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Este blog esta creado para todas aquellas que como nosotras aman la saga de crepusculo.
Aqui encontraran info acerca de los actores, los libros , las pelis bueno de todo lo relacionado con el mundo de crepusculo.
Ademas les tengo una gran sorpresa a las que 4 libros y dos peliculas (por lo pronto) no son suficientes, ya que estoy escribiendo mi propia continuacion de amanecer y no es porque yo la escriba pero de verdad esta muy interesante así que ...¿que es lo que están esperando? corran a leerla y dejen su comentario que es lo que me motiva a seguir ñ_ñ

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viernes, 1 de enero de 2010

CAPITULO XIX "UN PERFECTO DIA"

HOLA CHICAS!!!

DESPUES DE MIL AÑOS AQUI ESTA EL CAPI COMPLETO
A PARTIR DE AQUI EMPIEZAN A SALIR MAS PERSONAJES, UNOS NUEVOS Y OTROS CONOCIDOS, INCLUSO PUEDEN EMPEZAR A HACER TEORIAS SOBRE LO QUE VA A PASAR MAS ADELNATE ;)

SIN MAS AQUI LES DEJO UN ADELANTO DE ESTE CAP ñ_ñ
DISFRUTENLO!!!!

CAPITULO XIX "UN PERFECTO DIA"

Tal como desee antes de caer rendida en los brazos de Morfeo, los días previos a mi primer mes con Jake, pasaron tan rápidos como el agua en el río.
Aquel día desperté con una gran sonrisa dibujada en mi rostro, por fin vería la sorpresa que mi Jacob me había preparado con tanto amor. Me sentía tan feliz que empecé a cantar mientas me bañaba y arreglaba para bajar a desayunar.
Para todos, éste era un día como cualquier otro, pero para mí era uno muy especial.
Hoy hace un mes me había besado con Jake por primera vez y me había pedido que fuera su novia, pero lo más importante, hoy hace un mes que me había decidido a entregarle mi corazón, sabiendo que no existía ninguna persona que lo fuera a cuidar mejor que él, hoy cumplía un mes que me dado cuenta de lo mucho que lo amaba y que no podía seguir un minuto más sin probar sus labios, sin sentir sus tiernas caricias en mi rostro, sin escuchar las bellas palabras de amor que me solía decir a cada momento.
Este era el primero de los muchos meses que estaríamos juntos.
Cuando terminé de arreglarme salí de mi habitación y bajé las escaleras guiada por el aroma de la mantequilla derretida que venía de la cocina, seguro mi abuela me preparaba unos deliciosos hot cakes.
Todos estaban sentados en el comedor y por sus expresiones preocupadas supuse que hablaban de los vampiros que nos vigilaban, pero en este momento ni esos horribles vampiros me harían sentir mal, hoy era un día especial y nadie me lo iba a arruinar.
-Buenos días- los saludé con una gran sonrisa mientras revoloteaba alrededor de la mesa para darles un beso en la mejilla a cada uno de ellos.
-Buenos días Nessie, ¿qué tal dormiste?- preguntó mi tía Rose.
-Mejor que bien- contesté besando a mi papá.
Todos soltaron ligeras risitas al tiempo que me sentaba a un lado de mi madre. Después de eso retomaron su conversación.
-Yo creo que si Isaac nos ayuda con su don, podríamos atraparlos infraganti- dijo mi tío Jasper mirando a Isaac.
-Lo haría con mucho gusto pero ya saben que aún no lo controlo y podrían darse cuenta de nuestra presencia en cualquier momento- contestó Isaac con un tono de disculpa.
-No te preocupes hijo, ya buscaremos la forma de atraparlos- masculló mi abuelo con comprensión. Isaac respondió con una tímida sonrisa.
-¿Los han encontrado?- pregunté con preocupación pues esto significaba un enfrentamiento y yo temía que algo les pasara.
-Eso creemos Nessie- contestó mi abuelo con seriedad –Al parecer están en la frontera con Canadá, hemos seguido el rastro y siempre nos lleva al mismo lugar, aunque cada que llegamos a él siempre está abandonado, pero el aroma es reciente y muy fuerte, así que creemos que se van solo cuando sienten nuestra presencia.
-¿Y porque no siguen el rastro que dejan cuando se van de ahí?- inquirí con confusión, ya que eso sería lo más lógico.
-Porque no hay rastro alguno para seguir- respondió mi tío Jasper. Lo miré contrariada –Suponemos que tienen a alguien que puede tapar el rastro de todos ellos, algo así como un camuflaje- me explicó.
-¿Pero si tienen a alguien así porque no “tapan” en rastro que los lleva hasta la frontera con Canadá?- todo esto era sumamente extraño.
-Esta niña es muy lista- murmuró Emmett con una pequeña sonrisa.
-Es lo mismo que intentamos comprender- dijo Rosalie con preocupación.
-A mi lo único que se me ocurre es que ellos de alguna manera juegan con nosotros- intervino mi papá con seriedad –Quieren que sepamos que están aquí acechándonos y que les temamos, pero no se mostrarán hasta que crean que es el momento indicado, y debemos estar preparados para cuando llegue ese momento- agregó mirando a todos los que estábamos sentados en la mesa. El silencio reinó entre nosotros ante las palabras de mi padre.
Un horrible escalofrío recorrió mi cuerpo. Yo no quería que hubiera una guerra, las odiaba con toda mi alma y más si mi familia se veía implicada en ella.
En ese instante mi abuelita salió de la cocina con una charola en las manos.
-Un rico desayuno para la princesa de esta casa- dijo rompiendo el horrible y tétrico silencio en el que nos habíamos sumergido por unos segundos.
-Gracias abuelita, esto se ve delicioso- aseguré al ver los platos con comida que puso frente a mí.
Tal como había supuesto, mi abuela me había preparado un par de humeantes y deliciosos hot cakes con mantequilla derretida y miel de maple, también me dio un poco de fruta y un gran vaso con leche tibia.
-Esta exquisito abuelita, muchas gracias- dije después de mi primer bocado.
-Cuando quieras corazón, ya sabes lo mucho que me gusta cocinar para ti- me recordó dándome un beso en la coronilla –Además hoy es un día especial ¿no?- añadió guiñándome un ojo.
-Muy especial- murmuré metiéndome un trozo de fruta a la boca al sentir que mi sangre subía a mis mejillas.
-¡Claro! ¿Cómo olvidar esta fecha si “alguien” se ha encargado de recordárnoslo cada minuto de cada día?- comentó Emmett con sarcasmo.
Sentí que mis mejillas ardían.
Estaba tan emocionada de que llegara éste día que no me había dado cuenta que todos estos días no paré de hablar de lo mismo hasta este momento.
-Siento haberlos molestado- me disculpé en un susurro.
-No lo hagas cariño, todos aquí sabemos lo importante que este día es para ti- masculló mi mamá con ternura –Además no molestaste a nadie ¿o sí?- los retó con una mirada que claramente decía “No se atrevan a contradecirme o los mato es este momento”
-No
-No, no nos molestaste.
-¿Cómo piensas eso Nessie?
-No, claro que no.
-Por supuesto que no nos molestaste, pequeña
-No, para nada.
-Claro que no cielo.
Mi mamá sonrió con satisfacción al escuchar la respuesta de cada uno, en cambio yo no pude evitar soltarme a reír.
-Menos mal que no los molesté, ya me ahorre de buscar la manera de compensarlos- comente fingiendo alivio.
Nadie evito soltar una risita por mi comentario.
-Al menos espero que te guste la sorpresa—dijo mi tío Jasper con una pequeña sonrisa.
-La verdad todo quedó sumamente hermoso- aseguró mi abuelita mientras recogía los platos que minutos antes tenían mi desayuno.
Sabía que todos habían ayudado a Jacob a preparar mi sorpresa y se los agradecía pero me hubiera gustado que todo lo hiciera él sin ayuda, porque sería ahora sería como una sorpresa de toda mi familia y no exclusivamente de Jake.
-Te equivocas Nessie- dijo mi papá al leer mi mente. Lo miré confundida –Sí, todos ayudamos en algo, pero absolutamente todo lo que se hizo fueron ideas de Jacob- explicó.
-Edward tiene razón Nessie- intervino Rosalie –Y aunque me cueste trabajo decirlo, debo admitir que el pe….-la miré con reproche –que Jacob tiene muy buenas ideas- rectificó.
-Es que ese chico te conoce mejor que nadie y sabe cómo hacerte feliz, te conoce igual o mejor que tus padres- agregó Emmett mirando a mis padres de forma un tanto burlona.
-Te equivocas Emmett-aseguró mi mamá –Nadie conoce mejor a Nessie que nosotros- repuso con una gran sonrisa llena de orgullo.
-Chicos esto no se trata de quien conoce mejor a nuestra pequeña, ni de quien la quiere más- intervino mi abuelo con la calma que siempre lo ha caracterizado –Sino de lo que Jacob hace para demostrarle el gran amor que le tiene- añadió regalándome una tierna sonrisa –Él es un buen chico- murmuró más para sí mismo que para los demás, pero fue imposible no escucharlo.
-Lo sé- susurré.
Sabía que tenía al mejor novio que me pudieron haber dado, amaba a Jacob con toda mi alma y sabía que él también lo hacía de la misma manera. A veces me preguntaba que había hecho para merecer tanta felicidad, tenía a la familia perfecta, aún cuando a veces me molestaba un poco con ellos, tenía buenos amigos aunque deseaba tener más amigos humanos, pero sobre todo tenía a un gran hombre a mi lado, el hombre con el que algún día me casaría y formaría una familia.
Escuché a mi padre carraspear, como si intentara pedirme que no pensara en ese tipo de cosas siendo tan pronto.
Me ruboricé de la vergüenza y miré a mi mamá con desconcierto, pues desde el día que regresaron le había pedido que dejara su escudo para poder mantener mis pensamientos en secreto, sobre todo uno que había estado rondándome desde hacía días y no quería que mi padre se enterara. Ella solo me sonrió a modo de disculpa.
-Oye enana- me llamó mi tío Emmett –Ya me enteré que vas a entrar al colegio ¿es eso cierto o tus padres me han mentido?- pregunto de forma un tanto dramática.
-Sí, es cierto o al menos eso me dijo mi mamá- contesté mirando a mi abuelo para que él mismo me confirmara lo que mi madre me había dicho días antes -¿Es verdad que ya podré ir al instituto?- le pregunté con cierto temor.
-Sí Nessie, ya vas a poder ir al colegio y conocer a chicos normales- contestó mi abuelo con una gran sonrisa.
-¡Mil gracias abuelito!- exclamé levantándome de mi lugar para darle un gran abrazo.
-De nada pequeña- contestó con una risita.
-Precisamente anoche hablábamos de eso- anunció mi papá –Y hay un par de cosas que debemos decirte.
De pronto me sentí un poco nerviosa.
-Tranquila Nessie, no es nada malo- aseguró mi tío Jasper al sentir mis repentinos nervios.
Asentí y volví a sentarme en mi lugar.
-Bien, primero que nada vas a entrar al último curso- empezó mi papá.
-Creemos que es lo mejor ya que tu apariencia es la de una chica de entre diecisiete y dieciocho años y lo más apropiado es que estés en ese curso- añadió mi madre entrelazando una de sus manos con la mía
-Además con lo que Esme te ha enseñado en estos años ya tienes los conocimientos que se necesitan para entrar a la preparatoria, incluso si quisieras podrías entrar a la universidad sin ningún problema- agregó mi abuelo mirándome con interés.
