MIENTRAS DISFRUTENLO
FUNERAL ¿FELIZ?
A la mañana siguiente, Jacob llamó a la casa de su hermana Rachel para avisarle de la muerte de Billy, pero al parecer no podía venir al funeral porque estaba en el último mes de su embarazo y Paul no quería arriesgarse. Jake entendió pero aún así no pudo evitar entristecerse.
Los siguientes días pasaron con gran lentitud. Mi vida se había sumido en la monotonía.
Despertaba, comía, pasaba todo el tiempo en mi prado junto a Jake hasta que era la hora de la cena y volvíamos.
En la casa, las risas dejaron de existir. Mirara a donde mirara lo único que veía eran los rostros compungidos de mi familia.
Jacob no había dormido nada desde la muerte de su padre. Él creía que podía engañarme, pero durante las noches siempre escuchaba el lastimero aullido de un lobo que lloraba por su padre.
Mi abuelo se ofreció a arreglar todo lo necesario para el funeral. Jake aceptó con la condición de que todo se hiciera conforme a las tradiciones quileutes, por lo que Sam se vio en la necesidad de ayudar.
Por lo que hasta ahora sabía, el cuerpo de Billy había sido incinerado y la ceremonia sería a la orilla de la playa de La Push en donde el Viejo Quil y Sam dirían algunas palabras para despedir a Billy.
Después de eso, Jacob temaría las cenizas de su padre y las arrojaría al mar, en donde las olas llevarían el alma de Billy Black hacia su próximo destino.
También supe que dejarían pasar a mi familia a La Push, por petición de Jacob y que debíamos vestir completamente de blanco y no de negro como normalmente se hacía. Esto era porque según las creencias de la tribu, el alma de la persona debía encontrar el camino de la luz y no de la oscuridad, además que para ellos el color blanco representaba la paz y la salvación.
Tres días después de la muerte de Billy, para nuestra gran sorpresa Paul y Rachel llegaron a Forks.
Al parecer primero fueron a la casa de Jake, y Leah les dijo que estaba en la mansión de los Cullen, así que inmediatamente se vinieron para acá.
En cuanto Rachel vio a Jake, se lanzó a sus brazos hecha una mas de lagrimas. Los dejamos solos en una habitación que Alice preparó para ellos en un tiempo record para que pudieran platicar con tranquilidad.
Afortunadamente Jacob se alegró un poco ante la llegada de su hermana y por lo tanto yo también lo hacía.
Conforme pasaban los días me preguntaba por qué nadie le había avisado a Rebecca- la otra hermana de Jacob-de la muerte de su padre.
Jamás le comenté nada a Jake, aunque se me hacía una verdadera injusticia que le hicieran eso a Rebecca, pero Jacob y Rachel debían tener sus motivos para hacerlo y yo no me iba a meter en problemas familiares.
O tal vez simplemente lo habían olvidado por el dolor que sentían, pero eso era extraño ¿Cómo alguien podría olvidarse de su propia hermana?
Todas las dudas que tenía al respecto se resolvieron el día del funeral.
Era un día nublado y caía una ligera llovizna. Llegamos unas horas antes porque aún quedaban cosas por arreglar antes de que la ceremonia empezara.
Rachel, Paul, Jacob y yo nos alejamos del lugar donde el funeral tendría lugar y nos sentamos en un gran tronco a esperar.
Justo cuando el atardecer caía sobre el mar, una mujer se acercó a nosotros dando enormes zancadas, se veía muy molesta. Inmediatamente supe que era Rebecca al ver el inmenso parecido que tenía con Rachel.
Jacob y Rachel se quedaron petrificados. Jake veía a su hermana con la mirada llena de dolor y ¿furia?
-Jacob, ¿Por qué no me dijiste que mi padre había muerto?- le gritó Rebecca con lágrimas de odio en los ojos.
-¿Para qué? ¿Para que dijeras que no podías venir porque los boletos de avión son muy costosos?- le espetó Jacob furioso.
-¿Tienes idea de que sentí cuando llamé a la casa y Leah me dice que mi padre murió?- ella estaba muy dolida y no era de menos. Debió ser horrible para ella enterarse de la muerte de la noticia por alguien que no hubieran sido sus hermanos.
-Sí, sí lo sé. Sentiste lo mismo que el día que nos dejaste para irte a Hawái con el estúpido de tu marido. Nada, no sentiste absolutamente nada- respondió Jacob con el rencor impregnado en cada una de sus palabras.
