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Este blog esta creado para todas aquellas que como nosotras aman la saga de crepusculo.
Aqui encontraran info acerca de los actores, los libros , las pelis bueno de todo lo relacionado con el mundo de crepusculo.
Ademas les tengo una gran sorpresa a las que 4 libros y dos peliculas (por lo pronto) no son suficientes, ya que estoy escribiendo mi propia continuacion de amanecer y no es porque yo la escriba pero de verdad esta muy interesante así que ...¿que es lo que están esperando? corran a leerla y dejen su comentario que es lo que me motiva a seguir ñ_ñ

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domingo, 18 de octubre de 2009

CAPITULO XVIII: "DE VUELTA A CASA"

HOLA HOLA!!!
Por fin la espera terminó!!!!
Aquí esta el hermoso capitulo que han estado esperando por dos largas semanas ñ_ñ
pero antes tengo que decirles una cuantas cositas.

1.-No centren su atención en lo que va a pasar con los vampiros que vigilan a los Cullen, en esta historia ellos no son el tema principal, de ellos hablo hasta la historia que va despues de ETERNIDAD, aqui los que importan son Jake y Nessie okey?

2.- Recuerdan que había dicho que iba a dividir la historia en BELLA-NESSIE-BELLA? ah pues ya no va a ser asi, la verdad esta historia es de Nessie y siento que la disfrutarian más desde la perspectiva de ella que de la de Bella, esto no quiere decir que no voy a volver a ecribir con Bella de narrador eh? de hecho Edward, Jacob e incluso Leah van a venir a meter su narisota en esto que les parece?

Bueno creo que eso es todo asi que aqui les dejo el capi para que lo disfruten ñ_ñ


CAPITULO XVIII “DE VUELTA A CASA“


Los siguientes días fueron muy agitados entre los miembros de mi familia, ya que todos se turnaban para salir a buscar a los vampiros que nos vigilaban.
Se iban en pequeños grupos de dos o tres personas y siempre estaban acompañados por un lobo, por lo que en ocasiones Jake se veía obligado a dejarme con Isaac, cosa que no le agradaba en lo más mínimo, pero era su obligación al ser el alfa de la manada.
Gracias a eso, él y yo pasábamos menos tiempo juntos. Cada que Jacob se iba, Isaac empezaba a conversar conmigo, sabía que lo hacía para no provocar a Jake y en verdad le agradecía el gesto. No quería verlos pelear por tonterías.
A pesar de que Isaac siempre me entretenía recordando las pocas veces que nos vimos cuando estaba pequeña o contándome algunos chistes, no podía evitar sentir una gran vacío al no tener a Jacob a mi lado tomando mi mano o rodeando mi cintura, así como tampoco podía dejar de preocuparme por él, sabía que era muy fuerte y que estaba hecho para destruir vampiros pero aún así estaba en desventaja si un vampiro lo mordía, ya que la ponzoñosa era mortal para los lobos. La sola idea me estremecía.
Isaac intentaba distraerme con algunas carreras o salidas a cacerías. Ésta última me alegraba un poco, y no por mí, sino porque Isaac había empezado con la dieta “vegetariana” y me hacía muy feliz ver como poco a poco aceptaba su nueva vida.
Cuando volvíamos a la casa, Jake aún no estaba ahí, por lo que me quedaba sentada en un sofá esperando su regreso.
En ocasiones tardaba tanto que me quedaba profundamente dormida en el sofá y a la mañana siguiente me encontraba en mi habitación con Jake profundamente dormido en la que ahora era su “cama”.
Y cuando llegaba antes de que me durmiera, lo único que podía hacer era lanzarme a sus brazos y preguntarle mil veces si estaba bien. Tal vez me preocupaba demasiado, pero él se había convertido en mi vida, en el aire que respiro, en la sangre que corre por mis venas de manera frenética cada vez que me besaba hacia el órgano que él me había robado por completo: mi corazón. Si algo le pasaba la vida ya no tendría ningún sentido para mí.
Algunos días lograban captar el efluvio de los vampiros, pero al final nunca daban con ellos. Ahí era cuando más me preocupaba y no solo por Jake sino por toda mi familia.
Al día siguiente de la llegada de Isaac, Alice llamó a mis padres para avisarles de lo que estaba pasando en Forks. Y en cuanto se enteraron decidieron volver a casa porque querían ayudar en la búsqueda, pero sobretodo porque querían protegerme, aún cuando tuviera siete vampiros cuidando de mí.
Si por ellos hubiera sido se habrían regresado en ese mismo instante, pero antes tenían que arreglar algunas cosas en la universidad para que mi mamá no perdiera el curso. Aunque en realidad fui yo quien la convenció de hacerlo pues no quería que perdiera su carrera. Porque si por ella hubiera sido, habría lanzado a la basura todos los años que invirtió para estudiar. Pero yo no quería que hiciera eso. Además solo tardarían unos cuantos días en regresar.
Exactamente una semana después, mis padres volvieron a Forks.
Jasper fue por ellos al aeropuerto. Al principio iba a ir Alice pero dijo que estaba haciendo algunas cosas importantes con Jake y le pidió a mi tío que tomara su lugar.
Me intrigaba en sobremanera lo que estaban haciendo e incluso empecé a tener malos pensamientos sobre ellos, pero el día que les pregunté que se traían entre manos, solo me respondieron que me estaban preparando una sorpresa para el día que Jake y yo cumplíamos un mes juntos, así preferí no preguntar más y esperar a que ese día llegara.
En cuanto mi madre traspasó la puerta de la casa, lo primero que hizo fue correr a abrazarme y llenarme el rostro de besos. Hasta ese momento me di cuenta de lo mucho que la había extrañado, aunque solo hayan sido tres semanas separadas. Los brazos de mi madre a pesar de tener una temperatura gélida, yo los sentía sumamente cálidos y llenos de amor.
Para variar, mi mamá exageraba con su preocupación.
-¿Segura que estás bien, cariño?- me preguntó por milésima vez.
-Sí mamá, ya te dije que estoy bien- repetí una vez más con una ligera risita.