Uno de mis grandes sueños era entrar a la universidad. Quería estudiar muchas cosas, pero siendo inmortal no importaba que estudiara primero, esto claro si no me………….muero antes de empezar a estudiar.
-Ness, por favor- me reprochó mi papá con una mueca de dolor.
“Lo siento” pensé.
-¿Entonces solo voy a estar un año en esta escuela?- pregunté con interés.
-Sí, solo este año vas a estudiar aquí- contestó Rosalie –Mira Nessie, lo que sucede es que nosotros ya no podemos estar más tiempo aquí. Muchas personas nos conocen y pues pueden empezar a sospechar- me explicó con ternura.
-¿Eso quiere decir que solo vamos a vivir un año en Forks?- inquirí con mucha tristeza. Pues toda mi vida estaba aquí a pesar de no haber estado aquí por dos años.
Aquí había nacido, había crecido con las personas que más amaba en el mundo, había conocido al hombre de mi vida, aquí vivían mis amigos quileutes, mi abuelo y su nueva esposa Sue. Pero sobre todo aquí estaba Jake, yo no podría dejarlo por nada del mundo.
-Y no lo harás- dijo mi papá.
-Pero no podría quedarme yo sola aquí en Forks……
-Tampoco te quedaras aquí- me interrumpió -¿Crees que podríamos estar lejos de ti por un minuto?
-Yo tampoco puedo estar lejos de ustedes- murmuré.
-Hemos hablado con Jacob y él vendrá con nosotros- me quedé sin respiración por un minutos –Y como él no entró a la universidad, decidió venir con nosotros y estudiar contigo- agregó con una pequeña sonrisa.
-También lo hace porque no quiere separarse de ti- dijo mi abuelita con una tierna sonrisa.
Sentí que mis ojos se llenaban de lágrimas de felicidad, pues ahora estaba cien por ciento segura que allá a donde fuera Jake estaría conmigo.
Sentí la mano de mi madre rozar mi mejilla cuando una lagrima salió de mis ojos.
-Ya todos los papeles están listos para que vayas a inscribirte- me avisó Rosalie –Aquí están, tu madre se los pidió a Jenks- agregó acercándome un sobre amarillo.
Rápidamente lo abrí y empecé a leer la información.
Estaba la información básica, como que me llamaba Vanessa Masen y que mis padres habían muerto en un accidente por lo que mi tío Edward Cullen junto con su esposa Isabella Cullen me habían adoptado.
Según estos papeles, había estudiado en un colegio de Francia, tenía las mejores notas de todos los chicos de mi curso y era capitana del equipo de animadoras.
Me reí ante tales ocurrencias.
-Son perfectos- admití volviendo a meter los papeles en el sobre –Muchas gracias no saben lo importante que esto es para mí.
-Nos hubiera gustado entrar contigo al colegio pero no podemos- admitió Emmett haciendo un gracioso puchero –Hubiera sido divertido.
-Si claro, muy divertido- susurré con sarcasmo.
No es que no me gustara estar con ellos, pero no quería tenerlos todo el día detrás de mí cuidándome como si fueran guardaespaldas. Necesitaba mezclarme entre los humanos como si fuera uno de ellos y no quería que ellos intimidaran y alejaran a todos aquellos que quisieran entablar una conversación conmigo.
-Ness, sabes que lo hacemos por tu bien- dijo mi padre –Sabes que ahora menos que nuca debes estar desprotegida.
-Lo sé y se los agradezco pero quiero empezar a hacer una vida lo más normal que sea posible- contesté con sinceridad.
-Te entendemos pequeña y es por eso que cuando estés en la universidad solo Jacob irá contigo, ninguno de nosotros va a estudiar cuando tú lo estés haciendo- sonreí abiertamente –Pero aún así alguien asistirá contigo a la preparatoria- agregó con seriedad.
-¿Pero……no dijeron que ninguno de ustedes puede ir porque los reconocerían?- pregunté con desilusión.
-No vamos a ser nosotros quienes estemos contigo- contestó Rosalie.
-¿Jake?
-No, él tampoco.
-¿Entonces quien?- empezaba a desespérame.
Si no era nadie de mi familia y tampoco Jacob ¿Quién estudiaría conmigo? ¿A quién pondrían de mi guardaespaldas?
-Es una sorpresa- dijo mi mamá con una gran sonrisa.
-Solo vamos a decirte que es alguien a quien no hemos visto en muchos años y apreciamos mucho- masculló mi papá guiñándome un ojo.
¿Por qué me hacían esto? ¿Acaso no sabían que no me gustaba la incertidumbre? Ahora no dejaría de pensar en esto durante todo el día.
En ese momento se escuchó el timbre del celular de mi tío Jasper. No quise ser entrometida pero cuando tienes un oído más desarrollado de lo normal es casi imposible no escuchar las conversaciones ajenas.
-¿Diga?
-Jazz, necesito que me traigas unas cosas que están en la habitación- dijo la preocupada voz de mi tía Alice – ¡Me urgen!
-Tranquila Alice, enseguida te las llevo, no te preocupes- respondió Jasper con tranquilidad.
-Jazz, date prisa- después de eso colgó.
Mi tío empezó a reír mientras se levantaba de su silla y se echaba a correr al piso de arriba. Cuando regresó, traía una caja blanca en las manos.
-Bien, me voy antes de que un duendecillo me asesine- anunció antes de volver a salir corriendo, pero esta vez hacia el bosque.
Solté una ligera risita. Me hacía mucha gracia la manera en la que mi tía se comportaba cuando tenía que preparar algo especial, era tan perfeccionista que rayaba en la demencia.
-Mamá ¿Podrías acompañarme a Port Angeles?- le pregunté al recordar que el día anterior me había dado cuenta que olvidé comprar las cadenas de los dijes que me hicieron para este día.
-Claro que si Nessie-contestó poniéndose de pie.
Otro celular empezó a sonar, esta vez era el de mi mamá.
Vio el número antes de contestar y sonrió de oreja a oreja.
-Hola papá ¿Qué tal están?
-Hola Bells- sentí un cosquilleo de emoción al escuchar la voz de mi abuelito Charlie –Nosotros estamos muy bien, después de todo esto no es tan malo- aseguró con una ligera risita.
-Yo te dije que ibas a pasártela muy bien pero no me quisiste creer- le recordó mi mamá poniendo los ojos en blanco.
-Prometo que de ahora en adelante creeré todo lo que me digas.
-Me parece perfecto- contestó mi mamá con una pequeña sonrisa de satisfacción –Y a todo esto ¿Cuándo regresan?
-Precisamente para eso te hablaba. Quería ver si podríamos quedarnos un par de semanas más, es que Sue se enamoró del lugar y ya hasta quiere que nos vengamos a vivir aquí- dijo mi abuelo entre nervioso y bromeando.
-Hay papá claro que sí, quédense el tiempo que quieran- contestó mi mamá con felicidad.
-Muchas gracias Bells y dáselas a Edward también.
-Se las daré, no te preocupes.
-Bien, debo irme Sue esta llamándome.
-Te quiero mucho papá, cuídate por favor.
-Igual tú Bella y salúdame a mi Nessie.
-Por supuesto, adiós papá.
-Adiós hija.
Después de esto colgó.
-¿Ness, nos vamos?- preguntó con una gran sonrisa dibujada en su rostro.
-Solo espérame un momento, voy por los dijes- le pedí antes de irme directo a mi habitación.
Saque los dijes de uno de los cajones de mi mesita de noche y volví a bajar.
Al verme bajar, mi papá me dijo que mi madre me esperaba en el auto. Me despedí de todos antes de irme directo al garaje.
De camino a Porto Angeles sentí como mi mamá me miraba de reojo.
-¿Qué pasa mamá?- le pregunté cuando empezó a ponerme nerviosa por la insistencia de su mirada.
-Nada, es solo que me he estado preguntando por qué tu insistencia en que ponga el escudo a tu alrededor- contestó con sinceridad.
Definitivamente mi mamá me conocía mejor que nadie, incluso que yo misma. Pensé por un minuto si decirle o no a mi mamá lo que tenía planeado hacer y al final decidí hacerlo, después de todo ella era mi madre y me comprendería y además mi papá no podría escucharlo en su mente.
-Lo que sucede es que he estado pensando en algo de lo que no quiero que se enteré mi papá o sería capaz de matarme- respondí con nerviosismo.
-¿Puedo saber qué es eso en lo has pensado?- insistió mi mamá.
Respiré entrecortadamente un par de veces antes de hablar.
-Decidí que estoy lista para entregarme a Jake- dije sin miramientos, pero con el estomago hecho un nudo de nerviosismo.
Esperaba que mi mamá reaccionara de una manera un tanto exagerada e incluso violenta, sin embargo lo único que hizo fue suspirar y mirarme de reojo con ternura.
-Aunque no lo creas, supuse que era por eso- mis ojos se abrieron como platos ante tal respuesta -No te sorprendas Ness, soy tu madre y te conozco perfectamente bien.
-¿Y qué piensas?- inquirí con preocupación y nerviosismo.
-En realidad no debería importante lo que yo piense sino lo que tú pienses y sientas, si estas completamente segura de que quieres hacerlo, yo lo único que te pido es que sean cuidadosos- dijo con tranquilidad y regalándome una pequeña sonrisa.
-Gracias mamá- murmuré.
Cada vez me sorprendía más con las actitudes que tomaba mi mamá ante situaciones como estas, se comportaba como si fuera mi mejor amiga en lugar de mi madre y en cierta forma eso me encantaba pues sentía que podía confiar mucho más en ella.
Tardamos unos minutos en llegar a Port Angeles. Me encantaba el auto de mi madre, incluso deseaba que llegara la hora en que pudiera tener mi propio auto y poder manejarlo tal y como mi papá me había enseñado hace apenas algunos meses.
Al entrar a la joyería en donde me hicieron los dijes, un chico de aproximadamente diecisiete años fue quien nos atendió. Debía ser nuevo porque no lo había visto el día que vine con mi mamá.
-Buenas tardes mi nombre es Ethan, ¿En qué puedo ayudarlas?- preguntó mirándome con interés y sonriéndome abiertamente.
En un segundo lo miré de arriba a abajo. Era un chico bastante guapo, aproximadamente media un metro con ochenta, era delgado y con un poco de musculo, no tanto como Jake o mi tío Emmett pero para ser un humano estaba muy bien, su piel era de un bonito tono rosado, el cabello era de color castaño oscuro lo llevaba un poco largo y lo peinaba hacia el lado izquierdo, sus ojos eran de un lindo color gris y su sonrisa destilaba amabilidad. Como dije, era un chico bastante guapo, pero como es lógico yo solo tenía ojos para Jacob.
-Estamos buscando un par de cadenas para poner estos dijes ¿Tendrás algo con lo que se vean lindos?- contesté al tiempo que sacaba los dijes y se los mostraba.
-Claro que sí, síganme por favor- respondió llevándonos hacia el final de la tienda.-Aquí están- anunció sacando varias cadenas de oro de una vitrina –Son de las cadenas más bonitas que tenemos y que hacen juego con esos dijes- aseguró dedicándome una gran sonrisa.
Sentí como me ruborizaba un poco y escuché a mi mamá reír bajito.
Empecé a ver todas las cadenas que Ethan me había mostrado, todas eran lindas pero ninguna me gustaba lo suficiente. Algunas eran un tanto ostentosas y aunque a mí me gustaban todo ese tipo de cosas, debía encontrar algo que le gustara a Jake y que fuera cómoda para que pudiera quitársela antes de entrar en fase.
