños. Ver a mi familia reunida de esa manera de daba mucha felicidad, felicidad de saber que de ahora en adelante todo estaría bien. Tal vez no podría decirles lo que pasaba con Seth o con Bella pero al menos no volvería a alejarme de ellos y de una o de otra forma eso ya era una gran ventaja.


Dos días después de haberme enterado de la verdad, mi padre me dijo que había visto a Edward y Bella ir con Jasper rumbo a la mansión Cullen. Repentinamente me sentí extremadamente nerviosa, sabía que volver a ver a mi amiga ahora que ya sabía su secreto no iba a ser fácil, pero debía hacerlo, ella era mi amiga casi mi hermana y quería que confiara en mí por más difícil que fuera la verdad.
Terminé de hacer algunos pendientes y salí rumbo a la mansión de los Cullen. En el camino le mande un mensaje de texto a Seth para avisarle que iría a ver a Bella y que nos veíamos más tarde en casa de Rachel como habíamos quedado.
Tardé un poco en llegar pues solo había estado ahí en dos o tres ocasiones y era un tanto complicado de encontrar, pero al fin di con ella.
Cuando divisé la majestuosa casa sentí como mi estomago se reducía hasta alcanzar el tamaño de un cacahuate.
Bajé de mi auto con extrema lentitud, las piernas me temblaban y las manos me sudaban como nunca lo habían hecho.
Respiré un par de veces para infundirme valor antes de subir las escaleras del porche y tocar el timbre. Pero antes de que lograra levantar mi mano, Alice Cullen abrió la puerta y me recibió con una gran sonrisa.
-Hola Angela- me saludó –Bella está esperándote en el despacho de Carlisle- anunció invitándome a pasar.
¿Pero como sabían a qué venía? Tal vez Seth les había llamado para avisarles de mi visita.
-¿Sabes? Me da gusto que ya sepas la verdad porque no me agrada tener secretos con mis amigas- admitió Alice tomándome de la mano y cerrando la puerta a mi espalda.
Empezaba a sentirme más nerviosa, no entendía cómo era posible que Alice hablara con tanta naturalidad, está bien que para ella sea normal pero podría tener un poquito de consideración conmigo, ya estaba suficientemente nerviosa como para que ella me elevara más los nervios.
-Además debo decirte que no debes estar nerviosa porque todo va a salir mucho mejor de lo que tú misma esperas- aseguró con una gran sonrisa y guiñándome un ojo a la vez.
De acuerdo esto definitivamente me estaba dando más miedo. ¿Cómo iba a saber Alice que todo saldría bien? Nadie conoce el futuro.
-Alice, si pretendes aterrorizar a Angela antes de que Bella hable con ella, créeme que lo estas logrando- de la nada Jasper se materializó a mi lado. No pude evitar jadear, esto cada vez me ponía más nerviosa, por un lado quería salir corriendo pero por el otro necesitaba hablar con Bella, aún cuando eso significara aguantarme el miedo que estos vampiros me estaban provocando. –Puedo sentir el miedo que le estas dando al decirle todas esas cosas- agregó con una sonrisa maliciosa.
¿Sentir mi miedo? ¿Pero qué diablos pasa aquí?
-Ella no es la única que le da miedo Jasper- intervino Edward saliendo de una puerta de madera –Chicos háganme un favor y váyanse de aquí antes de que Angela termine con un trauma psicológico por su imprudencia –les pidió con cierta molestia.
Alice y Jasper soltaron ligeras risitas.
-Está bien nos vamos, yo solo quería divertirme un poco- admitió Jasper con maldad.
-Además los chicos están esperándonos para ir a vigilar- agregó Alice tomando a Jasper de la mano.
-¿Entonces que esperan? ¡Váyanse!- exclamó Edward señalando la puerta.
En ese instante Alice y Jasper salieron corriendo a una velocidad inhumana, tan rápido que de haber parpadeado me hubiera perdido del “espectáculo”.
No sé por qué me sorprendía si Seth me había dicho muchas cosas acerca de los vampiros. Tal vez solo por el hecho de pensar que había estado cerca de ellos y no me había dado cuenta de nada.
-Angela, se lo confundida que estas y que precisamente has venido para que aclaremos tus dudas- dijo Edward sacándome de mi ensimismamiento –Pero necesito decirte que no debes temernos, nosotros somos tus amigos y jamás te haremos daño, en especial Bella.
-Lo sé Edward, es solo que es muy difícil hacerme a la idea de que mis mejores amigos son vampiros- admití en voz baja. Nunca me había referido a ellos como mis amigos, únicamente lo hacía con Bella, pero en estos momentos me daba cuenta que siempre habían sido amigos míos, aún cuando no llegué a tratarlos tanto como Bella. Era algo extraño pero me sentía parte de todo esto y podría decirse que incluso me sentía parte de la familia.
-Y lo eres Angela, para Bella eres como la hermana que nunca tuvo y por lo tanto también formas parte de esta familia, siempre lo has hecho- masculló Edward con una pequeña sonrisa.