-Oh Nessie, te extrañé tanto- murmuró estrechándome entre sus brazos.
-Yo también te extrañe mamá- admití enterrando mi rostro en su cabello.
-¿Y en donde quedo yo? ¿Es que acaso a mí no me extrañaste?- intervino mi papá en cuanto entró a la casa cargando el equipaje de mi madre.
Escuchar su dulce voz me provocó un ligero estremecimiento de felicidad.
Solté a mi madre y salí corriendo a los brazos de mi papá. Rápidamente soltó las maletas y me abrazó contra su pétreo pecho. En ese momento me arrepentía de haberle dicho esas cosas tan horribles. Al estar entre sus brazos me sentía como la pequeña niña que él pensaba que era, en ese instante me di cuenta que no importaba cuantos años tuviera yo siempre sería su pequeña Nessie.
-Claro que sí te extrañé papi- susurré recargando mi rostro en su pecho.
-Yo también mi niña- respondió dándome un beso en la coronilla –Y sí, no importa cuántos años tengas tu siempre serás mi pequeña.
Estaba feliz de tenerlos a mi lado, pero el hecho de que estuvieran aquí tenía sus desventajas, principalmente que Jake ya no podría dormir conmigo……
-¿QUÉ?- exclamó mi padre repentinamente furioso mientras deshacía nuestro abrazo.
“¡Oh, oh! Creo que estoy en problemas.” Pensé con preocupación.
Había olvidado el “maravilloso” don de mi padre.
-Pues más vale que vuelvas a recordarlo porque estas en problemas jovencita- anunció con tono amenazador en cuanto escuchó mis pensamientos.
-¿Por qué dices eso Edward?- inquirió mi mamá con interés y confusión.
-Lo digo porque Renesmee y Jacob han dormido juntos estas tres semanas- contestó sin quitarme la mirada de encima.
En ese momento Alice llegó a mi lado y me tomó por los hombros.
-¡¿Qué?!- exclamó mi madre completamente horrorizada
-Tranquila mamá, no hemos hecho nada malo. Jake solo duerme en el sofá-expliqué con tranquilidad.
-¿Puedes decirme quien te dio permiso para que Jacob se durmiera contigo?- inquirió mi papá con furia.
-Fui yo- aceptó Alice con firmeza.
-¿Y por qué lo hiciste Alice?- le reclamó mi padre con molestia.
-¡Por Dios Edward no seas anticuado! ¿Qué podrían haber hecho? – contestó Alice con fastidio.
En ese instante los recuerdos de la noche que casi me entrego a Jake vinieron a mi mente de manera inesperada, pero cuando intenté bloquearle esos pensamientos a mi padre ya era demasiado tarde.
-¡RENESMEE CARLIE CULLEN! ¿QUÉ SIGNIFICA ESO?- explotó mi padre saliéndose de sus casillas.
-Yo….eso no es lo que parece- balbucee avergonzada.
Lo peor es que por más que lo intentaba no podía dejar de pensar en los besos y las suaves caricias que Jake me regalaba al recorrer mi piel.
-¡BASTA YA RENESMEE!- exigió con irritación.
En un intento de alejar esos pensamientos, empecé a traducir “Cumbre borrascosas” al francés, sobre todo porque sabía que mi padre era capaz de matar a Jacob si seguí viendo mis pensamientos.
-Ten por seguro que lo haré si no me explicas todo en este momento- me amenazó con expresión fría.
-¿Quieren decirme que está pasando?- repuso mi madre con desesperación.
-Que te lo explique Renesmee- masculló mi padre con la mandíbula tensa y empezando a dar vueltas por la sala, sabía que lo hacía para intentar relajarse.
“Gracias” le dije mentalmente de manera sarcástica.
-¿Y bien?- presionó mi mamá enarcando las cejas.
Sutilmente mi tía Alice nos dejó solos.
Inhalé y exhalé varias veces antes de hablar. Necesitaba pensar en cómo decirle las cosas a mi mamá, no sabía si contarle desde los celos de Jake a Isaac o ir directo al punto.
-La segunda opción- murmuró mi padre con severidad.
-¿Podrías dejar de hacer eso por favor?- le pedí de la forma más educada posible, aún cuando eso me molestaba y me ponía sumamente nerviosa.
Mi padre solo siseó y siguió caminando en la sala.
-Hace un par de noches Jake y yo……..bueno nos dejamos llevar un poco- admití con la mirada clavada en el suelo y sintiendo como el rubor se apoderaba de mi rostro. No es que hubiéramos hecho algo malo pero era un tanto vergonzoso decírselos a mis padres.
-¿Quieres decir que Jake y tú…..?- murmuró horrorizada y de forma insinuante.
-¡NO! No mamá- me apresuré a contestar al ver hacia donde la estaban llevando sus pensamientos.
-¡No mientas Renesmee!- rugió mi papá regresando a un lado de mi madre.
-¡No estoy mintiendo!- exclamé empezando a enojarme. Podía ser cualquier cosa menos una maldita mentirosa y algo que no soportaba era que desconfiaran de mí –Y voy a demostrárselos- agregué fulminando a mi padre con la mirada.
Puse una mano en la mejilla de mi mamá y dejé que las imágenes fluyeran por mi mente sin perder el contacto visual con mi papá.
Dejé que vieran todo lo que pasó en mi habitación: cuando le pregunté a Jacob lo que tenía, cuando nos estábamos dejando llevar, lo que sentí y pensé en ese momento, cuando decidí parar las cosas y sobre todo cuando Jake dijo que me daría todo el tiempo que yo necesitara y después salió de mi habitación.
Cuando retiré la mano de la mejilla de mi mamá pude ver que sus miradas reflejaban culpabilidad, en especial la de mi papá por haberme juzgado mal.
-Ya ven como no les mentía- reproché mirándolos simultáneamente.
-Cariño perdónanos por haber pensado cosas que no eran, me alegro que hayas sido responsable y esperar a que fuera el momento adecuado- se disculpó mi mamá tomando una de las manos de mi padre entre las suyas.
Asentí levemente y volví a dirigir mi mirada al rostro de mi papá. Por una vez tenía que aceptar que se había equivocado en sacar conclusiones erróneas.