Yo seguía buscando la cadena adecuada mientras Ethan y mi madre empezaban a entablar una conversación.
-¿Son nuevas por aquí?- le preguntó con interés.
-Sí, llegamos hace un poco más de un mes- contestó mi mamá.
-¿Y piensan quedarse por mucho tiempo?- este chico estaba muy interesado en nosotras.
-Solo un año, hasta que mi sobrina termine la preparatoria, va a entrar al instituto para el próximo curso- respondió, de reojo vi como me guiñaba un ojo. Volví a sentir como la sangre se acumulaba en mi rostro.
-¡Oh qué bien!- exclamó con mucho entusiasmo. Ni mi mamá ni yo pudimos evitar reírnos por su entusiasmo.
Vi como Ethan se sonrojaba.
-Me refiero a que yo también voy al instituto y podría acompañarte mientras te integras- agregó volviéndome a sonreír.
-Sí, eso estaría bien. Al menos ya voy a conocer a alguien- dije con felicidad.
Este chico empezaba a caerme bien, al menos ya conocería a alguien cuando entrara al colegio y eso me serviría de mucho para conocer a más personas.
-Ya verás lo bien que te la vas a pasar, todos los chicos son muy buenas personas y cuando entres te voy a presentar a todos- aseguró muy animado.
-Muchas gracias Ethan, eso sería perfecto- dije con entusiasmo.
-Nessie, se está haciendo tarde y aún tienes que arreglarte- me recordó mi mamá mirando su reloj.
-Ya voy- murmuré volviendo a mi tarea de buscar la cadena perfecta.
-Mira estas son de otro estilo- dijo Ethan poniendo frente a mí una tabilla cubierta por una tela roja de terciopelo –No son tan lindas como las otras pero se verían bien con tus dijes- agregó quitando la tela las cubría.
En cuanto las vi, me quede con la boca abierta. No eran las cadenas más finas del mundo, ni más ostentosas. De hecho eran muy sencillas, igual que mi Jake.
Eran de caucho negro con el broche de oro blanco. Como dije, muy sencillas, pero yo no estaba buscando que fueran finas, sino que fueran cómodas y que se vieran bien.
Tomé una que se abrochaba con un imán, la cual sería perfecta para que Jake pudiera quitársela con rapidez antes de entrar en fase, le puse el dije que tenía la “N” y el final de la frase grabadas, y la puse frente a mí.
No pude evitar sonreír al ver el resultado.
-Perfecto- murmuré con una gran sonrisa dibujada en mis labios.
-Se ve hermosa- aseguró mi mamá con ternura –Ethan puedes darme una más de estas – le pidió señalando la cadena que tenía en la mano.
-Claro que sí- contestó abriendo un pequeño cajón y sacando una cadena más – ¿Me permites?- me dijo señalando los dijes.
Se los di y le puso a la cadena el otro que faltaba. Después los colocó en una caja rectangular de color negra.
-Listo- anunció mostrándome ambos dijes dentro de la caja.
-Son perfectos- aseguré con una enorme sonrisa.
-¿En donde las pago, Ethan?- preguntó mi mamá sacando su cartera.
-En donde está ese señor- contestó señalando un hombre de aproximadamente 40 años, que estaba cobrándole algo a una señora mayor –Con esto pagas – agregó entregándole una nota.
Mi mamá asintió y fue a pagar las cadenas.
-Aquí tienes- dijo Ethan entregándome una bolsa con la caja negra adentro.
-Muchas gracias, Ethan- mascullé tomando la bolsa y regalándole una linda sonrisa de agradecimiento.
-Si no es indiscreción, ¿puedo preguntar para quienes son?- inquirió señalando la bolsa que tenía en mi mano.
-Para mi novio y para mí- noté como la expresión de Ethan se entristecía –Hoy cumplimos un mes y le voy a regalar una de estas- agregué con felicidad.
-Bueno, pues muchas felicidades- dijo volviendo su expresión a la misma que tenía unos segundos antes.
-Gracias- contesté, mientras veía a mi mamá venir hacia mí.
-Listo Ness, es hora de irnos- anunció –Fue un gusto haberte conocido Ethan, espero que mi sobrina y tu sean buenos amigos –añadió pasando un brazo por mis hombros.
-Yo también……-vaciló al darse cuenta que no sabía el nombre de mi mamá.
-Bella - se presentó mi mamá con una sonrisa.
-Bella, fue un placer conocerte, bueno en realidad fue un placer conocerlas- aseguró volviendo su mirada a mí.
-Para mí también lo fue, nos vemos pronto Ethan- me despedí dirigiéndome a la salida.
-Hasta pronto- escuché como murmuraba y soltaba un pequeño suspiro.
No pude evitar soltar una risita.
Estaba cerrando la puerta del Ferrari de mi mamá cuando Ethan salió corriendo de la joyería.
-¡Espera!- exclamó haciéndome señas para que no nos fuéramos –No me dijiste cómo te llamas, porque no creo que Nessie sea tu nombre ¿o si?
Escuché que mi mamá reía bajito.
-Lo siento, debí olvidarlo- me disculpé –Me llamo Vanessa Masen, pero me dicen Nessie –me presenté sacando mi mano para estrechársela.
-Enchanté mademoiselle- dijo con un gracioso acento francés al tiempo que besaba mi mano.
-El placer es mío, Ethan- contesté entre risitas retirando mi mano de la suya –Adiós- volví a despedirme antes de que mi mamá arrancara el auto.
Por el retrovisor vi como Ethan se pasaba una mano por el cabello y sonreía de oreja a oreja, antes de darse la vuelta y volver a entrar a la joyería.
Volví a reír. Este chico me caía bien, quien iba a pensar que hoy conocería al que sería mi primer amigo aquí en Forks.
Éste día no podía ser mejor.
-Le gustaste a Ethan- murmuró mi mamá mirándome de reojo.
-Tal vez, pero mi corazón solo le pertenece a Jake- contesté con sinceridad.
-Pero eso no significa que Ethan no pueda ser tu amigo- señaló con una pequeña sonrisa.
-Claro que no, no creas que porque salgo con Jake significa que no tendré uno que otro amigo- aseguré.
-Me parece bien cariño, debes conocer a todo tipo de personas- agregó guiñándome un ojo.
-No veo la hora de entrar al colegio- murmuré más para mí que para mi mamá, pero aún así me respondió.
-Ya pronto cariño, ya pronto.
En cuanto vimos la casa a lo lejos mi mamá volvió a hablar.
-¿Vas a querer que ponga el escudo?- preguntó con picardía.
-Sí por favor, no quiero ni imaginar lo que haría papá si se entera de mis planes- contesté con temor.
-Tampoco yo quiero imaginarlo- masculló mi mamá con una pequeña risita.
Cuando entramos al garaje, Alice ya estaba esperándome recargada sobre su auto con una gran mueca de fastidio dibujada en su rostro.
-¡¿Por qué tardaron tanto?!- exclamó sacándome del coche de un jalón -¡¿Ya vieron la hora?! Apenas me va a dar tiempo de arreglarte.
-Tranquila Alice, ni que me fuera a casar- mascullé entre risitas.
-Menos mal que no es tu boda porque de otra manera tendría que cancelarla- repuso con molestia –Y todo porque dejas las cosas para último momento –seguía regañándome.
Vi como mi mamá ponía los ojos en blanco, yo por mi parte solo pude reír bajito.
-¡Anda ya!, en lugar de burlarte de mí, ve a tu habitación y metete a la ducha- ordenó señalando la puerta que daba a la sala.
-Alice me bañé hace unas horas- avisé con fastidio. A veces Alice podía ser muy pesada, especialmente en estos casos.
-¡No me interesa, vas y te vuelves a bañar!- replicó con histeria.
-Okey- murmuré dándome la vuelta y entrando por la puerta que daba a la sala.
Emmett y Jasper estaban jugando videojuegos y cuando entré solo se me quedaron viendo y rieron por lo que habían escuchado.
Yo solo pude encoger los hombros e irme a mi habitación tratando de contener la risa, o de otro modo Alice se molestaría.
Cuando me metí a bañar, empecé a sentirme nerviosa y muy emocionada. Ya quería ver lo que Jake me había preparado para este primer mes.
Quería quedarme bajo el agua por unos minutos más para relajarme, pero Alice empezó a aporrear la puerta para que me apurara. La primera vez no le hice caso pero cuando amenazó con derribar la puerta fue cuando decidí que ya era hora de salir.
-Alice ¿Puedes tranquilizarte? Empiezas a ponerme nerviosa- apunté mientras me sentaba frente al espejo de mi tocador.
-Si no te hubieras salido a comprar no se qué cosas, no estaría apurándote de esta manera y habríamos tenido tiempo de hacer todo con calma- repuso al tiempo que me ponía una crema con olor a fresa en el rostro.
-Alice, no vayas a exagerar por favor- supliqué.
-¿Por qué no? ¿Acaso no quieres lucir hermosa para Jacob?- inquirió con picardía.
-Claro que sí Alice, pero tampoco quiero que exageres en arreglarme- señalé con un ligero rubor en mis mejillas.
-Mira Ness, hagamos una cosa, tu déjame hacer lo que yo se que está bien y cuando termine hablamos- más que una propuesta era una orden, por lo que preferí dejar esta pequeña discusión para otro momento y concentrarme en relajarme.
Me quedé dormida con las suaves y relajantes caricias que Alice le regalaba a mi piel.
Después de lo que para me parecieron horas, escuché la melodiosa voz de mi tía Alice.
-Nessie, despierta- decía en voz baja mientras me zarandeaba un poco.
-Hummm
-Anda ya dormilona, levántate para que te pongas el vestido y los zapatos- me apresuró con cariño.
Me levanté de la silla sin mirarme al espejo y caminé hasta mi cama, en donde se encontraba mi perfecto vestido rosa.
Alice me ayudó subirme el cierre del vestido y a ponerme los lindos zapatos que me había traído de su viaje a Francia. Eran de color plata, con delgadas tiras al frente y un tacón de aguja de aproximadamente diez centímetros. Muy al estilo Alice.
-Alice ¿estás loca?-exclamé sorprendida al mirar las zapatillas -¿Cómo planeas que camine con esto sin que los tacones se me rompan o se entierren en el suelo del bosque?- esto era demasiado extraño.
-Tú no te preocupes por eso Ness, ya verás que eso no será problema alguno- contestó con una risita.
Al final acepté llevar aquellos zapatos, después de todo eran muy bonitos y combinaban con mi vestido, además si ella decía que no habría ningún problema debía creerle.
Al terminar me llevó hasta el espejo de cuerpo completo que tenía y me puso frente a él para que pudiera ver el resultado.
Si alguna vez había dudado de las habilidades de Alice, este era el momento indicado para retractarme.
Tal como le había dicho, no exageró ni en el peinado ni en el maquillaje. Cuando estaba dormida, inconscientemente sentía que mi tía le hacía mil cosas a mi rostro y rogué porque no me dejara TAN arreglada. En este momento me di cuenta que definitivamente Alice sabía lo que hacía.
Mi maquillaje era tan natural que no parecía que de verdad me hubieran maquillado. Coloreo mis parpados con una sombra en color rosa con destellos plateados y puso un poco de delineador negro para resaltar mi mirada, no maquillo mis mejillas ya que yo tenía mi color rosado natural, así que no había necesidad de hacerlo. Como toque final me puso un poco de brillo labial en color melón.