-Jake tranquilo- Rachel tenía cara de susto y Jacob se dio cuenta.
-Paul, llévate a Rachel de aquí- le ordenó. Paul tomó a Rachel en sus brazos y se fueron.
-No tenias ningún derecho de……
-¿Qué no tenía derecho?, Aquí la única que no tiene ningún derecho de estar aquí eres tú. Es más puedo asegurarte que solo viniste porque estas furiosa conmigo y no porque mi padre haya muerto- ella se quedó callada, afirmando lo que su hermano decía.-Ves, ni siquiera te atreves a negarlo porque sabes que es cierto- añadió con rudeza –Sabes que Rebecca, no quiero que estés aquí, así que por favor vete- dijo fulminando a su hermana con la mirada.
-No, no me voy a ir- aseguró Rebecca con decisión- Yo también era su hija y tengo tanto derecho de estar aquí como Rachel y tú.
-No Rebecca, tú no tienes derecho de nada. Tú nunca fuiste una hija de verdad. Tú no estuviste con él cuando Rachel estaba en Washington. Tú no estuviste con él cuando su salud empeoraba o cuando sufría por su ausencia. ¿Sabes lo que sentía cuando no llamabas? Jamás lo hiciste Rebecca, ni siquiera en su cumpleaños o en navidad. Tú no estuviste ahí cuando más nos necesitaba. Así que no vengas a reclamar derechos cuando no tienes ninguno- Jacob temblaba de furia y Rebecca lloraba desesperada –Rachel al menos llamaba, pero tú….
-Ya lo sé y lo siento mucho. No tienes idea de cuánto me arrepiento- admitió Rebecca.
-¡¿Y de qué diablos sirve te arrepientas?! Mi padre está muerto y tus estúpidas lágrimas no harán que vuelva- gritó Jacob temblando aún más.
Sabía que si no le ponía un alto a esta situación, Jacob entraría en fase en frente de su hermana.
Pero gracias a l cielo en ese momento apareció Sam
-Jacob vámonos de aquí- dijo tomando el brazo de Jake.
-Espera Sam, yo lo llevo- intervine porque sabía que Jake no podría calmarse con alguien que no fuera yo.
-Está bien, pero ten mucho cuidado- me pidió viendo a Rebecca de reojo
-Sí.
-Rebecca ven conmigo- dijo tomándola de la cintura y alejándose de nosotros
Tomé a Jacob del brazo y lo alejé hasta adentrarnos unos metros en el bosque.
Cuando creí que ya había sido suficiente, me detuve y lo abracé con toda la fuerza que tenía.
Jacob temblaba tanto que mi cuerpo también lo hacía.
-Jake tranquilízate por favor- le supliqué abrazándolo más fuerte
-Ness aléjate, no quiero lastimarte- dijo entre dientes.
-No- no sabía qué hacer para que no perdiera el control.
-Ness por favor, voy a entrar en fase y no quiero herirte- insistió alejándose un poco de mí y sacándose la playera por la cabeza.
Su cuerpo era un espectáculo, tenía unos abdominales que invitaban a tocarlos y yo me moría de ganas de hacerlo, pero antes debía hacer otra cosa. Tal vez sería la mayor estupidez pero debía hacerlo antes de que Jake perdiera el control de su cuerpo.
-No, no vas a hacerlo- y sin siquiera detenerme a pensar en la reacción que Jacob tendría, tome su rostro entre mis manos y lo besé.
Inmediatamente sentí que Jake dejaba de temblar. Se había quedado pasmado de la impresión.
Sus labios eran suaves y cálidos, pero no respondían a la insistencia de los míos por lo que tuve que sepárame de ellos.
Al sentir su rechazo, me sentí completamente avergonzada por haberlo hecho.
Su rostro expresaba confusión, al igual que su mirada.
-Yo….lo siento mucho Jake……no debí hacerlo…..pero es que estaba asustada- balbuce intentando justificarme y sintiendo como la sangre subía a mis mejillas.
En este momento deseaba que la tierra se abriera bajo mis pies y me tragara.
¡Nunca debí hacer eso!
Jacob seguía mirándome sin decir nada, pero algo en su mirada había cambiado.
Tenía un extraño brillo en ella.
-Perdóname- empecé a darme la vuelta para regresarme cuando sentí su ardiente mano atrapar mi muñeca y jalarme de regreso frente a él.