-Discúlpame Nessie, admito que me equivoqué de la peor forma que pude haberlo hecho- dijo completamente arrepentido –Pero aún así tu madre y yo vamos a hablar con ustedes- anunció con seriedad.
“Ay no que no sea sobre la famosa plática de sexo que suelen tener sus padres con sus hijos cuando ya son mayores para comprenderlo” pensé horrorizada.
Solo pude ver como mi padre asentía ligeramente a modo de respuesta a mi duda.
El resto del día estuve muy nerviosa por la “fantástica” plática que tendría con mis padres. Me moría de la vergüenza y solo de pensar en lo que dirían frente a Jake, no pude evitar empezar a hiperventilar.
Miraba el reloj cada que podía, esperaba que el tiempo se fuera rápido y pronto todo terminara, pero parecía que el tiempo estaba en mi contra, cada vez sentía que los minutos pasaban más lentos.
Mis padres siguieron actuando como si nada estuviera o fuera a pasar. En el momento que mi mamá vio a Isaac se emocionó tanto que corrió a abrazarlo. Sabía lo feliz que se sentía por haber recuperado a su mejor amigo de la universidad.
Platicaron por un largo tiempo hasta que por fin Jacob, Jasper, Rose y Emmett volvieron de la búsqueda.
Sentí morirme de vergüenza cuando mi padre nos dijo a Jake y a mí que fuéramos al despacho de mi abuelo porque querían hablar con nosotros. Arrastré a Jake hasta el despacho ante la atenta mirada de mi familia.
Cuando entramos, mis padres estaban parados en medio de la habitación esperándonos.
-Tomen asiento- nos ordenó mi papá señalando el sofá que estaba en un lado de la habitación.
Jake los miraba extrañado, era lógico que no se imaginaba para que querían hablar con nosotros.
Yo solo deseaba que esto terminara lo más pronto posible.
-Bueno chicos queremos hablar con ustedes sobre lo que pasó hace un par de noches- empezó mi mamá con serenidad. Sentí como mi rostro enrojecía y de reojo vi como Jake palidecía, era obvio que se esperaba todo menos esto.
-Sí Jacob lo sabemos- contestó mi papá a una pregunta no formulada –Digamos que la mente de Nessie es muy explícita- volvió a contestar.
Jake volteó a verme con la sorpresa reflejada en su rostro, yo le sonreí a modo de disculpa y él hizo lo mismo, excepto porque su sonrisa reflejaba que le alegraba que yo no hubiera dejado de pensar en esa noche.
-Jacob, ya tuve suficiente viéndolo desde la mente de mi hija no es necesario que tú también me lo muestres- repuso mi padre con cierta molestia.
Por primera vez vi a Jacob ponerse colorado y era realmente adorable.
-De acuerdo chicos en primer lugar quiero que sepan que no vamos a darles la aburrida y vergonzosa plática de sexo- aseguró mi madre con una pequeña sonrisa dibujada en sus labios. Suspiré aliviada – Primero porque creemos que ya saben todo lo que hay que saber y segundo porque va a ser muy incomodo tanto para mí como para ustedes, la verdad no me imagino dándoles una plática de este tipo a mi hija y mejor amigo, ya fue suficiente lo que Nessie me mostró- sentí como volvía a sonrojarme.
-Lo único que queremos pedirles es que sean responsables, esperen a que sea el momento adecuado- nos dijo mi papá con severidad. Me di cuenta que Jacob estaba tan incomodo como yo.
-Y cuando llegue ese momento sean cuidadosos- señaló mamá con seriedad –No queremos sorpresas- agregó enarcando las cejas.
Sabía que lo decía por su propia experiencia, no les gustaría que a mí me pasara lo mismo, sobre todo que mi vida corriera peligro gracias a un descuido.
Mi padre hizo una mueca de dolor al escuchar mis pensamientos, seguro era porque recordaba lo que vivió con mamá cuando estaba embarazada de mí.
Por menos de un minuto los tres que quedaron callados, tenía el presentimiento de que era por la misma razón por la que mi papá había hecho esa mueca de dolor.
-Me alegro que hayan parado las cosas antes de que se les fuera de las manos- dijo mi mamá rompiendo el silencio –Estoy muy orgullosa de ustedes, de Nessie por detener las cosas y de Jake por saber entender a mi hija. Muchas gracias por eso Jake, se que a Nessie no pudo haberle tocado mejor chico que tú- agregó regalándonos una gran sonrisa.
En ese momento entendimos que la charla había terminado. Gracias al cielo que duró tan poco.
Nos levantamos del sofá dispuestos a salir de ahí.
-Solo dos cosas antes de que se vayan- intervino mi papá acercándose peligrosamente a Jacob. Instintivamente tomé la mano de Jake, no estaba segura de lo que mi papá podría hacerle a Jake.
-Tranquila Nessie, solo quiero advertirle un par de cosas- aseguró –Si llegas a hacerle algo a mi hija, por más insignificante que sea, si alguna vez veo que ella derrama un sola lágrima por ti, ten por seguro que te despedazaré con mis propias manos y sabes que no estoy jugando Jacob- anunció dándole un toque terrorífico a sus palabras.
-No va a haber necesidad de hacer eso Edward - aseguró Jake rodeando mis hombros.
-Es espero
-Ah y no van a seguir durmiendo juntos- agregó mirándonos con severidad.
-¿Por qué?- pregunté horrorizada, yo no podía dormir si Jake no estaba conmigo.
-No seas exagerada Nessie- dijo mi papá entornando los ojos –No lo estoy corriendo de la casa, simplemente le estoy diciendo que duerma en la habitación que Alice arregló para él, la cual tengo entendido esta a un lado de la tuya.
-Sí pero…
-Nada de “peros”, van a hacer lo que yo les diga o me veré en la necesidad de decirle a Jacob que regrese a su casa- concluyó con molestia –Recuerda que solo le pedí que se quedara aquí mientras nosotros no estábamos.
-Sabes que eso no es justo ¿verdad Edward?- masculló Jake mirando a mi papá con las cejas levantadas.
-No es lo mismo Jacob- contestó mi papá con frialdad.