Por otro lado, acomodó mi cabello hacia el lado derecho. Lo amarró en una coleta de lado, lo que provocaba que mis rizos cayeran sobre mi desnudo hombro, y puso un delicado broche plateado.
Miré mis manos y me di cuenta que también había arreglado mis uñas. Alice las decoró con unas pequeñas estrellas rosas y plateadas.
En pocas palabras, lucía perfecta. Perfecta para Jake.
-Alice……esto es……..perfecto- mascullé con la voz entrecortada por la emoción.
-Lo sé, recuerda que fui yo quien lo hizo y por lo tanto lleva mi sello personal- contestó llena de orgullo.
-Muchas gracias tía- dije dándole un gran abrazo.
-No tienes nada de que agradecer, sabes que lo hago con mucho gusto- respondió dándome un beso en la mejilla.
En ese instante tocaron a la puerta.
-¿Puedo pasar?- preguntó mi mamá con una sonrisa.
-Claro- contesté al tiempo que me separaba de mi tía.
-Alice, aquí esta lo que me pediste- dijo mi mamá entregándole una pequeña caja negra y un bolso plateado.
-Nessie, ven aquí- me ordenó mi tía.
Me puse frente a ella y solo sentí como ponía unos pendientes en mis orejas y deslizaba una gargantilla en mi cuello. También puso un par de aros color plata en mi muñeca
-¡Listo!- exclamó aplaudiendo con entusiasmo.
Fui hasta el espejo y miré las joyas que me había puesto. Los aretes eran unas pequeñas estrellas, mientras que la gargantilla era un simple listón que llevaba el emblema de los Cullen.
-Son hermosas- murmuré.
-No más que tú- aseguró mi mamá poniéndose a mi espalda.
-Chicas, ya es hora de que Nessie se vaya- avisó mi tía Rosalie asomándose por la puerta -¡Nessie, te ves hermosa!- exclamó al hacerle una exhaustiva inspección a mi atuendo.
-Gracias Rose- murmuré con mis mejillas ruborizadas.
-Vayan bajando ustedes, en un minuto salimos- ordenó Alice dándole pequeños empujones a mi mamá hasta sacarla de mi habitación.
Alice fue hasta mi tocador, tomó mi perfume favorito y me puso un poco en el cuello, detrás de las orejas, el cabello y las muñecas. No es que lo necesitara pues yo tenía un aroma único, pero adoraba el olor de ese perfume.
Después colocó el bolso que mi mamá le había traído y lo puso en la cama, para después sacar las cosas que había dentro y nombrarlas mientras me las mostraba.
-Perfume- una réplica exacta de la que acababa de ponerme, pero en miniatura.
-Mentas- una cajita con pastillas.
-Tu regalo- la caja negra que tenía los dijes.
-Espejo
-Brillo labial
-Pañuelos
-Cámara fotográfica- la misma que tenía desde hace aproximadamente tres años. Esa cámara era muy especial, ya que fue un regalo que Jake me dio de cumpleaños y en ella estaban guardadas todas las fotografías que me había tomado con él durante todo este tiempo.
-Celular y……..
Salió corriendo de mi habitación y en un segundo regreso con algo escondido en las manos.
Cuando me lo mostró quise morirme de la vergüenza.
¡¡Eran preservativos!!
-Alice……yo……… ¿Qué es eso?- mascullé empezando a hiperventilar. ¿Es que Alice se dio cuenta de lo que estaba planeando? Me moriría de la vergüenza si así era. Además si ella lo sabía, en cuanto mi mamá quitara el escudo mi padre se enteraría de todo….
-¡Ay por Dios! No me digas que no sabes lo que es un……- le tapé la boca antes de que lo dijera en voz alta. Me avergonzaba que toda mi familia se enterara de lo que Alice insinuaba, o mejor dicho de mis planes, ya tenía suficiente con las indirectas que Emmett les decía a mis padres como para que ahora me las dijera a mí.
Quise que el piso se abriera bajo mis pies y me tragara la tierra antes de bajar y ver las burlonas sonrisas de Jasper y Emmett, o de ver la expresión de desaprobación de mi padre o……..
-Date por muerta después de que esto termine- amenacé a mi tía con un poco de molestia y temor.
-Ness, te recuerdo que en teoría ya estoy muerta- repuso con voz divertida al tiempo que metía los preservativos en el bolso.
Me sentí más molesta por la actitud que estaba tomando. Primero hace que me avergüence y encima le causaba gracia.
-Entonces voy a descuartizarte, echarte cien litros de gasolina y prenderle fuego a cada parte de tu pequeño cuerpo hasta que se convierta en cenizas- repliqué con furia.
-A ver Nessie ¿Cuál es el problema de que te de esto?- preguntó señalando los preservativos.
-Ninguno pero………me da……me da vergüenza…….- balbucee. Tenía razón, no había ningún problema, al contrario me estaba haciendo un favor porque yo no había comprado nada para protegerme.
-Nessie, no es vergüenza que quieras cuidarte, al contrario es algo que ya casi nadie hace- aseguró al tiempo que acomodaba uno de mis rebeldes rizos con ternura.
-Tienes razón –admití tomando el bolso –Pero de cualquier manera no los necesito- agregué sacando los paquetitos que previamente había metido en mi bolsa y colocándolos entre sus manos. Tuve que fingir que no los necesitaba, porque de otro modo Alice terminaría descubriéndome……………si es que todavía no lo había hecho.
-Pero Ness, no quiero que tengas relaciones con Jacob sin protección- repuso con preocupación.
Si antes había sentido vergüenza ahora más. Sentí que mis mejillas y mi pecho ardían. En este momento pensaba que Alice mentía con que no podía vernos a Jake y a mí.
-Alice me da mucha vergüenza hablar de esto, pero te digo que no son necesarios porque entre Jake y yo no ha habido absolutamente nada- admití muy acalorada por el rumbo por el que iba nuestra conversación y sobretodo porque sabía que toda mi familia estaba escuchando cada una de las palabras que decía. –Y no creo que eso cambie esta noche- mentí, no podía decirle la verdad por mucha confianza que le tuviera.
-Nadie conoce el futuro Nessie.
-Solo tú- señalé
-Está bien, yo veo el futuro pero el tuyo no y menos el de Jacob, así que prefiero prevenir antes de que pase algo “malo”- replicó volviendo a poner los preservativos en mi mano.
-De acuerdo Alice, pero aún planeo descuartizar ese pequeño cuerpo que tienes- volví a amenazarla, aunque en mi interior le daba las gracias.
-Ya veremos mañana por la mañana, pero por ahora será mejor que te vayas antes de que Jacob se desespere y venga a ver qué pasa- dijo tomándome de la mano y sacándome de mi habitación.
Cuando bajamos y Emmett me vio, como era de esperarse lanzó sonoras carcajadas.
No supe hacer otra cosa más que sonrojarme al máximo. En este momento un tomate se vería blanco a lado de mi rostro. Dirigí mi mirada a mi mamá para confirmar que había puesto el escudo, ella asintió y me sonrió. En los últimos días habíamos desarrollado una manera de comunicarnos a base de gestos y ella sabía cuando podía quitar su escudo con un simple parpadeo de mi parte. Con esta forma de comunicación le di a saber que ya podía quitar el escudo, pero antes de eso eliminé todo rastro de mis planes….
Y aun así no pude evitar pensar en aquellos paquetitos que estaban dentro de mi bolsa, y en ese momento me di cuenta que mi papá miraba a Alice un poco molesto.
“Tranquilo papi, yo me encargo de ella mañana” pensé al tiempo que le mostraba la supuesta idea que tenía para acabar con mi querida tía.
Mi papá rió bajito al leer mis pensamientos y asintió.
Volví mi miraba hacia Emmett que no paraba de reír y se sostenía de Isaac para no tirarse al suelo a reír. Me percaté que Isaac hacía todo el intento de no reír junto a mi tío, por lo que lo miré de forma amenazadora. Él solo me sonrió a modo de disculpa y se alejó unos pasos Emmett.
-¡Ya basta Emmett!- lo regaño Rosalie dándole un golpe en la cabeza.
-¡Rose!- reclamó mi tío pasando su mano por el lugar en donde mi tía lo había golpeado.
-Te ves hermosa, mi niña- dijo mi abuelito tomando una de mis manos entre las suyas.
-Hermosa es poco Carlisle- repuso mi abuelita mirándome con ternura.
-Gracias- murmuré con una tímida sonrisa.
-No cabe duda que mi Alice hace magia con las manos- aseguró Jasper lleno de orgullo.
Alice corrió hasta él y le dio un pequeño beso en modo de agradecimiento.
-Y tú mejor que nadie conoce la magia de sus manos ¿verdad Jazz?- insinuó Emmett con una sonrisa pícara.
En cuanto Alice escuchó eso se quedó petrificada y de haber sido posible se haría ruborizado de la misma forma que yo lo había hecho hace un momento.
Todos empezamos a reír, por la expresión de mi tía.
-Conozco la magia que hacen las manos de Alice de la misma manera en que tú conoces la magia de las manos de Rose- contraatacó Jasper con una sonrisa maliciosa.
En ese instante estallaron las carcajadas de todos excepto de Emmett y Rosalie que se habían quedado sin habla.
-Cariño es mejor que te vayas antes de que estos dos sigan con sus tonterías- me apresuró mi mamá poniendo los ojos en blanco.
“O antes de que empiecen a meterse contigo” pensé. Mi papá solo rió bajito.
-Está bien- contesté con una pequeña sonrisa.
-Jazz- lo llamó mi mamá.
-Espero no te moleste ir en los brazos de tu querido tío- comentó en tono de broma.
-Claro que no- respondí con una gran sonrisa.
-Pásatela muy bien, cariño- dijo mi abuelita dándome un beso en la mejilla.
-Diviértete Nessie- agregó Emmett guiñándome un ojo.
Mi rostro volvió a colorearse de rojo.
-Esperamos que todo sea de tu agrado- intervino mi papá regalándome una de esas sonrisas con las que cualquier chica se derretía.
-Nos vemos por la mañana, Ness- añadió Alice con una sonrisa.
Cuando termine de despedirme de los demás, Jasper me tomó en sus brazos con suma delicadeza y echo a correr rumbo al bosque.
En el camino me di cuenta que estaba atardeciendo, debían de ser entre las seis y siete de la noche. Mientras Jazz corría me empezó a mandar oleadas de tranquilidad, las cuales agradecí profundamente ya que mis nervios comenzaban a salir a flote.
De pronto se detuvo y me puso en el suelo con delicadeza.
-¿Qué hacemos aquí Jazz?- pregunté con confusión al tiempo que miraba el lugar en el que nos encontrábamos.
Estábamos en medio del bosque, el lugar era sumamente oscuro ya que había frondosos árboles a nuestro alrededor, los cuales impedían que la poca luz que había se filtrara entre las ramas, pero gracias a mi visión vampírica podía distinguir a mi tío.
-Me dijeron que debía traerte aquí- contestó sacando algo de su bolsillo –Y también me dijeron que debía vendarte los ojos así que ven aquí- agregó desarrugando la mascada que había sacado.
Me puse frente a él y sentí la suave tela rozar mi rostro.
-Listo- murmuró – Ahora solo debes sentarte aquí un minuto- agregó guiándome hacia lo que supuse era una gran roca y me obligó a sentarme en ella.
-¿Jazz, estás seguro que esto es lo que te dijeron que tenías que hacer?- pregunté con recelo.
-¿Acaso desconfías de mí? ¿De uno de tus tíos favoritos?- dramatizó.