-Muchas gracias Edward yo…….espera ¿Cómo sabes que eso era lo que estaba pensando?- inquirí con confusión. Por un momento creí que había dicho todo en voz alta pero no lo había hecho, todo lo había pensado.
-Bueno, pues porque…….
-Edward puede leer la mente- al escuchar la voz de mi amiga sentí un cosquilleo recorriéndome la columna.
Bella había salido por la misma puerta por la que momentos antes lo había hecho Edward. Cuando nuestras miradas se cruzaron ella me regalo una hermosa sonrisa.
-¿De verdad?- inquirí sorprendida.
-Sí, muchos de nosotros tenemos “dones”- contestó Bella colocándose a un lado de Edward –Alice ve el futuro, Jasper puede saber lo que sienten las personas e incluso puede manipular un poco los sentimientos, Edward como ya te dije lee la mente y yo soy un escudo- agregó.
-No puedo creerlo, eso es increíble y extraño a la vez- murmuré intentando hacerme a la idea de que Alice viera el futuro, ahora comprendía por qué sabía el motivo de mi visita.
-Exacto, ella tuvo una visión tuya hablando con Bella sobre lo que somos- dijo Edward al leer mis pensamientos.
-Oh- murmuré, no sabía que más decir.
De hecho no sabía por dónde empezar, ¿Qué le preguntaba? ¿Por qué no me había dicho nada? ¿Cómo se había enterado del secreto de los Cullen? ¿Cómo se había convertido? ¿Desde cuándo lo había hecho? ¡Dios por donde empezaba esta extraña conversación!
-Bella cariño, ¿Qué te parece si mientras yo le preparo a Angela un té para los nervios tú empiezas hablándole de la forma en que descubriste nuestro secreto?- sugirió Edward al escuchar mis pensamientos. Le sonreí a modo de agradecimiento.
-Claro que sí- contestó Bella con nerviosismo.
Edward camino con pasos elegantes hacia lo que supuse era la cocina, le agradecí infinitamente que no corriera o de lo contrario la que habría salido corriendo hubiera sido yo.
-Ven vamos a sentarnos- dijo Bella tomándome de la mano. En cuanto nuestras manos se juntaron sentí un ligero pero no imperceptible temblor en la mano de mi amiga, eso me hizo sonreír un poco, después de todo no era la única nerviosa.
Bella me llevó hasta la sala y nos sentamos en un mullido sofá. Bella se sentó con las piernas cruzadas de frente a mí y colocó un cojín en ellas agarrándolo como si éste fuera a darle el valor necesario para empezar su relato. Yo me giré para quedar frente a frente y en la mirada de mi amiga pude ver como volvía en el tiempo y de vez en cuando una pequeña sonrisa se dibujaba en su rostro.
Después de unos segundos, lo que a mí me parecieron horas, suspiro y empezó a hablar.
-Además de contarte la manera en que descubrí el secreto de Edward voy a platicarte todo lo que él y yo tuvimos que pasar para estar juntos ¿de acuerdo?- inquirió Bella con seriedad.
Yo asentí. Ente más sincera entre más sincera fuera conmigo más fácil sería aceptar todo esto.
-Desde la primera vez que vi a Edward supe que había algo extraño en él, al principio me dio un poco de miedo pues la forma en la que me miraba era como si me odiara sus ojos eran completamente negros y un tanto perturbadores, en la primera clase que tuvimos juntos su actitud fue demasiado hostil, en ese momento no lo comprendía ¿Cómo era posible que me odiara si ni siquiera me conocía?- el rostro de Bella estaba crispado en una mueca de confusión, pareciera que estuviera reviviendo esos momentos –Cuando volví a verlo en lo primero que me di cuenta fue en sus ojos, ya no eran negros sino dorados y eso fue lo primero que me intrigó aunque en ese momento creí que eran lentillas así que no le di tanta importancia, lo que me hizo sospechar mucho más fue el día que Tyler casi me mata- recordaba ese día, por alguna extraña razón me entró pánico de que algo malo le pasara a Bella, tenía pocos días de conocerla y ya sentía que era mi mejor amiga –Edward no estaba cerca de mí y sin embargó llegó a mi lado en menos de un segundo y evitó que Tyler me arrollara y en el intento sus manos dejaron abolladuras en la furgoneta, a partir de ahí mi curiosidad creció. Y por extraño que parezca algo me decía que él no era del todo humano……
En ese momento llegó Edward con una gran tetera y una pequeña taza de porcelana. Vertió un poco del té en la taza y me entregó con una sonrisa amable.
-Gracias- dije tomando la taza entre mis manos.
-Bueno chicas las dejo a solas para que hablen con tranquilidad- anunció Edward dándole un beso a Bella en la coronilla –Volveremos cuando hayan terminado.
-¿Puedo preguntar cómo lo sabrán?- inquirí con curiosidad, sería un poco extraño que lo supieran si no están aquí a menos que llamaran a la casa cada cinco minutos.