-Pues para mí sí lo es porque tú también “dormías” con Bella- hizo comillas con los dedos cuando dijo “dormías”.
Espera…. ¿mi papá se quedaba toda la noche con mi mamá?
-Sí Nessie, pero nosotros no hacíamos nada- contestó mi papá con seriedad.
-¡Nosotros tampoco hacemos nada!- exclamé con molestia. No era justo que él si hubiera podido pasar las noches con mí mamá y yo no pudiera hacerlo con Jake.
-¿Qué no hacen nada? ¿Y lo de hace unas noches que es Renesmee? Eso no es precisamente no hacer nada- replicó con furia.
-Pero…
-Te dije que nada de peros- me recordó levantando un dedo de manera amenazante –Sí quieres que Jacob siga viviendo aquí deben obedecer mis reglas.
Miré a mi mamá buscando su apoyo, pero lo único que hiso fue encoger los hombros como si intentara decir “Ya oíste a tu padre, no puedo hacer nada por ustedes”.
Fulmine a mi padre con la mirada antes de tomar a Jake de la mano y salir del despacho dando un fuerte portazo. Odiaba cuando mi papá se ponía así, tal vez era porque estaba acostumbrada a que me dieran todo lo que quería o porque sentía que no confiaba en mí. Y odiaba más el hecho de que él si podía hacer cosas que yo no.
Al salir me di cuenta como toda la familia volvían a sus tareas, fingiendo no haber escuchado nada.
Algo más para avergonzarme y ponerme más furiosa de lo que ya lo estaba. Una de las cosas que más me desesperaba de vivir con vampiros era que no tenía privacidad. De pronto me sentí extrañamente irritada, ya era vergonzoso hablar de mi vida íntima con mis padres, como para que ahora también el resto de mi familia estuviera enterada de todo.
-¡Salgamos de aquí!- mascullé jalando a Jacob de la mano hacia el jardín.
Estaba a punto de echarme a correr cuando Jake tomó mi muñeca para impedírmelo.
-¡Hey! ¿Qué crees que haces?- preguntó con perplejidad y un poco de molestia.
Sabía que le molestaba porque yo no debía correr, ya que eso me provocaba fatiga o un desmayo.
-Tú no puedes correr- me recordó mirándome con severidad.
-Lo sé, pero quiero relajarme y correr lo hace- admití con tristeza.
Desde que mi abuelo me había diagnosticado la enfermedad, solo había corrido una sola vez y extrañaba hacerlo. Era relajante sentir el aire golpeando mi rostro y la brisa mojando mis cabellos.
-Podemos ir a alguna parte para que te relajes, es más si quieres puedo llevarte de compras a Port Angeles- se ofreció con una gran sonrisa.
No pude evitar soltar una pequeña risita, al ver hasta qué grado podía llegar Jake con tal de hacerme feliz. Él odiaba ir de compras, siempre decía que no entendía por qué las mujeres nos complicábamos tanto al comprar ropa, y que era mucho más fácil ser hombre, porque ellos solo se limitaban a comprar lo que necesitaban sin necesidad se probárselo, mientras que nosotras no solo comprábamos cosas innecesarias, sino que también pasábamos horas dentro del probador.
-¿Estás dispuesto a estar todo el día en el centro comercial con una chica que es adicta a las compras?- inquirí levantando una ceja con suspicacia y una nota de burla.
-Mmm…- pensó por unos segundos haciendo gesto de concentración –Sí, sí estoy dispuesto a pasar todo el día en un centro comercial con una chica adicta a las compras, con tal de que esa hermosa chica me dé un beso- dijo abrazándome por la cintura.
Volví a soltar una risita.
-Probablemente esa hermosa chica te de un beso, sí en lugar de llevarla a Port Angeles la llevas a su prado- condicioné rodeando su cuello con mis brazos y jugando con su cabello.
Hizo un adorable mohín.
-Entonces creo que tendré que conformarme con abrazar a esa chica, porque no puedo llevarla a su prado- repuso con calma.
-¿Por qué no?- le pregunté llena de confusión.
-Porque si la llevo, la sorpresa que he estado preparando para ella se arruinaría por completo- respondió con un gran brillo en los ojos.
-Jake por favor ya dime cual es la sorpresa- supliqué haciendo un puchero. Tenía demasiada curiosidad por saber lo que Alice y él han estado planeado.
-¡Oh no! Esta vez no vas a convencerme - aseguró negando con la cabeza y con una ligera risa.
-¿Estás seguro?- lo reté de manera provocativa mientras recorría su cuello con mis labios.
Tal vez mis pucheros no lo iban a hacer ceder pero tenía otro tipo de armas con las que no me lo negaría.
-Ness, eso es trampa- masculló con la respiración un poco agitada –Espera solo una semana, no eches a perder la sorpresa- me pidió con la voz entrecortada.
-Sabes que no me gusta esperar Jake- murmuré dándole un sensual beso en la comisura de sus labios.
-Te propongo un trato- dijo alejándose un paso de mí. Al ver su rostro tan acalorado, casi me suelto a reír, era impresionante lo que provocaban unas pequeñas caricias en él.
-Te escucho- contesté con una pequeña sonrisa de satisfacción dibujada en mis labios.
-¿Quieres salir un rato de tu casa cierto?- asentí –Y no puedo llevarte a tu prado- crucé los brazos sobre mi pecho e hice un mohín –Pero puedo llevarte a Port Angeles por un gran helado de chocolate con crema batida y una deliciosa cereza en la punta- añadió relamiéndose los labios –Y después podemos ir a La Push a visitar a los chicos ¿Qué te parece?- terminó muy animado.
-¿De verdad?
Definitivamente Jake sabía cómo negociar conmigo, él era consciente de que jamás me negaría a comer un helado de chocolate y menos a ir a La Push. Y gracias a eso había olvidado mi enojo.
-¡Claro que sí, princesa!- aseguró con una sonrisa victoriosa -¿Entonces qué dices, vamos?
-¡Por supuesto que sí! ¡Qué esperas vamos!- lo jalé de la mano de regreso a la casa para avisarle a mis padres.