-Claro que no desconfió de ti, es solo que esto es muy extraño- aseguré intentando encontrarle el sentido a todo esto.
-Y dime… ¿Acaso existe algo normal entre nosotros?- inquirió con ironía.
-No, nada normal –contesté con una risita que Jasper no tardó en acompañar.
-Tú solo espera aquí sentada como la niña linda que eres y ya verás lo que sucederá- dijo cuando terminó de reír.
-Ok – murmuré
-Nos vemos mañana Ness- se despidió besando mi mejilla.
-Adiós y gracias otra vez- dije completamente agradecida.
Sentí una ráfaga de viento a un lado de mí, significado de la partida de mi tío.
Dejé mi bolso a un lado y me acomodé para esperar.
No sabía que planeaban con esto y después de unos minutos comencé a sentirme un tanto nerviosa y ansiosa por que esto terminara. Ya quería irme de aquí, me daba un poco de miedo estar sola en medio del oscuro bosque. Algo verdaderamente estúpido en una semi vampira.
Después de aproximadamente cinco minutos, escuché los pasos de alguien acercándose. Instintivamente se puse de pie de un salto con mi bolsa en la mano, sabía que no sería de gran ayuda pero mínimo serviría de distracción, agudicé mi oído tratando de escuchar más allá, con la intención de saber si era cierto lo que había escuchado o solo había sido producto de mi imaginación.
Silencio……….
Cuando pensé que había sido mi imaginación haciéndome una mala jugada, escuché que alguien pisaba una rama. Sentí un miedo atroz, ya que por mi mente pasaron los vampiros que nos vigilaban.
Llevé mis manos hasta la parte trasera de mi cabeza, con toda la intención de quitarme la mascada y echarme a correr, pero antes de que lograra tocar la suave tela que cubría mis ojos, un par de ardientes manos detuvieron las mías.
Inmediatamente supe quien era, reconocería ese tacto, esas manos y ese calor emanando de aquella piel, en cualquier parte del mundo.
-Jake- susurré lanzando un largo suspiro lleno de alivio.
Hice otro intento por quitarme la mascada de los ojos, pero Jake volvió a impedírmelo, colocando mis manos a ambos lados de mi cuerpo.
-No lo hagas- susurró –Gracias Jasper- murmuró y a lo lejos escuché como mi tío reía y se echaba a correr una vez más.
Seguro él tenía la culpa de todo el miedo que tuve. Ya pagaría por ellos mañana en casa.
Sentí el aliento de Jake rozar con mi rostro, estaba casi segura que se encontraba a pocos centímetros de mí y que si daba un paso hacia él sus labios y los míos se unirían en un beso.
Soltó mi mano izquierda y llevo la suya hasta mi nuca. Lentamente fue acercándome a él hasta que unió nuestros labios.
Empezó a besarme con dulzura. Después sentí su lengua pedir permiso para entrar y encontrarse con la mía, inmediatamente accedí a sus deseos y ambas empezaron un baile que solo ellas conocían.
Me sentía en el cielo mismo.
Llevé la mano que tenía libre hasta el cuello de Jake, con la intención de acercarme más a él y sentir su cuerpo pegado al mío.
Me besaba como su fuera la primera vez que lo hacía o como si no lo hubiera hecho por días. Cosa que hasta cierto punto era cierto, ya que en los últimos días casi no nos vimos porque él estaba metido en mi prado o haciendo guardias con los chicos.
Poco a poco fue moviendo la mano con la que aún sostenía una de las mías, deslizándola por mi antebrazo hasta llegar a mi cintura y rodearla con fuerza, para acercarme a él mucho más de lo que ya lo estábamos.
Yo por mi parte llevé mi otra mano a su cuello y la enredé en se cabello.
Había algo en los besos de Jake que e impedían dejar de hacerlo, se había convertido en una especie de droga para mí, cada día que no saboreaba su boca me sentía ansiosa e incluso vacía.
No quería que este momento terminara pero la falta de oxigeno empezó a hacer de las suyas, provocando Jake se separara para recuperar el aliento.
La mano que tenía en mi nuca la puso en mi mejilla para acariciarla como solo él sabía hacerlo.
-Te amo Nessie- murmuró con devoción.
-Yo también te amo Jake- susurré bajando mis manos hasta su cintura y poder abrazarlo con fuerza.
Jake acunó mi cabeza en su pecho y nos quedamos así en absoluto silencio.
Recordé el primer beso que nos dimos y como después de éste nos habíamos quedado en la misma posición en la que estábamos en este momento.
Después de unos minutos Jake se separó lentamente de mí hasta que solo quedaron nuestras manos unidas.
-¿Jake puedo quitarme la mascada?- pregunté haciendo un puchero.
-Aún no, yo te diré cuándo hacerlo- contestó –Ahora te llevaré hasta tu prado- me avisó pasando un brazo por mi cintura y el otro por detrás de mis rodillas.
De pronto sentí el aire alborotar un poco mi cabello y por un momento me aterre ya que cuando Jake dejara de correr mi peinado estaría completamente destrozado. “Al diablo con el peinado, estoy con Jake y eso es lo que importa”
Un minuto después, Jake se detuvo y me colocó con delicadeza sobre el suelo de…… ¿Piedra?
¿Pero qué rayos pasaba? Hasta donde recordaba el suelo siempre había sido de tierra y pasto….
Sin soltar una de las manos de Jake di dos pasos hacia adelante para verificar que de verdad el suelo ahora era de piedra.
Un paso.
Dos pasos.
Sí, definitivamente el piso ahora era de piedra.
-¿Jake que le hiciste al suelo?- le pregunté con curiosidad, moría por ver lo que había hecho con mi prado.
-En un segundo lo verás- avisó deshaciendo el amarre de la macada que cubrían mis ojos.
Aún después de que Jake me quitó la suave tela, dejé mis ojos cerrados por un minuto, preparándome para ver la sorpresa que tanto había esperado.
Con extrema lentitud empecé a abrir mis ojos.
Cuando por fin vi lo que Jake había hecho en mi prado, casi me caigo de la impresión.
Todo era………hermoso.
¿Acaso me había metido en un cuento de hadas?
Pasé mi vista por cada rincón del lugar y me di cuenta que esto ya no era el prado que había sido.
En el piso había un pasillo hecho de adoquín que llevaba hasta el centro del prado, en donde se formaba tres círculos, uno seguido del otro y conectados entre sí por otro pequeño pasillo, todo esto estaba hecho de adoquín. El primero era de un tamaño medio y dentro de éste había una pequeña mesa de dos sillas, adornada con velas y tulipanes rojos, también estaban los platos y cubiertos e incluso dos copas. El segundo era el más grande de los tres y en éste había lo que parecía el colchón de una cama cubierta por una sábana dorada y miles de almohadones del mismo color. El último era el más pequeño de los tres y en éste había una fogata hecha con madera arrastrada por la playa de la Push. Los tres círculos tenían otro pasillo que llevaba hasta la entrada de mi cabaña.
Ahora sabía a qué se refería Alice cuando dijo que no habría problema con los zapatos.
Mi cabaña, también estaba diferente, ahora era más grande y el diseño era diferente al que tenía antes. Le habían hecho un segundo piso y lo que supuse sería una recamara, tenía un balcón igual al de mi habitación en la casa de mis abuelos.
A los laterales de los pasillos había pequeñas velas encendidas, lo que le daba un toque mucho más romántico. Las partes que no tenían adoquín estaban cubiertas por tulipanes de todos colores, especialmente rojos.
Volví a pasar mi mirada por todo el alrededor del prado y en cada árbol había una lámpara en forma de esfera, que ayudaban a iluminar el lugar.
Como dije, parecía un cuento de hadas.
-Jake, esto es…….hermoso- aseguré con la voz entrecortada de la emoción.
-Tú te mereces esto y más princesa- murmuró pasando sus brazos por mi cintura y dándome un tierno beso en el cuello.
-No sé que hice para merecer esto pero definitivamente este es el mejor regalo que alguien pudo haberme dado- aseguré dándome la vuelta para quedar frente a él y una vez más poder perderme en la profundidad de su mirada. Rápidamente miré el atuendo de Jake y decir que lucía guapo era poco, llevaba un traje color gris que contrastaba con el bello tono de su piel y una camisa blanca entreabierta que dejaba ver parte de su musculoso pecho y le daba un toque más jovial.
-Has hecho muchas cosas Nessie, pero la más importante es haberme hecho saber que ya estabas lista para entregarte mi alma y mi corazón, pues eres la única que puede cuidar de ellos- repuso atrapando una furtiva lagrima que se deslizaba por mi mejilla.
-Te amo Jacob Black, nadie podría amarte más de lo que yo lo hago-aseguré acariciando su mejilla con la punta de mis dedos.
-Yo también te amo Renesmee Cullen y no hay poder humano o inhumano que me pueda arrancar este amor, pues al hacerlo también me arrancarían la vida- dijo tomando mi rostro entre sus manos para besarme con verdadera intensidad.
Los besos de Jake hacían que todo a mi alrededor dejara de existir, era como si nuestra mágica burbuja de amor volviera a cubrirnos del mundo, dejándonos solo a Jake y a mí en un mundo en donde no existían lobos ni vampiros, solo dos chicos llenos de sueños de amor.
Pero para mi gran desgracia ese hermoso momento se vio interrumpido por un extraño gruñido procedente de mi estomago.
“Estúpidas necesidades humanas”. Pensé con coraje
-¿Estoy loco o tengo la ligera impresión de que alguien tiene hambre?- preguntó Jake con sarcasmo después de separar nuestros labios.
-Lo siento, pero creo que olvidaron alimentarme en mi casa- murmuré sintiendo como mi rostro se tornaba a un color rojo encendido.
-Esa es la gran desventaja de vivir con vampiros-señaló guiándome hacia la mesa con una mano en mi cintura –Olvidan que con ellos vive alguien que no solo se alimenta de sangre sino también de comida normal- agregó con una pequeña sonrisa.
-Lo que pasó en realidad fue que estuve toda la mañana fuera de casa y cuando regrese, Alice prácticamente me empujó al baño antes de empezar a arreglarme, así que no tuve tiempo de comer algo- expliqué encogiendo los hombros, intentando no darle importancia al asunto.
-Tendré que hablar seriamente con Alice-murmuró ayudándome a sentar en una de las dos sillas.
-¿Por qué?- le pregunté confundida.
-Porque le pedí que te arreglara para que lucieras más hermosa de lo que ya eres, no que te matara de hambre- respondió caminado hacia la cabaña para entrar en ella.
Solté una ligera risita.
-Pero la ventaja de que Alice no te haya dado nada de comer, es que podrás disfrutar de la cena que te preparé-dijo cuando salió de la cabaña arrastrando un pequeño carrito de dos pisos de metal en donde llevaba variaos platos cubiertos con tapas de plata y en el piso de abajo llevaba una hielera con lo que me pareció ser una botella de champagne.
-¿Estás seguro que tú lo preparaste?- pregunté con suspicacia en el momento que llegó a mi lado. Sabía perfectamente bien que mi abuelita había hecho la cena.
Jake rió bajito.
-No, tienes razón Esme preparó todo-admitió con una pequeña sonrisa al tiempo que quietaba la tapa a un plato.
El delicioso aroma de pasta italiana inundó mis pulmones y provocó que mi estómago gruñera con violencia. Jake volvió a reír y sirvió una considerable porción de pasta sobre mi plato.