-Alice- contestaron los dos al unísono.
-Oh claro- murmuré recordando el don de Alice, seguro ella vería cuando Bella y yo termináramos nuestra conversación.
-Bien, me voy- diciendo eso salió de la casa.
Bella se quedó mirando el lugar por el que Edward había salido.
-Bella, continua por favor- mascullé llevando la taza de té a mis labios.
Siguió contándome de la manera en que descubrió el secreto de los Cullen, no podía creer que no me hubiera dado cuenta de esos detalles si eran tan obvios, me dijo que prácticamente quien le había dicho que los Cullen eran vampiros había sido Jacob, el día que hicimos una excursión a La Push. Me impresionó la manera en que ella aceptó las cosas con tal de estar con Edward, era algo digno de admirar, una persona a la que no le importaba que el amor de su vida estuviera en constante lucha interna por evitar matarla con tal de estar con él, aunque viéndolo de otro modo yo estaba haciendo casi lo mismo pues Seth era un hombre lobo y a mí no me importaba que lo fuera siempre y cuando no se fuera de mi vida.
Habló de todas las “aventuras” que vivió desde que supo la verdad, la ocasión que un sádico vampiro llamado James estuvo a punto de matarla y lo que tuvo que hacer Edward para salvarla, incluso me mostró la cicatriz en forma de media luna que tenía en la muñeca, en el momento que la vi casi me caigo de la impresión. Era la misma marca que tenía en cazador en el cuello y por lo tanto eso quería decir que quien había matado a aquella persona había sido un vampiro y no los pumas como habían dicho. Estaba casi segura que los vampiros que habían estado persiguiendo eran los responsables de esa muerte.
También habló de los meses que Edward la dejó y los motivos que tuvo para hacerlo. Al igual de su repentina partida a Italia para salvarlo de los Vulturi, una familia italiana y la más poderosa que hay entre los vampiros, ellos eran los que hacían que las leyes se cumplieran y daban castigo a quienes lo merecían.
Siguió con Victoria y la venganza que ésta tenía con Edward por haber matado a James, la forma en que los lobos y los vampiros se unieron para salvarla de ella y los neófitos o vampiros recién creados.
-Victoria creo varios vampiros con el fin de hacer un ejército que mantuviera ocupados a todos y así poder deshacerse de mí, cosa que por supuesto no logró gracias a Edward y a Seth- admitió con una pequeña sonrisa.
-¿Seth?- un escalofrío recorrió mi cuerpo. No podía imaginarme a mi novio pelear con vampiros.
-Sí, él se deshizo de uno de los vampiros que estaban con Victoria- contestó. En ese instante me sentí orgullosa de Seth, él había ayudado a salvar a mi amiga y algún día yo le agradecería eso –Muy pocas veces he tenido tanto miedo como ese día- continuó con un ligero suspiro –Y no era por mí, sino por todos los que peleaban para salvarme, los lobos y los vampiros eran como una gran familia para mí y me sentía culpable por haberlos metido en ese problema.
-Pero todo salió bien ¿no?, es decir que nadie murió-señalé tomando una de sus manos.
-Afortunadamente no, pero Jake salió muy lastimado- dijo haciendo una mueca de dolor.
-Bella, ¿alguna vez consideraste quedarte con Jacob?- pregunté con timidez. Desde que conocí a Jacob me di cuenta que él sentía algo por mi amiga y hubo una temporada en la que pensé que Bella también sentía algo por él, algo más que cariño de amigos.
-Sí, si lo hice- admitió con una pequeña sonrisa –Cuando Edward se fue, Jake fue el único que logró sacarme del abismo en el que me encontraba o al menos lo intentaba y en el momento menos esperado me di cuenta estaba empezando a enamorarme de él, pero yo sabía que no podía estar con nadie que no fuera Edward y que Jake solo podía ser mi mejor amigo. Me odié por haberlo hecho sufrir tanto…..-esto último lo dijo en un susurro lleno de coraje.
-Siento mucho haber preguntado eso- me disculpé al ver su reacción.
-No te preocupes, era parte de la historia- contestó con una sonrisa.
-¿Y cómo fue que te convertiste? Fue por la advertencia de los Vulturi ¿cierto?- inquirí con curiosidad.
-Sí y no- contestó. La miré confundida –Cuando Edward y yo nos casamos, fuimos de luna de miel a una isla y ahí quedé embarazada.
¿Embarazada? ¿Bella embarazada? Pero……
Instintivamente miré por todos los rincones que mi vista me permitió ver, esperando que un pequeño saliera corriendo hacia Bella.
-Yo jamás me había planteado ser madre hasta que sentí a mi bebé dentro de mí- dijo con completa adoración –Pero Edward no quería que tuviera al bebé…..
-Pero…. ¿Por qué si era su hijo?- la interrumpí sorprendida y horrorizada la vez.