Después, sin previo aviso me besó.
Esta vez la sorprendida fui yo, no podía creerlo.
¡Jacob estaba besándome y yo no hacía nada más que quedarme quieta!
¡Renesmee reacciona!
Me había quedado exactamente igual que Jake cuando fui yo quien lo besó.
En ese momento fue como si alguien hubiera subido el interruptor de mi cerebro y poco a poco empecé a responder al beso de Jake.
¡Dios, que sensación!
Tantas veces había soñado con este momento que no podía creer que fuera cierto.
Los cálidos labios de Jake sobre los míos era una sensación inigualable. Se movían con la suavidad del aleteo de una mariposa o el roce de la brisa sobre las hojas de los arboles. Sus labios eran suaves, tiernos, dulces, aunque en realidad no encontraba las palabras necesarias para explicarlo.
Lentamente abría mi boca, dejándole paso a mi lengua para alcanzar la suya.
Mis brazos rodeaban su cuello con una fuerza inhumana y los suyos estaban, uno en mi cintura el otro en mi nuca. Sentía la calidez de su mano a través de mi vestido como si no estuviera ahí.
Sus besos cada vez se volvían más insistentes. Nuestros labios se movían de forma tan sincronizada que no parecía que este fuera nuestro primer beso.
Bailaban el más hermoso de los bailes: el baile del amor.
Sentir su aliento embriagador entrando por mi boca y su lengua rozando con la mía, me hacía estremecer.
Jamás me había sentido de esta manera. Mi corazón bombeaba frenético y en mi estomago volaban millones de mariposas que chocaban una contra la otra.
No existía persona más feliz en este momento de lo que era yo. Estaba alcanzando las estrellas con el ser más maravilloso de todo el universo.
Cada vez me acercaba más a su cuerpo, amoldándome perfectamente a él .Sentía todo el calor de su cuerpo como si fuera mío.
No quería que terminara pero la falta de aire empezaba a molestarme.
Me di cuenta que Jacob tampoco quería que terminara al momento que empezó a separarse de mí con extrema lentitud.
Cuando lo hizo, lo único que pudimos hacer fue mirarnos con intensidad. En este momento las palabras sobraban, con la simple mirada podíamos sumergirnos en el alma del otro y decirnos cuanto nos amábamos.
Jacob se veía radiante, cosa que no había pasado en los últimos días.
Quería volver a besarlo, necesitaba hacerlo, mi cuerpo me lo pedía a gritos, pero era demasiado pronto para hacerlo.
No pude evitar sonrojarme ante mi “necesidad” y Jacob al verlo, me sonrió y me abrazó.
-Gracias- susurró hundiendo su rostro en mi cabello.
¿Gracias? Tendría que ser yo quién le diera las gracias por regalarme el mejor momento de toda mi vida.
Recargué mi rostro en su pecho desnudo y cerré mis ojos, disfrutando del momento. Solo escuchaba el latido de su corazón mientras respiraba su delicioso aroma.
Olía igual que la madera, la tierra y la vegetación, junto con un ligero toque dulzón, provocado por la cercanía con los vampiros.
Parecía como si una burbuja de magia y amor nos cubriera por completo. No escuchaba nada, excepto el latir de nuestros corazones. De pronto las lágrimas empezaron a salir de mis ojos, solo que esta vez en comparación con las de los últimos días, eran de felicidad. De la inmensa felicidad que sentía en este maravilloso momento.
No sé cuánto tiempo estuvimos así, dentro de nuestra pequeña burbuja, pero para mí parecía que habían pasado horas o tal vez días.
En ese momento escuchamos que alguien venía y de inmediato supimos de quien se trataba cuando nos llamaron.
-¡Jake, Nessie! ¿En donde están?- gritó Seth. En cuanto lo hizo, nuestra burbuja explotó.
Jake se separó de mí y me dio un fugaz beso en los labios antes de contestar.
Me di cuenta que él también había llorado al ver que los bordes de sus ojos estaban enrojecidos.
-¡Por aquí Seth!-contestó fingiendo la voz entrecortada y volviéndose a poner la playera.
-Ay chicos, Sam me envió para decirles que la ceremonia va a empezar- dijo cuando apareció entre los árboles.
-Sí, ya íbamos para allá, es solo que…....estaba intentando tomar fuerzas para ir- Jake era un gran actor. Estaba fingiendo tristeza y dolor, o tal vez no del todo pero no como él decía.