-Supuse que había sido mi abuelita- aseguré esperando a que Jake se sentara frente a mí para poder saborear mi comida.
-¿Eso quiere decir que dudas de mis habilidades culinarias?- repuso en tono de burla.
-No es eso Jake, simplemente digo que tú hubieras sido más práctico- respondí llevándome un poco de pasta a la boca –Si por ti hubiera sido, me habría encontrado con hamburguesas, papas fritas y refresco en lugar de esto- agregué señalando la comida.
Jake rompió a reír, echando la cabeza para atrás.
-Que poco confías en mí- dijo entre risas con un tono de falso reclamo.
-No es que no confíe, es que te conozco muy bien y sé que es lo que hubieras hecho- señalé encogiendo los hombros.
No pudo aguantar más y estalló en sonoras carcajadas. Yo no hice más que seguir saciando mi hambre.
-Tienes razón, de no haber sido por Esme quien sabe que habría pasado con esta cena-comentó al dejar de reír y volviendo a concentrarse en su comida.
-Simplemente habríamos cenado hamburguesas, papas fritas, sodas y tal vez un poco de helado de chocolate-apunté metiéndome a la boca los restos de la pasta que quedaban en mi plato –Lo cual no me hubiera importado.
-Pude hacer eso, pero quería que todo fuera especial en este día para que pudieras recordarlo para toda tu vida-murmuró levantándose una vez más para servirme un filete con una salsa que olía bastante bien y algunos vegetales para acompañar.
-Es especial desde el momento que estás conmigo Jake, no puedo pedirle a la vida nada más que estar contigo- aseguré rodeando su cuello repentinamente y besándolo con pasión.
-Ness, si sigues así no respondo de mis actos- masculló separando un poco sus labios de los míos.
Volví a rozar mis labios con los suyos antes de soltarlo y sentir el rubor en mis mejillas.
-Yo sé que no puedes resistirte a mis besos- repuso con tono petulante. Yo le saqué la lengua como si fuera una niña pequeña –Pero que te parece si mejor terminamos de cenar y después puedo besarte por el resto de la noche.
-De acuerdo- respondí con nerviosismo y bajando la mirada a mi plato al sentir como me ruborizaba.
El resto de la cena pasó entre bromas por parte de Jake hacia el hecho de que no lograba contenerme a besarlo o tener algún contacto físico con él, cosa que no era del todo cierta ya que aún no lograba entregarme a él.
Aproveché el momento para pensar en los paquetitos que estaban en mi bolsa. Le había dicho a Alice que no planeaba tener relaciones esta noche con Jake, pero lo cierto es que le había mentido para que mi papá no se diera cuenta de mis planes. Todos estos días tuve que pedirle a mi mamá que pusiera su escudo a mí alrededor para poder pensar con tranquilidad en esa situación sin que mi padre hiciera algo para impedirme salir esta noche. Pensé el lo que había sentido el día que casi me entrego a Jake y sí, lo admito, tuve miedo pero miedo a no poder complacer a Jake, a no saber qué hacer en ese momento y que Jacob saliera corriendo a los brazos de otra. ¿Pensamientos estúpidos? Si bastante, pero no podía evitarlos. Aquel día había tenido ese tipo de miedo y también un poco por el hecho de no sentirme lista, pero todo eso había desaparecido en estos días. Los días previos había pensado en esa frase que terminó por convencerme que en realidad ya estaba lista, aquella frase que Jake dijo con tanta devoción que mi corazón se estremeció de gusto “SERÁ COMO TU QUIERAS PRINCESA”, esas simples palabras me habían estado rondando por la cabeza, pero me había hecho pensar en mucho. Jake estaba dispuesto a esperarme todo el tiempo que yo quisiera, cien años si era necesario pero ¿No me había esperado ya suficiente tiempo? Sabía que Jake no había salido con nadie durante este tiempo, que solo se dedicaba a mejorar su taller y a cuidar a su padre, mientras esperaba a que yo estuviera lista…….. Así que ¿No estaba lista ahora? ¿No se supone que Jake y yo estamos juntos porque yo ya estoy lista para este tipo de compromiso? Extrañamente todas estas cosas las supe desde aquel día, admito que por un momento tuve miedo pero ahora ya no lo tenía, sabía que iba a estar con Jake por toda la eternidad así que no había motivo para esperar y más cuando sabía lo mucho que nos amábamos.
Un día le pregunté a mi mamá, como sabia cuando estaba lista para dar ese paso y ella me contestó que era cuando sabía que él me amaba de la misma manera que yo a él y que estaba segura que nunca me haría daño porque tenía que confiar ciegamente en él y precisamente así me sentía, por esa razón había tomado mi decisión aún cuando al principio había deseado tener una relación normal y llevar las cosas con calma. Ahora ya no me importaba eso, yo solo quería pertenecerle a Jake en todos los sentidos y hoy era el día perfecto para hacerlo

Jake interrumpió mis pensamientos cuando al intentar abrir la botella de champagne, la espuma le cayó en la manga de su traje. No pude evitar reírme de él. Se quitó el saco antes de llenar las dos copas y entregarme una de ellas. Lo miré extrañada, pues a pesar de no ser médico, sabía que las personas que estaban enfermas del corazón.
-Le pedí permiso a tu abuelo y dijo que sí, siempre y cuando solo fuera una sola copa- me explicó tomando mi mano para ayudarme a ponerme de pie –Edward sugirió una deliciosa copa de sangre en lugar de champagne, pero para ser sincero no me apetecía- agregó con sarcasmo.
-Pudiste traer jugo de manzana- señalé con burla -¿O es que acaso pretendes embriagarme para llevar a cabo tus malévolos planes?- agregué entrecerrando los ojos
-Para lograr los malévolos planes que tengo en mente hacer contigo prefiero que estés completamente consiente- repuso dándome un rápido beso y mirándome con picardía. Sentí mis mejillas arder y bajé la vista con vergüenza.
-¿Y por qué brindamos?- pregunté en un intento de desviar el tema.
-Por ti, por mí, por nosotros- respondió pasando un brazo por mi cintura –Por ser el hombre más afortunado del mundo y tener a la chica más hermosa que puede existir en el universo entero y que esa chica esté enamorada de mí como yo lo estoy de ella. Pero sobre todo porque este amor dure mucho más que una eternidad.
-Por la maravillosa vida juntos que tenemos por delante y porque nunca nadie pueda terminar con esto tan hermoso que sentimos el uno por el otro- agregué con una gran sonrisa
Chocamos las copas y bebimos de ellas. El sabor era un tanto extraño, quemaba un poco la garganta pero sabía bien. Jake me quitó la copa y la puso en la mesa junto a la suya entes de tomar mi rostro entre sus manos con la misma delicadeza con la que caen las hojas de un árbol y así poderme besar una vez más en esta noche.
Eran besos llenos de amor, tiernos, sin prisas ni preocupaciones, porque solo estábamos nosotros dos, no había testigos, solo la hermosa naturaleza que nos rodeaba, la misma que vio como nuestro amor iba creciendo día a día y la misma que nos vería con el pasar de los años.
-Es hora de que abras tu regalo- anunció despegando sus labios de los míos.
-Creí que esto era mi regalo- repuse señalando todo nuestro alrededor.
-Pues te equivocaste-aseguró tomando mi mano y llevándome hasta donde estaba la cama improvisada formada solo por el colchón cubierto por las sabanas doradas –Digamos que esto fue solo un cambio de imagen al prado.
-Pero no necesitabas darme nada más, no tenías que gastar…….
-Ness, no empieces con tus cosas- me reclamó haciéndome señas para que me sentara mientras sacaba una pequeña caja cuadrada de debajo de un cojín -Lo único que te he dado en estos años ha sido una pulsera hecha por mí y una cámara, así que no rezongues- la voz de Jake sonaba igual que la de un padre cuando su hijo no quería hacer lo que se le pedía.
-No rezongo, solo digo que no debiste hacerlo- repuse con una pequeña sonrisa.
-Pues por primera y última no me importa lo que digas que debí o no hacer- señaló poniendo la pequeña caja negra entre mis manos y sentándose a mi lado –Además no hacen devoluciones- agregó con una sonrisa traviesa.
Reí bajito antes de abrir la caja.
Al ver el contenido de esta no pude evitar un jadeo de sorpresa. Era el mismo dije en forma de corazón con cristales rojos en la orilla que vimos en la tienda de antigüedades aquel día que fuimos a Port Angeles, solo que ahora se veía más brillante y llevaba una fina gargantilla dorada.
-Jake………es hermoso- aseguré con la emoción impregnada en mi voz –De verdad no……
-Sí sigues diciendo que no debí hacerlo, juro que no te daré ni un pequeño beso en lo que resta de la noche- me amenazó con un tono divertido al tiempo que ponía los ojos en blanco.
-Pero Jake……
-Nada de peros- interrumpió poniendo un dedo en mis labios –Mejor abre el corazón y ve lo que hay dentro- sugirió con un hermoso brillo en los ojos.
Sus palabras provocaron que sintiera curiosidad y no tardé en sacar el corazón del pequeño estuche negro y abrirlo con cuidado.
Una enorme sonrisa se formó en mi rostro al ver el interior del corazón. De un lado había una pequeña fotografía de nosotros, era la misma que nos tomamos en la feria con los fuegos artificiales a nuestras espaldas pero en miniatura, del otro lado tenía una pequeña inscripción que decía “SOY TUYO”. La emoción invadió mis ojos, provocando que gruesas lágrimas se deslizaran por mis mejillas.
-Jake………yo…………esto es- no podía hablar de la emoción que inundaba mi corazón.
- No digas nada Ness- dijo quitándome la gargantilla que llevaba para ponerme el corazón –Recordé el día que lo vimos en Port Angeles y por tu mirada supe que te había gustado, así que fui a comprarlo, a arreglarlo un poco y aquí lo tienes- agregó abrochando el dije alrededor de mi cuello.
-Muchas gracias Jake, es hermoso en verdad y el mejor regalo que pudiste haberme dado- aseguré con una gran sonrisa.
-Fue lo más parecido que encontré como representación a regalarte mi corazón y lo tuvieras cerca del tuyo para que nunca me olvides- dijo con una sonrisa exultante.
-Con o sin tu regalo sabes que jamás podré olvidarte- aseguré dándole un pequeño beso.
-No tienes idea de lo mucho que me gusta escucharte decir eso- murmuró acariciando mi mejilla.
-Ahora me toca a mí darte tu regalo- anuncié levantándome de un salto para ir por mi bolsa. Escuché a Jake reír bajito.
Cuando regresé Jake se había recostado en la supuesta “cama” y tenía los brazos detrás de la cabeza. Me senté a su lado y él me miró con diversión al tiempo que se incorporaba un poco, recargándose sobre un brazo.
Con mucho cuidado de no tirar el contenido de mi bolsa, extraje la caja negra y la puse en las manos de Jake.
-¿Puedo preguntar por qué tú si puedes darme algo y yo a ti no?- inquirió con un tono entre enfadado y divertido.
-Simplemente porque con tu amor es más que suficiente- respondí con una gran sonrisa.
-En ese caso no quiero nada porque para mí también es suficiente con que tú me ames- repuso incorporándose completamente y colocando la caja en mi regazo mientras sonreía de manera traviesa.
-¡Jake!- exclamé haciendo un puchero –Yo acepté tu regalo y lo más justo es tú aceptes el mío- repliqué volviendo a poner la caja en sus manos –Además en cierto modo es un regalo para los dos- agregué levantando las cejas con diversión.