¿Cómo es que Edward quería matar a su propio hijo? Me podía imaginar cualquier cosa menos esa.
-Porque al ser hijo de un vampiro y una humana, el bebé era demasiado fuerte y mi cuerpo muy débil, por eso Edward no quería que tuviera al bebé. Él no quería verme morir y sabía que si tenía a nuestro hijo había un 90% de probabilidades de que no saliera con vida.
-¿Y lo…..lo abortaste?- pregunté con terror.
No creía a Bella capaz de hacer algo así pero necesitaba que ella me lo negara.
-No claro que no- aseguró con ternura -¿Cómo podía hacerlo si era nuestro bebé? No podía matar una parte de Edward que crecía dentro de mí, sería como matarme a mí misma.
-¿Entonces qué pasó?- lo pregunté porque jamás había visto un niño en aquella casa, ni siquiera juguetes.
-El bebé crecía muy rápido y era tan fuerte que en ocasiones llegó a romperme algunos huesos, pero nada de eso me importaba, yo quería a mi bebé así me costara la vida traerlo al mundo.
-Pero lograste….sobrevivir, bueno tu me entiendes- me refería a que lograron convertirla.
Soltó una pequeña risita que sonaba a suave música.
-Sí, logré que mi corazón latiera lo suficiente para que Edward inyectara la ponzoñosa directo en él- respondió.
-¿Qué pasó con tu hijo?- pregunté con interés.
-Hija, fue niña- me rectificó –Nació a tan solo un mes de que supe que estaba en camino.
-¿Un mes?- eso no era posible ¿o sí?
-Sí, como te dije ella crecía muy rápido y en un mes ya la teníamos con nosotros.
-¿En donde esta ella?- inquirí volviendo a mirar la casa.
-En este momento debe de estar en La Push con Jacob- dijo lanzándome una mirada de complicidad.
En ese instante la imagen de Vanessa, la supuesta sobrina de Edward, pasó por mi mente.
-No me digas que tu hija es…..Vanessa- mascullé sorprendida.
Ella no podía ser su hija, porque Vanessa parecía una chica de diecisiete años y no de ¿Cinco? ¿Seis?
-Sí, es ella- aseguró con un gran brillo en los ojos –Y en realidad de llama Renesmee, solo que hay que cubrir las apariencias y por eso la presentamos como Vanessa- agregó con una sonrisa de oreja a oreja.
-Pero ella no puede ser hija suya- susurré –Ella luce exactamente como una chica de diecisiete años, es imposible que sea tu hija.
-Angela claro que es posible, solo ve el parecido que tiene con Edward, es igual a él, excepto porque sacó el color de mis ojos- repuso con una tierna sonrisa.
Bien, tenía mucha razón, Vanessa o Renesmee era igual a Edward y también tenía algunas facciones de Bella. ¿Cómo no me había dado cuenta de esos detalles?
-Además recuerda que ella es una niña especial, su crecimiento no es igual que el de los otros niños, ella es semi vampira y por eso es que crece tan rápido, así como otras cosas que puede hacer- añadió tomando mis manos entre las suyas.
-¿Qué más puede hacer?
-Corre un poco más rápido que los humanos pero no tanto como nosotros, también se alimenta de sangre pero puede ingerir comida humana, como don puede mostrarte imágenes con tan solo tocarte y creíamos que no podía enfermarse pero……
La voz de Bella se quebró en un sollozo.
-¿Qué sucede con ella Bella?- empecé a preocuparme.
-Está enferma del corazón y Carlisle dice que puede morir si recibe una gran impresión- dijo con la voz entrecortada –Y tengo mucho miedo de que muera….
-Ay Bella, en verdad lo siento sabes que si necesitas algo puedes pedírmelo ¿cierto?- murmuré dándole un pequeño abrazo.
-Lo sé y te lo agradezco- contestó con una tímida sonrisa.
Nos quedamos un par de minutos en silencio. Tal vez Bella pensaba en su hija, mientras yo……..trataba de sopesar toda la información que me había dado. Admiraba a mi amiga, la forma de asimilar todo lo que pasaba a su alrededor cuando era humana, la manera en la que se enfrento a todo y a todos con tal de estar con Edward, era algo digno de admirar pero la había pasado mal, muy mal.
-Debiste decirme todo esto hace mucho tiempo- murmuré sacándola de sus pensamientos.
-Sabes que no podía hacerlo- dijo con tristeza –Sí quería hacerlo, algunas veces sentía que me derrumbaría si no le contaba a alguien todo lo que me pasaba, aunque no fuera para un consejo, solo quería desahogarme, pero al decirte la verdad ponía tu vida en peligro y lo que menos quería es que más de las personas que amo salieran lastimadas- admitió con una pequeña sonrisa.
-A mí no me hubiera importado Bella, eres mi mejor amiga y me hubiera gustado estar ahí para ayudarte, para decirte que todo iba a estar bien, para estar a tu lado cada que me necesitaras, para escucharte, para que lloraras conmigo todo lo que quisieras- me di cuenta que estaba llorando hasta que Bella atrapó una lágrima con su dedo.