-Oh Jake, te entiendo hermano, es horrible perder a tu padre- aseguró Seth dándole una palmaditas en la espalda.-Venga chicos hay que irnos antes de que empiecen sin nosotros- nos apresuró dando la vuelta para regresar-
-Vamos Jake, ya verás que todo saldrá bien- entrelace mi mano con la suya antes de seguir a Seth, que ya había desaparecido entre los árboles.
Salimos del bosque y caminamos en la orilla de la playa. Seth iba delante de nosotros, por lo que no se daba cuenta de de las miradas de complicidad que Jacob y yo nos lanzábamos así como tampoco de los miles de besos que Jake me daba en la mano.
-Mmm ¿Jake?- dijo Seth rompiendo el silencio.
-¿Qué pasa Seth?- Jacob seguía fingiendo tristeza.
Tenía que morderme la lengua para no reírme de la actuación de Jacob y a ingenuidad de Seth.
-Rebecca sique aquí- anunció con cautela.
Sentí como Jake se tensaba.
Le di un ligero apretón para que se tranquilizara
-¿Por qué?- preguntó con la voz endurecida. Ahora sí, había dejado de fingir
-El Viejo Quil la obligó a quedarse, él dijo que al ser hija de Billy era su obligación estar aquí.- contestó con indiferencia.
Jacob estaba empezando a temblar una vez más.
-Jake, intenta controlarte- le supliqué.
Él solo asintió y seguimos caminando. No me habría molestado volver a besarlo pero no iba a hacerlo en frente de Seth.
La noche empezaba a caer cuando llegamos a donde la ceremonia tendría lugar, ya todos nos estaban esperando.
Al ver la forma en que acomodaron las cosas, la nostalgia volvió a mi cuerpo, haciéndose presente en las lágrimas que salían de mis ojos.
Casi en la orilla del mar hicieron una enorme fogata que despedía llamas azules y verdes. Unos cuantos metros adelante estaba un altar con una caja plateada que contenían las cenizas de Billy, enfrente habían colocado una fotografía suya y alrededor de ésta habían miles de flores blancas, además de un hermoso candelabro con tres velas encendidas; supuestamente estas servirían para iluminar el camino de Billy.
El Viejo Quil y Sam estaban de pie uno de cada lado del altar.
Seth, Jacob y yo tomamos nuestros lugares en las sillas que habían acomodado en la arena.
Jake fue a sentarse al frente, justo en medio de sus hermanas. Vi el esfuerzo que le costaba estar cerca de Rebecca y la forma en que la ignoraba cuando tomó la mano de Rachel y le dio un beso en la mejilla. Rebecca tenía las manos en su regazo y lloraba en silencio con la cabeza agachada. Se veía muy deprimida.
Hice una nota mental para hablar con Jacob sobre su actitud con su hermana porque aunque él tuviera razón, no podía seguir tratándola como si fuera una completa extraña.
La ceremonia dio inicio con un discurso del Viejo Quil Ateara.
Pero la verdad no puse mucha atención, y no porque no quisiera si no porque mi mente se había quedado en el bosque junto a Jacob dentro de nuestra pequeña burbuja.
No podía dejar de pensar en el maravilloso momento en que sus labios bailaban con los míos.
En un principio creí que se había molestado por mi atrevimiento y en ese momento quise que la tierra me tragara o poder regresar en el tiempo para no hacerlo, pero cuando fue él quien me besó, toda mi vergüenza y mis miedos se desvanecieron. Ese ha sido el mejor momento de mi pequeña existencia y lo guardaría bajo llave en el fondo me mi corazón.
Por otro lado, me sentía culpable porque debería estar triste y no feliz como lo era en este momento, pero era algo realmente imposible.
Aún sentía la calidez de sus labios sobre los míos, su abrazador aliento recorrer mi garganta y la suavidad de su lengua rozando la mía. Solo recordarlo me hacía estremecer.
Inconscientemente me toqué los labios con la punta de mis dedos y se elevaron en una pequeña sonrisa. No podía dejar de pensar en Jacob, en sus labios, su sonrisa arrebatadora, el calor de su cuerpo, aquellos ojos que me hacían perder la cordura, sus bien marcados abdominales, sus fuertes brazos….
¿Por qué de repente hace tanto calor?