Supuse que eso fue lo que despertó la curiosidad de Jake, pues no lo pensó dos veces y abrió la caja, pero al instante que vio el contenido soltó una carcajada.
¿Pero qué le pasaba? ¿Había sido demasiado cursi? ¿O por qué rayos se reía?
-Si no te gustó puedes regresármelo y los arreglo para dárselos a mis padres- comenté haciendo un ademán de quitarle el regalo de las manos.
-Claro que me gustaron Ness, no es por eso que me rio- aseguró quitando el regalo de mi alcance.
-¿Entonces de que te ríes?- pregunté totalmente confundida.
-Me río porque antes de comprar ese corazón- señaló el que me regaló y que ahora colgaba en mi cuello –Yo pregunté por este- moviendo la caja frente a mí –La verdad es que me di cuenta como miraste este dije y pensaba hacer exactamente lo mismo que tú hiciste, pero el día que fui a comprarlo me dijeron que hacía días que lo habían vendido y por eso terminé comprándote el otro, solo que lo llevé a una joyería para que le dieran brillo, le grabaran la inscripción y para comprarle una cadena que le combinara- me explicó con tono divertido.
-Estuve a punto de comprarlo en cuanto lo vi pero tú estabas ahí y mi sorpresa se habría arruinado, así que le pedí a mi mamá que me acompañara a otro día a comprarlo y ese mismo día fuimos a la joyería para que le pusieran nuestras iniciales - comenté con una sonrisa –Pero había olvidado comprarle las cadenas y fuimos hoy en la mañana a la joyería, en donde conocí a Ethan…….
-¿Ethan? ¿Quién es ese?- interrumpió con cierta molestia y terminando de incorporarse de un salto
-Es un chico que trabaja en la joyería, él me atendió hoy cuando fui con mi mamá y me enteré que iremos juntos al colegio, así que podría decirse que será mi primer amigo humano –le expliqué con delicadeza.
-¿Es guapo?
-Sí un poco- Jake me miró con dolor –Pero no tanto como tú, además digamos que él no es mi tipo de novio perfecto- agregué encogiendo los hombros con indiferencia.
-¿Y cómo es tu tipo de novio perfecto?- preguntó acercándose peligrosamente a mí.
-Tiene que ser alto, musculoso, moreno, con labios besables, debe tener ojos negros que me hagan perder la cordura- Jake estaba tan cerca que sentía su aliento en mi rostro y eso provocaba que me estremeciera –Que me ame más que otra cosa y sobre todo debe ser un hombre lobo.
-¿Conoces a alguien que cubra esos requisitos?- inquirió rozando nuestros labios.
-La verdad es que no- mentí fingiendo tristeza y dando un profundo suspiro –Conocí a un chico llamado Ethan que tiene todas esas características- mentí de forma traviesa pues Ethan era totalmente diferente a como yo había dicho que era mi novio perfecto –Excepto la parte del lobo.
Miré a Jake de reojo y me di cuenta que sus ojos reflejaban cierta tristeza.
-¿Qué pasa Jake?- pregunté con preocupación.
-Ness, hay algo de lo que debemos hablar- dijo con seriedad.
-¿Qué….que pasa?- mi voz salió entrecortada por el repentino temor que oprimía mi pecho.
-Tranquila Ness, no es nada malo- aseguró tomando una de mis manos entre las suyas y sonriéndome de manera reconfortante. Suspiré con alivio –Pero es algo muy importante de lo que tenemos que hablar.
No tenía idea de lo que Jake quería hablar pero me preocupaba lo que fuera a decir por lo que no pude hacer otra cosa más que asentir.
-Sé que vas a cumplir tu sueño de entrar al colegio y que quieres hacer muchos amigos, cosa que no va a ser difícil por lo encantadora que eres –mis mejillas ardieron –Y con esos amigos me refiero a los chicos que van a estar detrás de ti.
-Jake no….
-Déjame terminar- interrumpió con delicadeza –Quiero pedirte algo- agregó en tono de súplica.
-Sabes que puedes pedirme lo que quieras- contesté sin darme cuenta de la doble intención que llevaba mi respuesta hasta que Jacob se rió por un segundo.
-Quiero que me prometas que si en algún momento llega “alguien” que te haga dudar de lo que sientes por mí, vas a decírmelo inmediatamente para darte tu espacio y puedas intentarlo con ese “alguien”- masculló mirándome con completa seriedad.
Me tomó poco más de un segundo entender las palabras de Jake. Pareciera que no me conociera o no supiera cuanto lo amaba en realidad e incluso que pensara que existía algo o alguien lo suficientemente fuerte para romper con lo que había entre nosotros.
-No sé qué ganas con esto porque sabes mejor que nadie lo mucho que te amo y lo que significas para mí, pero si esto te hace sentir bien, prometo que te avisaré si mis sentimientos cambian, aún cuando eso es imposible- dije sin comprender el por qué de su necesidad a que le prometiera algo como eso- Aunque sigo sin entender por qué me pides eso.
Estaba realmente confundida.
-Porque no quiero que te sientas atada a mí, quiero que puedas decidir, que puedas salir con otros chicos para que sepas con quien quieres estar en realidad y a quien le vas a entregar tu corazón- respondió con melancolía.
-Mi corazón ya tiene dueño- le recordé.
-Lo sé, pero he visto como te mira Isaac y se cómo te mirarán los chicos de tu escuela y no quiero que no hagas lo que deseas por sentirte comprometida conmigo por la imprimación.
En ese momento me di cuenta que había subestimado al chico que tenía a mi lado. Sabía que Jake era capaz de hacer lo que sea con tal de que yo fuera feliz, pero nunca imaginé que eso implicara verme en brazos de otro chico y eso era algo que debía admirarle.
Me quedé en silencio por varios minutos, preguntándome que había hecho para merecer al hombre más perfecto del universo y pensado en que era muy afortunada de tenerlo conmigo.
No me di cuenta que estaba llorando hasta que Jake limpió una lagrima que se deslizaba por mi mejilla.
-Ness, ¿Por qué…..?-empezó a preguntar con preocupación, pero antes de que terminara me lancé a él rodeándolo por el cuello para poder besarlo. Él en un acto reflejo llevó su mano a mi nuca para atraerme más a sus labios.
Jake había dado todo por mí, se relacionaba con vampiros por mí, controlaba la atracción sexual que sentía hacia mí, dejaba a sus amigos para estar conmigo, me complacía con lo todo lo que podía y se desvivía por mí.
Pero ¿Qué había hecho yo por él? ¿Qué le había dado en estos años?...............Nada.
Tal vez Jake diría que le bastaba con mi amor, pero lo cierto es que había llegado la hora de compensarlo, de demostrarle cuán grande era el amor que sentía por él, ya era hora de que se olvidara de Renesmee la niña y conociera a la mujer.
Poco a poco el beso fue cobrando intensidad, nuestros labios bailaban como solo ellos sabían hacerlo. Había algo en los besos de Jake que me hacían perder la razón, delineaba mis labios con su lengua o atrapaba mi labio inferior entre sus dientes, volviéndome completamente loca.
Los besos dieron pie a las caricias, una de mis manos viajó hasta los botones de su camisa y empecé a desabrocharlos con lentitud, quería disfrutar y hacerlo disfrutar del momento, quería que todo fuera mágico como siempre lo había soñado. Introduje mi mano dentro de su camisa para poder tocar la suave piel de su pecho. Sentí como Jake ahogó un pequeño jadeo en el fondo de su garganta, definitivamente no esperaba que hiciera algo como esto. Pasé mi mano por su pecho y su perfecto abdomen regalándole caricias llenas de amor y deseo, Jake no había hecho nada por detenerme pero no fue hasta que posé mi mano en el inicio de su pantalón que la detuvo con brusquedad.
-Ness…..detente- masculló separándose unos centímetros de mí.
Me di cuenta que estaba bastante acalorado y confundido por mis acciones, por la manera en que froto su rostro con frustración y pasó varias veces su mano por su cabello. Pasaron cerca de dos minutos antes de que Jacob se tranquilizara y pudiera hablar.
-¿Por qué me torturas de esta manera Nessie?- preguntó mirándome con frustración -¿Por qué lo haces cuando me dijiste que necesitabas tiempo? Sabes que estoy dispuesto a esperarte pero tú me lo haces cada vez más difícil, ¿sabes lo que siento cuando me besas o me tocas de esa manera?
-Lo mismo que yo cuando eres tú quien me lo hace- respondí volviendo a acercarme a él –Jake, esto que hago es porque de verdad quiero hacerlo, tal vez pensarás que estoy loca porque hace días te dije que no y ahora te digo que sí, pero lo estuve pensando y nunca había estado más lista que ahora. Quiero darte una pequeña parte de todo lo que tú me has dado en estos años- contesté tomando una de sus manos entre las mías y llevándola a mis labios para darle un tierno beso.
-Princesa no tienes que darme nada a cambio, yo no te lo he pedido y como vuelvo a repetirte estoy dispuesto a esperar el tiempo que sea necesario para estar contigo, no quiero que te precipites y después te arrepientas- replicó acariciando mi mejilla con la mano que tenía libre.
-¡Pero ya no tienes que esperar porque de verdad quiero hacerlo!-exclamé con una nota de frustración.
¿Es que de verdad no lo comprendía? Mi cuerpo, mi corazón, mi alma reclamaban ser completamente suyos y hoy era el día perfecto para hacerlo.
-Jacob, jamás en toda mi vida he estado más segura de esto- murmuré llenado mis pulmones del fresco aire del bosque para tranquilizarme –Quiero pertenecerte en todos los sentidos posibles, sabemos que vamos a estar juntos para toda la eternidad y ya no hay necesidad de esperar, yo lo quiero y tú también lo quieres, así que no hay motivo para no hacerlo.
-¿Ness, estas completamente segura de esto?- preguntó temeroso, como si aún creyera que fuera a decirle que no.
-Tan segura como que te amo con cada parte de mí ser- contesté con un suspiro que se vio silenciado por los labios de Jake, acariciando a los míos con amor y dulzura, era un beso completamente diferente al anterior, sin prisas ni preocupaciones. Una vez más sentí que nuestra burbuja de amor se expandía a nuestro alrededor.
Poco a poco nos fuimos recostando a modo que Jake quedara sobre mí pero sin que yo cargara con todo su peso. Aún con la ropa podía sentir el calor de su piel llamándome a fundirme en él.
Llevó una de sus manos hasta mi rostro y comenzó a acariciarlo con suavidad, recorriendo cada centímetro de él, como si quisiera memorizarlo y guardarlo en su corazón. Yo por mi parte, terminé la tarea interrumpida momentos antes, Jake me ayudó a deshacerse de su camisa lanzándola a unos metros de nosotros. Mis manos empezaron a hacer un lento recorrido desde los dedos de sus manos, sintiendo la aspereza de éstos causada por el arduo trabajo en su taller y el tiempo invertido como alfa de la manada. Seguí mi camino por sus brazos hasta sus hombros, acariciando cada uno de sus marcados músculos y notando a Jake estremecerse ante mi contacto. Deslice mis manos hasta su cara, ésta vez sería yo quien grabaría el tacto de su rostro en mi memoria.
Jake abandonó mi boca, yendo hacia la línea de mi mandíbula alternando sus labios con su lengua hasta llegar al lóbulo de mí oreja, al que mordió con suavidad, provocando que temblara de placer y enredara mis manos en su cabello para atraerlo más a mí.