-Pero a mí me importaba que siguieras con vida, Angela tú también eres mi mejor amiga y por eso no quise decirte nada, eres muy importante para mí y me hubiera dolido hasta el alma si te hubieran hecho algo- señaló limpiando mis lágrimas.
-¿Y qué hay de diferente que lo sepa ahora? ¿Acaso mi vida no corre peligro?
-Angela, la diferencia es que ahora Seth está imprimado de ti y es lógico que sepas sobre nosotros- contestó con sinceridad.
-Aún así debiste contarme, te hubiera ayudado a llevar todo ese peso- susurré.
-Lo sé y lo siento mucho, en verdad espero que algún día logres perdonarme- dijo con la voz entristecida.
-Claro que te perdono Bella, no podría no hacerlo- aseguré con una pequeña sonrisa.
-Muchas gracias Angela, de verdad no sabes lo bien que me siento ahora que ya sabes la verdad y ya no tener que guardarte ningún secreto- admitió dándome un gran abrazo, al que correspondí enseguida.
-Alice tenía razón- murmuré dándole un beso en la mejilla. –Esto salió mejor de lo que yo creía- agregué con una pequeña risita que Bella no tardó en acompañar.
En ese momento Edward apareció por la puerta que daba al jardín.
-Alice dijo que habían terminado y ya podía venir- dijo acercándose a Bella.
-Sí Edward ya terminamos- aseguré con una pequeña sonrisa.
-También me dijo que todo te lo habías tomando muy bien y la verdad me alegro- dijo con una amable sonrisa.
-Yo también me alegro de tener a mi amiga de vuelta- dije tomando la mano de Bella –Bueno creo que ya es hora de que me vaya- anuncié poniéndome de pie.
-Si quieres puedes quedarte un poco más- me invitó Bella.
-Gracias Bella pero quedé de verme con Seth en casa de Rachel, así que es mejor que me vaya antes de que venga a buscarme- respondí un tono de broma –Muchas gracias por todo- me despedí de Bella y Edward dándoles un beso en la mejilla y un pequeño abrazo.
Salí de la casa de los Cullen mucho más tranquila que como había llegado, era como si me hubieran quitado un peso de encima.
Al llegar a la carretera me di cuenta que no sabía llegar a casa de Rachel, pues todas nuestras reuniones habían sido en casa de Emily, así que le mande un mensaje a Seth pidiéndole que fuera a recogerme.
A los pocos minutos Seth pareció de entre los árboles.
-¿Qué tal, cómo te fue?- preguntó con preocupación mientras abría la puerta del auto.
-Perfectamente bien- contesté con una gran sonrisa.
-Me alegro- dijo al tiempo que yo me pasaba al lugar del copiloto y él entraba al coche y aceleraba -¿Cómo te sientes?- inquirió tomando una de mis manos y mirándome de reojo.
-Tú deberías saberlo mejor que yo- señalé en tono de broma. Seth soltó una ligera risita –La verdad no lo sé, por un lado estoy muy feliz de saber toda la verdad y porque al no haber secretos nada va a poder separarme ni de ti ni de Bella. Pero por el otro tengo miedo de que todo esto no sea más que un sueño que en cualquier momento va a terminar –admití con tristeza. Esto era demasiado bueno para ser real y temía que solo fuera producto de mi imaginación –Tengo miedo de despertar y darme cuenta que todo con lo que siempre he soñado no sea más que una hermosa ilusión- agregué.
-¿Así que siempre soñaste con tener a un licántropo por novio y una vampiresa por amiga?- se burló Seth.
-No me refiero a eso, sino a haber encontrado al amor de mi vida y saber que jamás me abandonará a menos que yo se lo pida, cosa que no haré –dije dándole un tierno beso en la mano –También que Bella y yo seremos las mejores amigas por mucho tiempo y por último el hecho de haber encontrado el lugar al que pertenezco – concluí con una gran sonrisa.
Al ver a Seth a los ojos me di cuenta que estaban llenos de lágrimas.
-¿El fuerte y aterrador lobo está llorando?- me burlé entregándole un pañuelo.
-¡Oye!, este fuerte y aterrador lobo también tiene su corazoncito- replicó tomando el pañuelo y limpiando la única lágrima que logró salir de sus ojos.
Ambos soltamos sonoras carcajadas, las mismas que nos acompañaron por el resto del camino.
Aún nos quedaban unos cuantos metros para llegar a la casa, cuando alcancé a ver que todos los chicos, sin excepciones, estaban ahí. Lo cual me extrañó porque Seth me había dicho que hoy solo descansaban Jacob, Paul y él.
-Edward llamó para decirnos que nos tomáramos el día libre y que ellos harías nuestras rondas por nosotros- dijo Seth al ver la confusión reflejada en mi rostro.
-¿Por qué motivo?- inquirí con curiosidad.
-Porque Nessie está aquí y él quería que su hija pasara un buen rato con sus amigos- contestó encogiendo los hombros –Además a Nessie le urgía un pequeño cambio de aires, ha estado muy preocupada en los últimos días- agregó mientras estacionaba el auto junto al que parecía ser el Volvo de Edward.