No me di cuenta que Jasper estaba a mi lado hasta que hizo un ruido casi inaudible con la garganta. Giré lentamente mi rostro en su dirección para encontrarme con una mirada divertida y llena de suspicacia.
Me quedé petrificada al recordar el inconveniente don de mi querido tío y no pude hacer otra cosa más que ruborizarme al máximo.
¡Estúpidos dones!
Menos mal que mi papá no está aquí o de lo contrario ya hubiera matado a Jacob y de paso a mí me habría castigado de por vida.
Estaba confundida por lo que había pasado, tenía miedo de lo que fuera a pasar después.
¿Y si Jacob fingía que no había pasado nada? Yo no podría hacerlo, es más ni siquiera podría estar cerca de él sin lanzarme a sus brazos y besarlo.
¿Y si me pedía que fuera su novia, realmente estaba preparada para eso?
¡Claro que lo estaba! Que pregunta tan tonta.
¿Pero y si no lo hacía? ¿Qué tal y no le gustó besarme? ¿Estaría arrepentido?
¡ALTO, ALTO, ALTO!
Tranquila Renesmee, inhala y exhala, estas exagerando las cosas.
Para empezar, Jacob me ama, él me lo dijo.
No sabía si quería que fuera su novia pero algo en mi interior me decía que sí.
También sabía perfectamente bien que le gustó besarme, tanto o más que a mí. Eso estaba claro así que no tengo de que preocuparme.
Jasper sintió mis repentinos cambios y me preguntó.
-¿Ness, te encuentras bien?- se veía confundido.
-Sí tío estoy bien- le aseguré con una pequeña sonrisa.
En momentos como este me encantaba que mi papá no estuviera aquí porque solo él sabría qué es exactamente lo que me pasa, en cambio Jasper solo podía percibir mis sentimientos.
¡Bendita universidad!
En ese momento, Sam nos pidió que nos pusiéramos de pie y lo siguiéramos hasta la orilla del mar.
Jacob, Rachel y Rebecca se adentraron en el agua hasta que les cubriera debajo de las rodillas.
Sam llevaba el candelabro con las velas aún encendidas, mientras que el Viejo Quil llevaba las cenizas.
Todos nos quedamos en la orilla, en donde el agua apenas nos cubría los pies.
El Viejo Quil les indicó que estirarán sus manos al frente y mientras decía algo que se parecía a una oración, esparcía las cenizas de Billy en las manos de sus hijos.
Despues les dijo que las dejaran caer lentamente en el agua.
Al momento que Rebecca las dejaba caer, logré escuchar:
-Lo siento mucho papá, por favor perdóname. Te amo- vi como Jacob la miraba un poco arrepentido.
Al terminar de echar las cenizas a l mar, Sam le dio una vela a cada uno para que la apagaran con un soplido.
Cuando salieron del agua, todos empezaron a arremolinarse alrededor de ellos, pero me percaté que Jacob arrastraba a Rebecca lejos de la multitud.
Supuse y esperaba que para hablar con ella.
Mis suposiciones fueron ciertas. De pronto se abrazaron como los hermanos que eran.
Jake y Rebecca volvieron a acercarse a nosotros y todos fueron a darles el pésame.
Cuando llegó el turno de mi tía Rosalie, no pude evitar tensarme y no fui la única, toda mi familia lo hizo, incluso Emmett no le soltó de la mano.
-Yo en verdad siento lo de tu padre, Jacob- dijo estirando la mano que tenía libre. Darle un abrazo sería mucho para ella.
-Wow Rosalie, esto es nuevo- contestó Jake entre extrañado y agradecido, estrechando la mano que mi tía le ofrecía.
-Sí, bueno no te acostumbres- respondió separando su mano de la de Jacob de un jalón y se dio la vuelta.
Me reí por lo bajo. ¡Mi tía es tan orgullosa!
Al llegar mi turno, solo los abracé y les di un beso en la mejilla.
Después de un rato estábamos todos-excepto mi familia porque Sam y el Viejo Quil cada vez se ponían más nerviosos con su presencia-sentados alrededor de la fogata tomando una infusión de hierbas que momentos antes, Leah había llevado para que nos relajáramos.
La actitud de Leah hacia mí había cambiado tanto que incluso me resultaba sospechosa. Cuando me entregó la taza de té, la miré con desconfianza pero al ver que todos lo bebían decidí hacerlo yo también.
El té era realmente relajante, tanto que al poco tiempo me quedé profundamente dormida, cubierta por la calidez de los brazos de Jake.