Mi papá estaba sentado en el banquillo del piano con mi madre a su lado derecho.
En los últimos meses mi padre le enseñaba a mi mamá a tocar el piano, pero hasta ahora solo había podido enseñarle lo básico, por lo que mi mamá aún no podía tocar melodías complicadas y era realmente gracioso ver su rostro cuando se frustraba.
Cuando entramos a la casa, mi papá estaba riéndose mientras mi mamá se disculpaba.
-Ay Edward lo siento mucho- repetía una y otra vez completamente avergonzada.
-Tranquila cariño, no pasa nada- aseguró con una sonrisa angelical.
-¿Cómo que no pasa nada? Edward lo rompí, eso no es nada- admitió señalando las tres teclas del piano que ahora estaban hechas polvo.
-Bella ya te dije que no te preocupes, mañana lo mando a arreglar- insistió dándole un tierno beso en los labios.
-¿Así que la Sra. Cullen aún no controla su fuerza?- se burló Jake cuando llegamos a su lado.
-Muy gracioso Jake- repuso mi mamá fingiendo enfado –Pero tal vez podrías ayudarme a controlar mi fuerza- propuso con una sonrisa maliciosa y cerrando sus puños frente a su rostro.
-La oferta es tentadora- dijo Jake siguiéndole el juego –Pero hoy no puedo, voy a llevar a Nessie por un helado a Port Angeles y después vamos a ir a La Push – avisó rodeando mi cintura
Inmediatamente los rostros divertidos de mis padres pasaron a crisparse en muecas de preocupación.
-Jacob, yo no creo que salir sea lo más conveniente en este momento, algo podría pasarles- replicó mi papá con preocupación.
-¡Ay papi por favor!- supliqué haciendo los famosos pucheros de mi tía Alice –Estoy muy aburrida y necesito salir. Por favor déjenme ir ¿sí? –hice la expresión más tierna que tenía.
Por un minuto mis padres se miraron fijamente, parecía que se hablaban con la mirada, mientras yo los veía simultáneamente esperando su respuesta.
-Está bien Nessie- aceptó mi mamá con una pequeña sonrisa.
-Vas a ir con dos condiciones- yo asentí, haría cualquier cosa que me pidiera. –Que se lleven mi auto- eso era porque seguía sin confiar en la motocicleta de Jacob –Y que nos avises cuando lleguen a Port Angeles y a La Push- añadió sacando las llaves de su auto del interior de sus pantalones y entregándoselas a Jake.
-Gracias, gracias, gracias- dije dándoles un beso a cada uno –Vamos – tomé a Jake de la mano dirigiéndonos hacia el garaje.
-No olvides avisar- me recordó mamá.
-No te preocupes mamá
Al llegar a Port Angeles, le mandé un mensaje de texto a mi mamá avisando que habíamos llegado bien.
Fuimos a mi heladería favorita y Jake me compró un delicioso helado de chocolate con crema batida y una cereza en la parte de arriba, cuando vi el tamaño de mi helado creí morirme ERA ENORME, pero al ver el de Jake me di cuenta que el mío era una pequeñez a lado del suyo.
Algo que me gustaba de mi cuerpo, era que no importaba cuanto comiera, mi peso nunca cambiaba.
El día estaba un poco nublado pero no hacía frío, además con Jake a mi lado no importaba que no hubiera llevado una chaqueta.
En cuanto terminamos nuestros helados, fuimos a caminar un poco, íbamos tomados de la mano como la pareja de enamorados que éramos, hablábamos, bromeábamos, nos besábamos, mirábamos, era una tarde simple pero perfecta, esos pequeños detalles eran los que me hacían sentir inmensamente feliz.
Íbamos caminando por la acera cuando una tienda de antigüedades llamó mi atención. Lentamente me acerqué al local para ver las cosas que estaban en la enorme vitrina de cristal. Exhibían diferentes tipos de joyas, ropa, muebles, entre otras cosas.
No había pensado en el regalo que le daría a Jake hasta que vi un pequeño dije de oro en forma de corazón con una pequeña inscripción que decía: “Juntos hasta la eternidad”. En ese momento una brillante idea llegó a mi mente, pero para poder llevarla a cabo tendría que venir con alguien que no fuera Jacob.
Seguí viendo las cosas hasta que me topé con otro hermoso dije en forma de corazón pero éste era de esos que se abrían y podías poner una diminuta fotografía dentro, en el contorno tenía pequeñas piedras en color rojo que parecían rubíes.
-¿Te gusta?- preguntó Jake recargando su mentón en mi hombro.
-Sí, es hermoso- acepté sin dejar de ver el dije –Anda vámonos, todavía tenemos que ir a La Push –le recordé quitando mi mirada de la vitrina.
Cuando llegamos a La Push volví a mandarle un mensaje de texto a mi madre para que no se preocupara.
Llegamos directamente a la casa de Rachel y casualmente todos los chicos se encontraban ahí con sus respectivas parejas, estaban todas las chicas menos Angela y para mi buena suerte Leah tampoco estaba.
Todos se alegraron de volver a verme, en especial las chicas, con las que había formado un gran lazo de amistad desde las últimas veces que había estado aquí.
Jake se extrañó de que todos estuvieran ahí, cuando los había dejado haciendo rondas por todo Forks.
-¿Qué hacen todos aquí?- preguntó confundido.
-Edward me llamó y dijo que nos tomáramos libre el resto del día, que ellos iban a hacer las rondas por nosotros, además dijo que ustedes iban a venir y quería que Nessie se la pasara bien- contestó Seth con una pequeña sonrisa, me di cuenta del trabajo que le costaba no estar cerca de Angela.
-¿Seth como sigues con Angela?- inquirió Jake con preocupación.
¿Angela? ¿Qué habrá pasado con ella? ¿Tendrá problemas con Seth?
-¿Qué pasa con ella?- intervine con perplejidad. No había tratado mucho a Angela pero aún así estaba empezando a apreciarla.
-Descubrió nuestro secreto- admitió Seth con seriedad.
-¿Lo descubrió? ¿Pero cómo?- estaba muy sorprendida porque normalmente ellos le decían la verdad a su imprimada cuando llegaba el momento y Seth llevaba realmente muy poco tiempo saliendo con Angela como para que ya le hubiera dicho la verdad.