Me sentí muy mal por ella, era lógico que estuviera así, cuando su novio junto con sus amigos y toda su familia estaban buscando a esos vampiros.
Seth me abrió la puerta y me ayudó a salir.
Al llegar junto a los chicos me di cuenta que no había ninguna chica ahí y supuse estarían en la cocina preparando algo de comer.
No me había equivocado, al entrar a la casa el aroma de hamburguesas y papas fritas inundaron mis pulmones. Las saludé y me puse a ayudarles a preparar la comida. Todas bromeaban y reían, mientras yo no podía parar de ver a Renesmee. Cada gesto, cada mirada, cada sonrisa, todo, absolutamente todo me recordaba a mis amigos. Cada que la miraba, por más que intentaba no hacerlo, me parecía increíble que ella fuera la hija de Edward y Bella, aún cuando el parecido era sumamente notorio, seguía sin creer que una niña de casi seis años pudiera tener el aspecto de una chica de diecisiete, pero era cierto y tenía que aceptarlo antes de volverme completamente loca. Ella era una semi vampira de seis años con apariencia de diecisiete y también era la hija de Edward y Bella. Punto.
-Ya suéltalo Angela, ¿qué me quieres preguntar?-dijo Renesmee sacándome de mis cavilaciones.
No pude evitar sonrojarme al máximo al ver que se había dado cuenta de mis miradas.
-Yo…. lo siento es solo que no puedo creer que seas la hija de Bella y Edward- admití con nerviosismo y timidez.
-No te preocupes ya te acostumbraras- aseguró con una gran sonrisa –Pero si quieres no me veas como su hija sino como una amiga de la familia- propuso guiñándome un ojo.
Esta chica era un encanto, lograba ganarse a las personas con una pequeña sonrisa.
-Está bien lo intentaré, aunque no creo que sea tan fácil porque te pareces mucho a tus……a tus padres.- aseguré con una pequeñas sonrisa.
-Sí, lo sé- dijo entre ligeras risitas que no tardé en acompañar.
Después de eso el ambiente se aligeró. Estaba pasando uno de los mejores días que había tenido hasta ahora y no porque hiciéramos cosas extraordinarias, sino todo lo contrario, hacíamos cosas muy simples, por ejemplo, Rachel nos enseño a tejer unos lindos sweaters para el bebé de Sam y Emily, pero eso no tenía nada que ver con mi felicidad, ésta era más bien por el hecho de saber que ya nadie me ocultaba ningún secreto, que ya podian hablar tranquilamente de los vampiros y estrategias para atraparlos, y también por saber que mi vida volvía a empezar a partir de hoy.
Todo el tiempo pensé en lo que Bella me había contado. Era realmente impresionante la cantidad de valor que había dentro de una persona tan pequeña como ella, me sorprendía como había hecho hasta lo imposible para estar con Edward y como no le importó que su vida corriera peligro con tal de traer a su hija al mundo.
Bella ya no era una chica, había dejado de serlo desde varios años atrás, ese título le quedaba corto, ahora ella era toda una mujer, y una mujer digna de admirar.
Al poco rato nos fuimos a la playa a escuchar las leyendas de los quileutes. Trate de ponerles atención pero en mi mente había tantas cosas que solo escuchaba fragmentos de estas.
Era increíble como en unos días mi vida había dado un giro de 360°, pues de ser una simple reportera con una vida normal en Seattle, había pasado a ser la novia de un hombre lobo y mejor amiga de una vampiresa. Pero yo no lo veía de ese modo, sino que había encontrado al novio y mejores amigos que la vida me podía haber dado. Pasaba mi mirada entre todos los presentes y no veía a los lobos, sino a los hombres que conformaban a la gran familia que eran y a la que ahora yo pertenecía. Yo solo veía el gran lazo de amor, lealtad y amistad que los unía, en momentos como estos, las leyendas y seres mitológicos no existían, todos éramos personas normales que lo único que buscábamos era nuestra felicidad.
Nunca me había planteado vivir una situación como esta, tal vez porque no sabía que existían estos seres, y de haberlo sabido tampoco me lo hubiera planeado, pero el destino siempre quiere jugar con nosotros y a mí me había tocado uno de lo más extraño y aún así estaba dispuesta a vivirlo.
Tal vez tendríamos que pasar por miles de pruebas antes de ser felices, pruebas a las que estaba segura que sobreviviríamos, porque si había algo de lo que estaba completamente segura era que todas las historias, de una o de otra forma, siempre tienen un final feliz y yo estaba lista para encontrar el mío.
No me importaba que tardara años en encontrarlo, porque mi historia apenas comenzaba y no pararía hasta que el libro de la vida de Angela Weber terminara con un “VIVIERON FELICES PARA SIEMPRE”.