No sé si me dormí a causa del té o porque había sido un día lleno de emociones o tal vez por un poco de ambas, pero lo cierto es que estar entre los brazos de mi amado Jacob, me sentía en las nubes.
No estoy segura de cuánto tiempo estuve dormida, cuando escuché la voz de Jake llamándome.
-Ness, princesa despierta- susurraba mientras acariciaba mi mejilla.
Yo seguía recargada su pecho y sus brazos me arropaban del frío.
Poco a poco abrí mis ojos y cuando lo hice creí que estaba en el paraíso. El rostro de Jake estaba a pocos centímetros del mío y me sonreía con ternura.
Estaba consciente que si subía mi rostro solo un poco, nuestros labios volverían a unirse, pero no sería yo quien diera el primer paso, así que en lugar de eso ladee mi cabeza en busca de los demás chicos.
Ellos ya no estaban ahí, o mejor dicho nosotros ya no estábamos con ellos.
¿En dónde estábamos? Era obvio que seguíamos en La Push, pero yo jamás había estado en esta parte de la reserva.
Nos encontrábamos exactamente en donde las olas golpeaban las rocas. Era una vista hermosa.
Jacob y yo estábamos recargados en un viejo árbol del que salían las raíces del suelo.
-¿En dónde estamos?- le pregunté admirando el lugar.
-En mi lugar favorito de toda la reserva- contestó junto a mi oreja. Su cálido aliento recorrió mi cuello, provocando que la piel se me erizara, al parecer Jake se dio cuenta porque escuché como contenía una risita.
-¿Y que hacemos aquí?- inquirí al mismo tiempo que me incorporaba de su pecho y me recargaba en el tronco del árbol.
-Yo….quería hablar contigo a solas- admitió retorciendo los dedos.
-¿Ah sí? ¿De qué?- mi estomago se redujo hasta tener el tamaño de un grano de café.
Presentía que quería hablar del beso que me dio en el bosque, y si mis suposiciones eran ciertas, solo había dos opciones: Le había gustado o no. Y a pesar de saber la respuesta no podía evitar sentir nervios.
-Yo….bueno, no hice bien las cosas- mi corazón se contrajo de dolor. Jacob se arrepentía de haberme besado –Y creo que antes de besarte tenía que hacer otra cosa- cuando dijo eso sin previo aviso me tomó en sus brazos y nos acercamos hasta la orilla del mar, en donde me puso de pie con mucho cuidado.
El contacto del agua helada en mis pies, provocó que se erizara la piel.
No entendía lo que Jacob quería decirme o tal vez si y no podía darme cuenta por culpa de todo lo que sentía en este momento.
En el instante que Jake tomó mis manos entre las suyas, mi corazón vibró de emoción. Sabía exactamente lo que iba a pasar.
-Renesmee- empezó, sentía que me iba a caer de la emoción -¿Quieres ser mi novia?- quería gritarle que sí, que sí quería, que era lo que había estado esperando desde que volví a verlo. Pero antes lo iba a hacer sufrir un poco por hacerme esperar tanto.
-Jake……yo, no sé………-intenté que mi voz sonara indecisa y solté mis manos de las suyas colocándolas en mi espalda con los puños cerrados.
-No Nessie, tranquila yo no quiero presionarte a hacer algo que no quieras- me interrumpió con la voz entristecida –Solo quiero que me perdones por haberte besado y también por haberte pedido que fueras mi novia. Sé que es demasiado pronto……- mi fuerza flaqueó al escuchar esas palabras, así que decidí terminar con mi jueguito, por lo que me lancé a su cuello y lo besé.
Esta vez, Jake no tardó ni un segundo en responderme. Puso sus manos en mi cintura y me pegó más a su cálido cuerpo.
Cuando al fin nos separamos, él me miraba contrariado.
-¿Qué fue eso?- inquirió con perplejidad
-Bueno, pues hasta donde yo sé, a eso se le llama beso-contesté con tono divertido, aún rodeando el cuello de Jake.
-Sí, si eso ya lo sé-aseguró sacudiendo la cabeza con confusión –A lo que yo me refiero es que no entiendo por qué lo hiciste si hace un segundo dijiste que no……
-Yo nunca dije que no- lo interrumpí colocando mi dedo índice en sus labios.
-Pero….
-Lo que yo quería decir es que no sabía por qué habías tardado tanto en pedirme que fuera tu novia más no que no quisiera serlo- aclaré con voz inocente.