-Fue un descuido mío- admitió Seth sacudiendo la cabeza –Hace dos días invité a Angela al cine y al salir nos dimos cuenta de lo tarde que era, así que la llevé a su casa antes de que sus padres se molestaran, pero en el camino escuché como Jake nos llamaba porque a parecer habían descubierto un rastro, afortunadamente Jake me había prestado su motocicleta así que no tardamos en llegar. Cuando yo creí que Angela ya había entrado a su casa, me interné solo unos cuantos metros en el bosque, dejé la moto de Jake detrás de un árbol donde nadie podría encontrarla y entre en fase. Inmediatamente sentí el miedo y la confusión de Angela y supe que me había visto- miré a Jacob con confusión. ¿Seth había sentido el miedo de Angela? ¿Pero cómo? Jale solo me lanzo una mirada que significaba “Luego te explico”.
-No estaba seguro de cómo pero era un hecho de que me había visto entrar en fase. No pude regresar en ese momento porque los chicos me necesitaban, así que a otro día que fui a su casa me dijo que me había visto a través de las cortinas de su ventana y tuve que explicarle toda la verdad- explicó con tristeza y un poco de alegría a la vez.
-¿Y cómo lo tomó?
-Pues al principio no quería creerlo, pero no podía negar lo que vio con sus propios ojos, así que al final terminó aceptándolo- contestó con una sonrisa forzada.
-¿Hay algo más verdad?- le preguntó Jake al ver su expresión.
-Sí –aceptó Seth con un suspiro –Al saber lo que yo era, también descubrió el secreto de tu familia y en cuanto supo que Bella había vuelto se fue corriendo hacia su casa, así que en este momento debe estar hablando con ella.
Me sentí muy mal por mi mamá, pues aunque Angela hubiera aceptado lo que era Seth, eso no significaba que tuviera que aceptar lo que éramos nosotros. Solo esperaba que no se rompiera su amistad.
Una hora más tarde Seth recibió un mensaje de Angela, el cual después nos enteramos que decía que si podía pasar por ella a mi casa porque no sabía cómo llegar a la casa de Rachel. Seth salió disparado y en poco más de treinta minutos ya estaban de vuelta.
Yo estaba en la cocina con Kim, Rachel y Emily, ayudándoles a preparar hamburguesas con papas para los chicos cuando Angela entró a ayudarnos. Al principio Angela intentaba no mirarme pero al poco rato no me quitaba la mirada de encima, y yo sabía que la razón era porque mi mamá por fin le había dicho que yo era hija suya.
-Ya suéltalo Angela, ¿qué me quieres preguntar?- inquirí después de que sus miradas se volvieron insistentes y empezaban a ponerme nerviosa.
Angela se sonrojó al máximo al darse cuenta que si me había percatado de sus miradas.
-Yo…. lo siento es solo que no puedo creer que seas la hija de Bella y Edward- admitió con nerviosismo.
-No te preocupes ya te acostumbraras- aseguré regalándole la más grande de mis sonrisas –Pero si quieres no me veas como su hija sino como una amiga de la familia- le propuse guiñándole un ojo.
-Está bien lo intentaré, aunque no creo que sea tan fácil porque te pareces mucho a tus…. –vaciló –a tus padres.
-Sí, lo sé- dije entre ligeras risitas que ella acompañó
Las cinco salimos de la casa con varias docenas de hamburguesas con papas que en pocos minutos desaparecieron. Era muy gracioso ver como se peleaban por la última hamburguesa, era increíble la cantidad de comida que podían consumir y aún así seguir con hambre.
Después de eso, todas las chicas, incluso la pequeña Claire entramos a la casa para ver a Elisa. La hija de Rachel estaba profundamente dormida en la cuna que Alice le había comprado, aún recordaba los días que había cuidado de ella y a pesar de lo cansado que fue me gustaría volver a repetir la experiencia pero esta vez con mis propios hijos….
“Hey alto ahí ¿Qué te pasa estás loca? A penas vas a cumplir un mes con Jacob y ya estas pensando en hijos, cuando ni siquiera has podido entregarte a él” me regaño mi odiosa voz interna. Pero por mucho que me molestara, ella tenía razón, ya me estaba yendo demasiado lejos.
Emily empezó a hacerle preguntas a Rachel sobre lo que tendría que hacer cuando su bebé naciera, Rachel le dio todos los consejos que pudo e incluso la enseño a tejer unos hermosos sweaters para el pequeño, bueno en realidad nos enseño a todas menos a Claire claro.
Pasamos un buen rato riendo cuando intentamos hacer los sweaters, las primeras veces quedaban horribles, pero poco a poco adquirimos práctica y al final quedaron terminados cinco bellos sweaters para el bebé de Emily.
Cuando empezaba a anochecer Seth entró para avisarnos que si queríamos hacer una fogata para que Sam y Jacob pudieran contarnos algunas leyendas quileutes.
De inmediato todas aceptamos y nos pusimos a preparar algunos sándwiches para los chicos, ya que a estas alturas tendrían hambre otra vez.
Me encantaban las leyendas quileutes, eran realmente fascinantes pero esta vez serían aún más pues sería la primera vez que Jacob las contaría en lugar de su padre, ya podía imaginarme a Jake rodeado de toda esa magia y sabiduría que se formaba alrededor de Billy cuando era él quien las contaba.
Al poco rato ya estábamos todos sentados alrededor de la hermosa fogata de llamas azules y verdes. Sam y Jacob empezaron a contar la leyenda de los espíritus y la de la tercera esposa.
Mi imaginación no le había hecho justicia a como yo creía que se vería Jake. Su rostro era serio, lleno de sabiduría y una mágica luz iluminaba cada palabra que decía y cada gesto que hacía. Lucía más maduro, el Jacob bromista no existía en estos momentos, su voz estaba llena de autoridad y majestuosidad, sonaba exactamente como el alfa que era.
Justo cuando terminaron de contar las leyendas mi madre me habló para preguntara qué hora regresaríamos pues ya era demasiado tarde, hasta ese momento me di cuenta que pasaba de la media noche.