Noté su temor y nerviosismo cuando llevó su mano hasta el cierre de mi vestido y lo bajó con extrema lentitud, sin dejar de besar mi cuello y acariciar mi rostro. Le ayude en su labor, incorporándome un poco hasta que mi vestido salió por mi cabeza y un segundo después estaba junto a la camisa de Jake, dejándome solo en ropa interior.
Volví a recostarme sobre las suaves sabanas doradas, estirando mi cuerpo con la intención de que Jake viera cada pequeña e insignificante parte de él. Me miraba como si fuera lo más bello que hubiera visto en toda su vida, su mirada destilaba amor, devoción y deseo, por lo que no pude evitar ruborizarme. Por primera vez en mi vida me sentía admirada.
En realidad fue hasta este momento me di cuenta que ésta sería mi primera vez en muchos aspectos. Mi primer mes con Jacob. La primera vez que me entregaría a él. La primera vez que no necesitábamos palabras para expresar lo que sentíamos pues Jake y yo siempre nos habíamos dicho absolutamente todo, sin embargo en este momento las palabras sobraban, siendo las miradas llenas de amor y las sonrisas nerviosas las que hablaban por nosotros. No había nada de palabras, lo único que se escuchaba eran los sonidos naturales del bosque que nos rodeaba.
Era mi primera vez en muchas cosas, pero sobre todo era la primera vez que me sentía mujer y no la niña que solía ser.
Las temblorosas manos de Jake fueron hasta mi piel, regalándome suaves y delicadas caricias que me provocaban una especie de descarga eléctrica en todo el cuerpo. Tocó todo mi cuerpo, sintiendo la textura de mi piel y mis temblores antes su tacto. Sus manos dieron paso a sus labios, besó cada pequeño pliegue de mi cuerpo, no hubo lugar que sus labios no tocaran y en ocasiones se detenía a aspirar mi aroma o a probar el sabor de mi piel.
Hizo un lento trayecto por mis piernas hasta llegar a mis pies, en los que se detuvo para quitarme las zapatillas que aún llevaba puestas, rápidamente se deshizo de ellas y se adueñó de mis pies, dándoles tiernos besos y pequeños mordiscos en los dedos, lo que provocó que soltara pequeñas risitas.
Jake me miró con diversión antes de regresar hasta mi rostro y adueñarse de mis labios.
En un rápido y fluido movimiento rodé hasta quedar a horcajadas en él. Era mi turno de admirarlo y amarlo como él había hecho conmigo.
Con la misma lentitud y delicadeza con la que él me trató, saqué el resto de su ropa excepto sus bóxers, en el que noté un sobresaliente bulto que me erizó la piel y no precisamente de miedo.
Admiré toda su anatomía, lo besé y acaricié hasta cubrir cada poro de su piel, aspiré su tan singular aroma una mezcla de los olores del bosque con el dulce de su sangre. Besé cada pequeño pliegue de su abdomen y su pecho, probé el sabor de su piel hasta llegar a donde su corazón latía desenfrenadamente.
Pegué mi oreja a su pecho, escuchando el mejor sonido del mundo, el frenético latido del corazón de mi Jacob. Aquel hermosos sonido llenaba mi alma de dicha y felicidad, sabía que cada latido era por mí al igual que los míos eran de Jake. Nunca había amado tanto la vida hasta este momento, escuchando ese hermoso latir.
Después de unos minutos en el pecho de Jake, seguí amando su cuerpo. Pasé mis labios por cada cicatriz que marcaba su perfecto cuerpo, algunas de ellas fueron hechas por mí cuando era pequeña y solía morderlo, de las otras no conocía su procedencia pero imaginaba como se las había hecho. Continué mi camino, entreteniéndome en los brazos que más amaba en el mundo, los que alguna vez me sostuvieron para no caer al suelo, los que me envolvían cuando necesitaba un abrazo y me protegían de todo aquello que pudiera hacerme daño.
Mi recorrido terminó en sus labios, volviendo a saborear aquella droga que me enloquecía, dejando que mis manos siguieran acariciando su pecho.
Uno de sus brazos se ciño en mi cintura, mientras con la otra desamarraba mi cabello, dejando que callera como una cortina por mis hombros. Poco a poco los besos y las caricias dejaron de ser tiernas para convertirse en apasionadas, reflejando la necesidad que ambos teníamos de pertenecernos en todos los sentidos posibles.
Terminamos deshaciéndonos de las pocas prendas que nos separaban, mostrándonos tal y como éramos, en ese instante dejamos de ser el lobo y la semi vampira, éramos solo un par de simples humanos demostrándose lo mucho que se amaban y necesitaban.
Jake volvió a tomar el control de la situación colocándose sobre mí una vez más. En esta posición pude sentir el grado de excitación tanto de Jake como mío y en ese momento sentí un extraño cosquilleo en el estomago.
Antes del momento en el que nuestros cuerpos por fin se convirtieran en uno solo, Jake me miró con un poco de preocupación, como si pensara que me arrepentiría en el último instante.
Supe que tenía que hacer para asegurarle que esto era lo que quería, así que puse mis manos en sus mejillas sin romper la conexión de nuestras miradas.
“No tengo miedo, TE AMO Y CONFÍO EN TI” aseguré haciendo uso de mi don y regalándole una sonrisa llena de confianza.
El deseo y la pasión regresaron a su mirada en el instante en que nuestros cuerpos se fueron uniendo poco a poco. Intenté reprimir un gemido por el dolor y escozor que sentí cuando Jake estuvo completamente en mi interior, pero no pude evitarlo por lo que Jacob detuvo su movimiento mirándome con pánico.
“Tranquilo, estoy bien”
Acerqué su rostro al mío para encontrarme con sus labios en un beso apasionado, invitándolo a continuar.
No hubo más dolor, solo amor, deseo y necesidad mientras una extraña sensación de plenitud embargaba mi alma, era como si siempre me hubiera faltado algo para ser completamente feliz y hasta ahora me diera cuenta de ello, pero en este instante no me faltaba nada excepto alcanzar las estrellas con Jake.
Sus movimientos empezaron lentos y constantes hasta que comenzaron a cobrar la misma intensidad que nuestras agitadas respiraciones. Sus manos volvieron a explorar mi cuerpo, impregnado su aroma en mi piel y provocando que cada caricia dejara mi piel al rojo vivo de la pasión.
Ante cada movimiento tocaba las estrellas con la punta de los dedos logrando que mi cuerpo diera pequeños espasmos de placer.
Jake besaba mi cuello con intensidad sin detenerse ni un momento en sus movimientos, su respiración entrecortada y su ronca voz en mi oído me hacían perder la poca cordura que me quedaba en este momento.
Mis manos no lograron quedarse quietas y fueron hasta su espalda, recorriéndola, reconociéndola, amándola, dejando mi aroma en él, haciéndola mía. Cada vez que intentaba pronunciar el nombre de Jake, él lo callaba adueñándose de mis labios en un intenso beso de amor.
No se escuchaba nada más que nuestras entrecortadas respiraciones, el bosque se había quedado en silencio excepto por la brisa que acariciaba las copas de los arboles, siendo éste el único testigo de nuestro amor.
El silencio se interrumpió cuando Jake y yo llegamos a la cima del amor y placer provocando que un gritó ahogado salió de nuestra garganta. Cuando fuimos uno solo por primera vez. Logré tocar las estrellas y el paraíso mismo en el instante que una extraña y agradable calidez inundó mi interior haciéndome la mujer más feliz del universo entero. Nos fundimos en el cuerpo y alma del otro, logrando ser un mismo ser, un mismo corazón formado por dos corazones unidos por un mismo amor.
Jake me dio un último beso apasionado antes de salir de mi interior y tumbarse a mi lado lleno de cansancio. Él abrió sus brazos invitándome a entrar en ellos, lo que no tardé en hacer, pegando mi rostro a su pecho volviendo a escuchar los latidos de su corazón, mi corazón.
Por varios minutos permanecimos en ese estado, minutos en los que Jake acarició mi espalda con ternura y me daba pequeños besos en la coronilla, hasta que nuestras respiraciones se normalizaron y los latidos de nuestros corazones se estabilizaron.
Una vez más el silencio reinó entre nosotros, después de todo no había mucho que decir, ya todo nos lo habíamos dicho mientras nos amamos.
Sentía que mi pecho explotaría en algún momento de felicidad, nunca me había sentido tan bien como este día y ahora medaba cuenta que todos mis miedos habían sido realmente estúpidos, porque Jake me amaba y eso era lo único que me importaba, eso y el hecho de que ahora era suya en todos los sentidos, mi mente, mi alma, mi corazón, mi cuerpo, absolutamente todo lo que conformaba a Renesmee Cullen era de él, hasta la más pequeña célula era suya.
La pequeña risita que surgió de mi garganta fue la que rompió con el silencio.
-¿Por qué te ríes?-murmuró Jake acariciando mi cabello.
-Porque siento que voy a explotar de felicidad, porque te amo, porque no entiendo por qué tenía tanto miedo de entregarme a ti y porque soy la mujer más dichosa del universo entero- contesté dándole pequeños y dulces besos en el pecho –Tu me has hecho la mujer más dichosa- agregué levantando mi rostro para mirarlo a los ojos.
-Y tú a mi me has convertido en el hombre más afortunado que pueda existir en la galaxia- murmuró regalándome la más grande de sus sonrisas y un beso en la frente.
-Te amo Jake y jamás quiero que te vayas de mi lado- susurré acariciando su mejilla –Prométemelo –le pedí con voz suplicante.
-No te lo prometo, te lo juro- contestó con devoción –Juro que estaré junto a ti el tiempo que tú quieras, que te amaré con cada célula de mi cuerpo y que te haré muy feliz.
Tras esas palabras me besó con ternura, como si con eso sellara su juramento. Cuando dejó mis labios, llevó mi rostro hasta su pecho en donde lo acunó con dulzura y acaricio mi mejilla con su pulgar.
Sentí a Jake hacer un movimiento con una mano y un segundo después ambos estábamos cubiertos por la delicada sábana dorada.
-Duerme princesa que yo vigilaré tu sueño- murmuró dándome un último beso en la coronilla.
¿Dormir? ¿En este momento? ¿Cómo iba a hacerlo cuando había pasado el mejor momento de mi vida? Definitivamente esta noche no iba a poder dormir.
Rememoré cada pequeño instante una y otra vez, desde el momento que vi lo que Jacob había hecho en mi prado hasta las últimas palabras que pronunció antes de caer en brazos de Morfeo. Tenía una sensación de haber vuelto a nacer, sentía como si la antigua Nessie hubiera muerto y hubiera nacido otra completamente diferente, una que había dejado de ser una niña y se había convertido en una mujer, una que en este momento tenía un motivo para vivir, una que haría lo que fuera por amor, matar si fuera necesario. Tal vez eran imaginaciones mías pero me sentía capaz de hacer cualquier cosa por vivir mi felicidad a lado de Jake
No sé cuánto tiempo pasó hasta que mis ojos se fueron cerrando de cansancio. No quería dormir, pues temía que todo fuera un sueño pero había sido un día bastante largo y mi cuerpo empezaba a cobrarme cada una de las actividades realizadas este hermoso y PERFECTO día.


EN VERDAD ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO, EN LO PERSONAL A MI ME ENCANTO
ESPERO QUE DEJEN MUCHOS COMENTARIOS EH?
EL PROXIMO CAPITULO ESPERO TRAERLO EL 26 DE FEBRERO YA QUE ESE DIA EL BLOG CUMPLE UN AÑO ñ_ñ
ASI QUE ESPERENLO