AY YA PR FIN LO TERMINÉ ñ_ñ
DE VERDAD ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO PORQUE ME CONTO MUCHISIMO TRABAJO HACERLO ñ_ñ
UNA COSA: GRACIAS A UNA AMIGA DESCUBRÍ QUE SEGUN VARIAS PAGINAS DE INTERNET LOS HERMANOS DE ANGELA SE LLAMAN JOSHUA E ISAAC WEBER Y QUE CUANDO LOS MENCIONAN EN LOS LIBROS ELLOS TIENEN 9 AÑOS, ASI QUE SI MI HISTORIA ES CASI 6 AÑOS DESPUES ELLOS TIENEN COMO 15 Y NO LOS 17 QUE YO IMAGINABA, LO MALO ES QUE YA ME HABIA ENCARIÑADO CON ALAN Y DANIEL PERO COMO ESTA HISTORIA TRATO DE HACERLA LO MÁS COHERENTE POSIBLE ME VERÉ EN LA NECESIDAD DE CAMBIARLES LOS NOMBRES, AHORA ESPERO NO CONFUNDIRME CON EL VAMPIRO QUE ATRAPARON LOS CULLEN QUE TAMBIEN SE LLAMA ISAAC jejeje YA VERÉ COMO LE HAGO ñ_ñ
PERO BUENO........PLIS DEJEN SUS COMENTARIOS AUNQUE SEA SOLO PARA PRESIONARME
A PARTIR DEL SIG CAP VOLVEMOS CON NESSIE!!!!! NO SE COMO SE VA A LLAMAR PERO LO QUE SI SE ES QUE VA A ESTAR MUY LINDO Y LLENO DE AMOR (es todo lo que les puedo adelantar jeje)
BUENO ME VOY Y PORFA NO ME ODIEN POR TARDAR TANTO, CREANME QUE ESTO NO ES NADA FACIL