Nos despedimos de todos y nos fuimos a la casa, en donde mis padres ya estaban esperándonos. Rápidamente les conté lo que habíamos hecho porque estaba sumamente casada y mi cuerpo me rogaba un buen descanso.
Me costó mucho trabajo conciliar el sueño sin ver la silueta de Jacob recostado en mi sofá, pero después de algunos minutos mis parpados por fin se cerraron.
A la mañana siguiente me despertó la dulce voz de mi mamá.
-Nessie, despierta cariño- decía acariciando mi cabello.
Lentamente abrí mis ojos para encontrarme con los hermosos ojos dorados y bella sonrisa de mi madre.
-Buenos días pequeña- dijo dándome un beso en la mejilla.
-Buenos días mamá- contesté estirándome en mi cama y soltando un gran bostezo.
Mi mamá rió bajito.
-Cada vez eres más dormilona cielo, creo que ya es hora de meterte al colegio para que empieces a ser más responsable- al escuchar eso mis ojos se abrieron desmesuradamente a causa de la sorpresa.
-¿Por fin van a dejarme ir a la escuela? ¿Por fin voy a tener amigos humanos?- inquirí con gran emoción.
Mi mamá me miró por un segundo sin decir nada hasta que asintió con lentitud.
-¡Aaaahhh!- no pude evitar soltar un gran grito de emoción y lanzarme al los brazos de mi madre que reía por mi reacción - ¿Pero como convenciste a mi papá? No se supone que iría hasta que se detuviera mi crecimiento –no es que no quisiera ir al instituto pero se me hacía extraño.
-Hablé con Carlisle y dijo tu crecimiento no ha terminado pero esta pronto a hacerlo, al parecer no hay problema de que vayas al instituto porque la edad máxima que podrías representar es de dieciocho o diecinueve años así que no sería tan notorio porque en este momento pareces una chica de diecisiete - explicó mi madre con ternura
-¿Pero supuestamente mi crecimiento no se detendría hasta que cumpliera los siete años no?- pregunté recordando a Nahuel, el otro semi vampiro y un buen amigo de la familia.
-Hablas de Nahuel- asentí –Bueno Carlisle cree que no necesariamente tienen que ser los siete años exactos para que termine tu crecimiento, ayer habló con Nahuel y al parecer él a tu edad tenía la apariencia de un niño de doce años, tu abuelo piensa que tu dieta también tiene algo que ver en esto. Pero la verdad yo creo que esta es una prueba más de que las mujeres maduramos mucho antes que los hombres- bromeó mi mamá provocando que soltara sonoras carcajadas que ella acompaño con gusto.
-Es verdad- aseguré entre risas.
-Te inscribiremos para el siguiente curso- dijo guiñándome un ojo. No tenía palabras para agradecerle esto así que solo la abrace -¿Tienes hambre, cielo?- preguntó con una sonrisa cuando nos separamos.
-Sí un poco- admití al darme cuenta que mi estómago gruñía.
-Bueno que te parece si te das un baño mientras yo te preparo algo de desayunar- sugirió acariciando mi mejilla.
-De acuerdo- acepté levantándome de la cama.
-Te espero abajo- dijo mi mamá mientras salía de mi habitación.
Me di un rápido y relajante baño. Al salir del baño, encontré mi ropa lista encima de la cama.
“Alice” pensé.
Era obvio que jamás podría escoger la ropa por mí misma.
Me arregle con extrema rapidez al oler el delicioso aroma de la comida que llegaba desde la cocina.
Al bajar mi madre estaba esperándome con un apetitoso plato de huevos con tocino y tostadas con mantequilla derretida junto con un gran vaso de jugo de naranja.
Mientras comía me percaté que no había visto a nadie más que a mi mamá.
-Mamá ¿en donde están los demás?- pregunté con curiosidad.
-Fueron a hacer una ronda junto con los lobos, al parecer ayer captaron un ligero efluvio de un vampiro y tienen la esperanza de poder atraparlos- contestó con preocupación –Espero que den con ellos y no haya ninguna pelea- añadió con voz distante.
Estaba segura de que en este momento los horribles recuerdos de Victoria y los neófitos que creó estaban pasando por su mente.
-No te preocupes mamá ya verás que todo saldrá bien- dije estirando mi mano para tocar la suya.
-Eso espero cielo
Sentí como la atmosfera se llenaba de preocupación tanto de parte de mi mamá como mía. Ella me había contado todas las cosas por las que había tenido que pasar cuando era humana y sabía lo mucho que había sufrido cuando mi familia había luchado contra esos sádicos vampiros. El solo hecho de imaginarlo me provocaba un terrible temor.
Sacudí mi cabeza para quitarme esos horribles pensamientos.
En ese momento recordé el regalo de Jacob.
-Mamá ¿podrías acompañarme a Port Angeles?- inquirí rompiendo el silencio.
-¿Para qué quieres ir a Port Angeles Nessie?
-Es que en unos cuantos días Jake y yo cumplimos un mes estando juntos y quiero comprarle algo- contesté ruborizándome al máximo.
-Claro que si cariño – contestó con emoción –Es más vámonos en este momento antes de que los demás regresen - añadió tomando las llaves de su auto de una mesita.
Terminé mi jugo y salimos rumbo a Port Angeles. Le indiqué a mi mamá el camino hasta llegar a la tienda de antigüedades en donde había visto el corazón, y casualmente en donde era la misma en donde ella había comprado el dije que me regaló en mi primera navidad.
Entramos a la tienda y una joven nos atendió. Afortunadamente el corazón seguía ahí. De inmediato se lo pedí, no me importaba el costo que tuviera. Salimos de la tienda con rumbo a una lujosa joyería.
Mi mamá aún no entendía lo que yo tenía planeado hacer con el dije, pero pronto lo sabría.
Al señor que nos atendió en la joyería le pedí puliera el dije con el fin de que brillara un poco más pero sin que la inscripción desapareciera, después de eso le dije que lo partiera a la mitad para formar dos dijes que al juntarse formaran el corazón completo y para terminar le pedí que a un dije le pusiera una “J” y a la otra una “N”.