-¿Y por qué no lo dijiste?- exclamó intentando que se escuchara como si fuera un reclamo.
-Porque no me dejaste hacerlo. Hablabas como si fueras un loro- admití entre risas –Y también porque quería que sintieras lo mismo que yo he sentido desde que me besaste- añadí haciendo los famosos pucheros de mi tía Alice.
-Yo…..no sé qué decir.
-Dime por qué ahora, ¿por qué no lo hiciste antes?- le pregunté con seriedad.
-porque tenía miedo. Miedo a que me dijeras que no estabas lista. Que era demasiado pronto. Entiéndeme Nessie, hace meses que no te veía y tenía miedo de que tus sentimientos hacia mí hubieran cambiado- contestó con toda sinceridad –Pero ya veo que fui un tonto- agregó con una gran sonrisa.
-Demasiado tonto diría yo- lo corregí.
-¿Entonces eso quiere decir que aceptas?- inquirió con la voz llena de júbilo.
-¿Todavía tengo que responder a eso?- dije haciendo un falso gesto de molestia.
-Sí, quiero escuchar la respuesta salir de esos bellos labios- aseguró dándome un pequeño beso.
-Entonces en ese caso- me aclaré la garganta –SI, SI, SI, SI QUIERO SER TU NOVIA JACOB BLACK- lo grité lo más fuerte que pude. Fue tanto que estaba casi segura que la reserva completa me había escuchado pero no me importaba en absoluto, sino todo lo contrario, quería que todo el mundo se enterara del amor que sentía por aquel chico.
En el momento que Jake escuchó mi respuesta, no pudo hacer más que empezar a dar vueltas sobre sí mismo, conmigo en los brazos. Ambos gritábamos de felicidad, no existían personas más felices de lo que lo éramos nosotros en este momento.
Jake daba las vueltas tan rápido que en una de ellas caímos al suelo riéndonos como si fuéramos niños.
Nos incorporamos hasta quedar de rodillas uno frente al otro, mirándonos con gran intensidad. Sentí como nuestra mágica burbuja volvía a cubrirnos.
Jacob colocó una de sus manos en mi mejilla y la otra en mi cintura y poco a poco fue acercando su rostro al mío hasta que nuestros labios volvieron a encontrarse.
El beso era profundo, cargado de amor y ternura. Sentir la suavidad de sus labios acariciando los míos me hacía perder el aliento y el control de mi cuerpo.
Mis manos hicieron un lento recorrido desde su pecho hasta su cuello.
Nuestros labios se movían de una manera de debía estar prohibida.
No quería ni podía separarme, no tenía fuerzas para hacerlo, pero una vez más el aire nos empezaba a hacer falta.
Jake separó sus labios de los míos, dejando juntas nuestras frentes.
Él tenía los ojos cerrados y en su boca de dibujaba una gran sonrisa. Éramos tan felices que nada podía arruinarnos este momento.
En cuanto pensé eso me arrepentí porque en ese preciso instante empezó a llover a cantaros.
-¡Maldita sea!- exclamó Jake ayudándome a ponerme de pie.
En menos de un segundo ya estábamos empapados, provocando que mi vestido para a ser parte de mi cuerpo, una especie de segunda piel.
-Tenemos que irnos- dijo Jake tomándome en sus brazos. Me di cuenta del esfuerzo que hacía para no mirarme y no pude evitar ruborizarme.
Jake corrió a tal velocidad que en un minuto ya estábamos en mi casa. En el momento que traspasamos el umbral, Alice vino corriendo hasta nosotros con varias toallas para que nos secarnos.
-¿Pero que les pasó?- preguntó mientras me enrollaba una toalla en el cabello.
-Nada, solo decidimos darnos un chapuzón con la ropa puesta, Alice- contestó Jacob con sarcasmo.
-Jaja, muy gracioso Jacob- repuso Alice –Ness, ve a darte un baño, no queremos que te de un resfriado.
-Pero….
-No protestes Nessie- intervino Rosalie –Mira que te hace falta, apestas a perro mojado- añadió arrugando la nariz.
-Pero Rose……
-Pero nada, anda ya, el baño te espera- dijo señalando las escaleras
-Está bien- me rendí - ¿Vienes Jake?
-Claro- aceptó encogiendo los hombros.