12 comentarios:

  1. woow me gusto mucho!!
    mugre ben jajaja
    pero me encanta la pareja que hacen angela y seth
    muy bueno!!

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  2. wiiii la primera
    gacias por el capitulo hermaniux muchas gracias
    te a quedado super increible
    besos
    bye
    XOXO

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  3. o00ola!!! muxxas graxx Karla... te quedo gennial como siempre....

    segun yo no mencionan los nombres de los gemelos, solo los llaman asi no? (gemelos)

    debo de decirte que ya em habia asustadooo...
    comenze a leer y pense que ya habrian pasado esos 6 años y que angela se habia olvidado de seth... noooo (muero)

    Se me hizo muy triste como lo redactaste y me dio corage con esa parejita de (inmorales, por decirte algo)...
    pero bueno...

    hay por que me encanta la pareja de seth y ang...
    seth es de lo mas lindoo!!!

    merecen estar juntos...
    y a como lo cuentas que bueno, que bien que al siguiente dia despues de que ang... derramara sus lagrimas encontrara esa lucezita en su vida seth...

    wowww me encanto...

    oye y que datallaso el del cazadorr...
    oye peroo tengo una duda...

    si le estaba cicatrizando la herida... se convertira en vampiro o no?? (o ya estaba muerto o como)


    muxxas gracias!! me encanto como siempre y despues de todo tu esfuerzo yo solo puedo decirte que valio la pena linda!!

    nos veremos luegooo
    chaoooo

    Melina.

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  4. buenas! me encanto el capitulo! espero q pongas la conversacion de angela con bella, y lo q penso de seth cuando se transformo... gracias x tu hermosa historia!!
    aca les dejo un link de otra historia q es realmente muyy buena el 1er libro se llama Claro de Luna (q lo peden bajar a compu) y el 2do luna oscura q lo esta poniendo cada semana en el blog
    http://midnightsleepless.blogspot.com/
    besotes!!! ness_rnr

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  5. Hola, sigo aquí, pendiente de tu fan-fic. Felicidades, adelante. Sigue tu corazón para que estudies lo que más te guste. Oye, no te gustaría compartir con nosotras alguna foto del evento al que asististe. Saludos.

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  6. Hola! Esta super la historiaaa! La verdad es que es muy ingeniosaa de hechoo! :D
    Cuando subes el prox!? Por faaa que seea rapidooo! Graciasss! (L)

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  7. mee encanrtoo!! Peroo porfavor termina de escribiirr... llevas como 15 dias sin hacerlo y me muero de la curiosidad x saber que pasa =(

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  8. Hola chica, que buena forma de narrar esta parte de la vida de Angela y Seth, me encanta la pareja. Por favor sube pronto la continuación, realmente nos haces sufrir mucho con tu tardanza

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  9. oo00ola ehh leidoo la otra gran parte!!
    Esta hermoxxa... sabes me guzta como estas manejando el amor de seth con Angela... es de lo mas tiernooo!!!

    Ya leeremos la charla con Bella-Angela!!

    Muxxas Gracias por la historia!!
    Aunque si a cada rato nos impacientemos... sabes que te queremos y no es por hacerte desesperar ni nada... te has tomado tu tiempo para todo... y en realidad se te agradeze!!
    Me encanto!!!

    Melina.

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  10. karla soy marina!!
    gracias por el capi!! se q es dificil pero no te rindas, lo haces estupendamente!!
    P.D: no tardes muxo en subir el siguiente please!!
    Besos desde Spain!! :)

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  11. Está super la historia contada por Angela, muy linda. Me encanta como escribes, asi que esperando el prox. capitulo de nessie.

    Gracias !!!

    Bárbara Vallejos.

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  12. hola karla este capi me parecio muy lindo y tierno porque al saber que ella sufre queda al lado de un hombre que la quiere y la ama y sobre ls nombre no importa para el buen lector eso no afecta el resultado es el mismo osea impresionante

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