Al final quedaron dos hermosos dijes que al juntarse decía: “J N” “JUNTOS HASTA LA ETERNIDAD”
Mi mamá y yo quedamos maravilladas con el resultado final. Salí my contenta de la joyería, ya no aguantaba la hora en darle a Jacob su regalo.
Iba caminando hacia el auto de mi mamá cuando ella me sugirió que comprara un vestido especial para ese día. Me impresioné cuando lo dijo porque mi mamá era la única mujer que yo conocía que odiaba las compras.
-Pero esta es una ocasión especial, así que haré una excepción- se justificó guiñándome un ojo.
Pasamos todo el día de tienda en tienda, buscando el vestido perfecto para ese día hasta que por fin lo encontré, era strapples en color rosa claro con detalles del mismo color, con una cinta lila debajo del pecho y me llegaba arriba de las rodillas, estaba sencillo pero muy hermoso.
Mi mamá insistió en comprarme todos los vestidos y zapatos que me había probado, con el pretexto de que todos se me veían hermosos y tal vez podría ocuparlos después. Yo hice lo mismo con ella, prácticamente la obligue a comprarse algunas cosas que la hacía lucir mucho más hermosa de lo que ya lo era.
Compramos de todo un poco, me la estaba pasando de maravilla con mi madre y no solo porque era mi mamá sino también porque era la primera vez que la veía tan animada con las compras y ese sería algo que jamás olvidaría.
Cuando salimos de centro comercial nos dimos cuenta que la noche había caído sobre nosotras y se nos hizo muy extraño que ni Jake ni mi papá nos hubieran llamado por lo que empezamos a buscar nuestros celulares, pero como si los hubiéramos invocado en ese momento empezó a sonar el teléfono de mi mamá.
-Diga
-Bella ¿en donde están?- pregunto mi papá con preocupación
-En Port Angeles, ya vamos para la casa.
-De acuerdo tengan cuidado por favor.
-Sí, no te preocupes Edward.
Llegamos a casa unos minutos después y ya todos estaban esperándonos.
Mi mamá y yo sacamos las miles de bolsas que con mucho esfuerzo metimos en el auto y entramos a la casa.
Todos nos miraron de forma extraña al ver el número de bolsas que llevábamos.
-¿En donde fue la barata?- preguntó Emmett entre risas.
-En el centro comercial de Port Angeles- contestó mi mamá dejando unas bolsas en el suelo –Pasamos todo el día ahí.
Todos la miraron con sorpresa.
-Bella ¿TÚ pasaste TODO un día en el centro comercial?- inquirió mi tía Alice tocándole el rostro a mi mamá, verificando que no estuviera “enferma”.
-Sí, tía pasamos TODO el día de compras- aseguré con una gran sonrisa
-¡AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH! ¡SI! ¡POR FIN LOGRÉ QUE ISABELLA CULLEN FUERA DE COMPRAS!- empezó a gritar mientras daba saltitos de felicidad. Todos empezamos a reírnos de ella, era tan gracioso verla actuar de esa manera.
-Lamento desilusionarte Alice pero fue Nessie quien en unos minutos logró hacer lo que tú llevas años intentando- la corrigió como quien no quiere la cosa.
Alice dejó de saltar y miró a mi mamá con mucha molestia.
-Escúchame bien Bella, algún día lograré que vayas de compras conmigo sin que tenga que obligarte a hacerlo, estoy segura de que lo lograré, tan segura como que me llamo Marie Alice Cullen- la amenazó con el dedo y salió corriendo hacia el piso de arriba.
Nadie pudo contenerse más y nos soltamos a reír
-¡No se rían porque hablo en serio!- la voz de Alice llegó desde su habitación, provocando que nos riéramos aún más.
-¿Y puedo preguntar que tanto compraron?- inquirió mi papá señalando las bolsas que cubrían todo el piso de la sala.
-Uy papi muchísimas cosas-admití con una gran sonrisa - ¿Pero qué te parece si mejor en lugar de estar de curioso me ayudas a subir todo esto a mi habitación?- añadí señalando las bolsas que eran mías.
En menos de un segundo mi papá tomó mis bolsas, las subió a mi habitación y volvió a nuestro lado.
-Servida señorita, ¿hay algo más en lo que pueda ayudarla? ¿Desea que la lleve cargando hasta su recamara?- dijo en tono de burla.
-No muchas gracias- contesté con seriedad –Mejor, sería tan amable de decirme en donde puedo encontrar a mi novio por favor- agregué intentando no reírme.
Su expresión dejó de ser divertida para convertirse en una de molestia y fastidio.
-Está con los demás chicos vigilando el perímetro- contestó con irritación –No sé cuanto vaya a tardar
-Oh bueno gracias papi- dije con un poco de tristeza. Últimamente ya no pasaba tanto tiempo con Jacob y empezaba a extrañarlo –Ya voy a dormirme, estoy cansada- avisé dándoles un beso a todos antes de subir las escaleras y entrar a mi habitación
La ausencia de Jacob empezaba a provocarme malos presentimientos, como si pronto fuéramos a separarnos definitivamente y eso me daba mucho miedo. Mi vida sin Jacob no tendría ningún sentido, preferiría morir antes de estar separada de él.
Intenté no pensar en esas cosas mientras me preparaba para dormir.
Una vez que ya estaba dentro de mi cama, mi mente empezó a imaginar la sorpresa que Jake estaba preparándome y no podía evitar emocionarme. Ya quería que ese día llegara para poder ver lo que Jake me había hecho y para entregarle el regalo que había comprado tanto como para él como para mí.
Poco a poco me fui quedando dormida, deseando con todas mis fuerzas que los días se pasaran lo más rápido posible para por fin poder decir que Jake y yo ya teníamos un mes juntos, amándonos como si la vida dependiera de ello.




COMO BIEN LES PROMETÍ EL CAPI ESTA COMPLETO
ESPERO QUE LES GUSTE Y COMENTEN
O SI NO ESTA VEZ SI HAGO EFECTIVA MI AMENAZA DE
NO PUBLICAR POR TODO UN MES EH?