-¡¿Qué?! , no pretenderás…..- la voz de Rose se tornó insinuante y muy molesta
-Claro que no Rosalie- le aseguró Jake muy convincente –Yo lo haré en el baño de tu habitación- agregó en tono de broma al tiempo que subíamos las escaleras.
-¡Ya conoces las reglas perro!- le recordó con una sonrisa malvada -Si subo y veo que no las estás cumpliendo……- dejó la amenaza a medias.
Jake solo rió.
Alcance a ver la mirada de complicidad de Jasper, seguro porque ya suponía algo.
Cuando llegamos a la puerta de mi habitación Jake me dio un rápido beso y se fue hacia la suya.
Estaba segura que después regresaría para dormirse conmigo.
Desde que se quedaba en mi casa, todos los días dormía en mi habitación porque mi papá había dado su consentimiento, pero con la condición de que no durmiera en mi cama sino en mi enorme sofá.
Aunque técnicamente desde la muerte de Billy, solo esperaba a que yo me durmiera para irse al bosque a llorar. Así que esta sería la primera vez que dormiría con él.
El baño fue relajante. El agua caliente recorriendo mi cuerpo me destensaba los músculos.
Al terminar me puse mi pijama favorita, una de un short con círculos de colores y una camiseta rosa.
Cuando salí del baño, Jacob ya estaba recostado en el sofá con los brazos detrás de su cabeza y con la vista fija en el techo.
Estaba cubierto con una manta hasta la cintura y llevaba el pecho completamente desnudo, por lo que me pude deleitar con la belleza de su cuerpo. Se veía realmente hermoso.
Me acerqué a él sin hacer el menor ruido y le di un fugaz beso, sacándolo de sus ensoñaciones.
Dio un respingo.
-Me asustaste Ness. Admitió sentándose en el sofá e invitándome a hacer lo mismo.
Me senté junto a él con las piernas cruzadas y recargué mi cabeza en su hombro.
Jake tomó la manta con la que momentos antes estaba cubierto y me arropó con ella.
-¿En qué pensabas?- le pregunté entrelazando mi mano con la suya.
-En lo extraño que fue este día- contestó con voz distante.
-Sé a lo que te refieres- aseguré besando su mano.
-Es que debería sentirme triste por la muerte de mi padre, sin embargo estoy más que contento y me siento culpable por eso- reconoció un poco entristecido.
-Yo también Jake, pero hay que verlo por este lado, Billy quería que fuéramos felices ¿no? Que estuviéramos juntos y nosotros solo estamos cumpliendo con sus deseos. Esto es lo que él quería- repuse levantando mi rostro para poder verlo a los ojos.
-Tienes razón- respondió rodeándome por los hombros con sus fuertes brazos.
-Yo siempre la tengo- señalé entre pequeñas risitas –Jake, puedes dormir en mi cama si quieres- le propuse intentando que no pareciera que tenía una doble intención.
-No pequeña, muchas gracias. Porque no sé tú pero al menos yo valoro mucho mi vida y no quiero arriesgarme a que Rosalie me arranqué la cabeza- jadeé de miedo solo de pensarlo.
-De acuerdo, entonces buenas noches- murmuré cuando me disponía a levantarme para irme a mi cama, pero fue Jacob quien me llevó en brazos hasta ella.
-Buenas noches princesa- me dio un tierno beso en los labios y otro en la frente antes de regresar al sofá.
Al poco tiempo escuché los ligeros ronquidos de Jacob.
Me sentía tan feliz que me era casi imposible dormir. Estaba cansada pero no quería que el día más extraordinario de mi pequeña existencia llegara a su fin. Me daba miedo despertar mañana por la mañana y darme cuenta que todo había sido un sueño. Un hermoso sueño.
Me quedé contemplando la silueta de mi Jacob por tanto tiempo que de pronto mis ojos se empezaron a cerrar, llevándose consigo las imágenes más hermosas del día para poder soñar con ellas.
Unos minutos después ya estaba profundamente dormida, pasando la primera de muchas noches como la novia de Jacob Black.
LES GUSTÓ??? YO SE QUE SI
CREO QUE POR PRIMERA VEZ NO ME TARDÉ TANTO EN PONER EL CAPI VERDAD?
PERO BUENO ESPERO QUE LO HAYAN DISFRUTADO
Y EL PROXIMO CAPI SE LLAMA
"DIAS FELICES Y AGOTADORES"
NOS VEMOS PRONTITO ñ_ñ